0 1: Primavera

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Moomin se despertó antes de los esperado esa primavera, se quedó pensando en su cama que harían él y Snufkin por esos meses, desde hacia un tiempo había comenzado a sentir cierta atracción por él castaño, lo
cual no le molestaba.

Cuando por fin decidió levantarse esperó. Esperó por horas poder escuchar esa melodía que tocaba o que ese chico apareciera por el puente. Pero eso no pasó; pasaban lo días y él todavía no aparecía por los alrededores, todos estaban preocupados pero más lo estaba Moomin.

Esos meses no se le vio ningún día. Los siguientes tres años siguieron iguales.
Moomin estaba mal, en lo único que podía pensar era que Snufkin se olvidó de ellos o que ya no los quería como para volver o quizás algo lo detuvo o alguien.

Pensar que lo abandonó por una chica le estrujaba él corazón, en sólo hacerse la idea le dolía.

En el momento que terminó el invierno y comenzaba la primavera se despertó, igual de temprano que esa vez en la que se dio cuenta que no volvería. Su sueño no fue nada extraño, soño que regresaba y que... se besaban. Nada malo pero tampoco bueno por la situación en la que se encontraba ahora.

Había reprimido tanto ese cariño que empezó a surgir de un momento para el otro que esperar un sueño de ese estilo no le desagradaba, de echo le gustaba imaginar que sí se volvían a reencontrar, pero sabía que ya no pasaría ni pasará.

Hasta que lo escucho.

-Snufkin- Un susurro fue lo único que pudo articular al darse cuenta de lo que oía, provenía de su armónica. Salto de la cama y se echo a correr escalera abajo para comprobar que sí era él.

Snufkin sólo danzaba mientras tocaba su armónica, no se dio cuenta de que él Troll estaba corriendo hacía él.

-¡Snufkin!- Lágrimas corrían por su cara, No esperaba encontrarselo ese año.

-¡Moomin!- Dejo de tocar y empezó a correr hacía este, atrpandolo en el aire.

Los dos callieron al suelo por el impacto del abrazo que le proporcionó Moomin.

-Snufkin- Lagrimas caian por su cara por la emocion del momento, no tenía ni idea de que hacer o decir, aunque prefirió decir algo muy simple- Te extrañe.

-Y yo a ti Moomin- La mirada de amor que le proporcionó era mucho más valiosa que las palabras que podrían surgir de su boca.

Juntaron su narices, ninguno dijo nada, solo disfrutaron de la compañía del otro pero para Moomin era ahora o nunca; si quería demostrarle todo lo que empezó a sentir en los últimos años tenía que actuar de inmediato.

Y lo hizo, lo beso.

A Snufkin lo tomo por sorpresa pero decidió disfrutar de la cercanía del otro que tanto le hizo falta por esos cuatro años.

Moomin no podía estar más contento y avergonzado; contento por que era correspondido pero avergonzado por que lo acaba de besar.

Pero eso no importa en esos momentos, lo que realmente importa es que sentado alfrenete de él está la persona que más ama en el mundo.

La persona que tanto extraño estaba justo ahí.

Que era correspondido.

Que básicamente su sueño se hizo realidad.

ᴏɴᴇ-sʜᴏʀᴛsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora