1 7: Bailemos

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Ambos yacían dormidos sobre el verdoso césped, estaban tranquilos
en sus sueños, hasta que el cielo comenzó a perder su tonalidad
celeste para pasar a tener una
gris.

Leves y diminutas gotas comenzaron a caer sobre el valle y sobre ellos; el chico de ojos café al sentir las gotas sobre sus mejillas se comenzó a despertar, hasta que cayó en cuenta de quese estaban mojando, despertando así a su compañero
para que se fueran de ahí.

Ambos corrieron a la casa del albino; cuando llegaron Snufkin se quitó su típico ropaje de color verde y al igual que su sombrero para ponerlos a secar, mientras que Moomin trataba de secar su pelaje hasta que llegó Snufkin y lo comenzó a ayudar.
El Troll solo le sonrió para agradecerle, acción que fue correspondida.

Ninguno de los dos sabían que hacer en ese momento, hasta que a Moomin se le ocurrió poner el tocadiscos que estaba en su casa, mientras caminaba hasta este el Mumrik lo miraba con curiosidad, sin saber que era lo que iba a hacer su amigo, y luego sus oídos escucharon esa melodía tan suave que salía de esa máquina.

El Troll se acercó a él y le extendió su mano derecha con una sonrisa en su rostro y un leve sonrojo, el chico demoró un poco en reaccionar, y cuando lo hizo le agarró la mano
con nerviosismo. Moomin lo tiró de
la mano y lo levantó de donde estaba sentado, comenzando ambos a moverse al ritmo de la música. Ambos reían y sonreían al compás que sus pies se movían pata distintas direcciones y sus manos cambiaban de lado dependiendo del lado que sus cuerpos tomaban.

En un pequeño momento de
despiste Snufkin y Moomin ambos entrelazaron sus pies y calleron al suelo entre risas, terminando los
dos sentados uno frente al otro entre carcajadas y sonrojos por parte de ambos, cuando las risas comenzaron a cesar y los dos se miraron a la cara de una forma dulce y suave; cuando se percataron de lo cerca que estaban un gran sonrojo se apoderó de sus rostros los cuales se movieron para diferentes direcciones de forma nerviosa y avergonzada.Snufkin decidió levantarse de donde estaba para ser ahora él el que le extendía
la mano al otro.

- ¿Quieres volver a bailar conmigo?- Aún mantenía esa bella sonrisa y leve sonrojo en su pálido y pequeño rostro.

- Por supuesto.- Le agarró la mano y se levantó del suelo con su ayuda.

Mumrik y Troll estuvieron bailando por el resto de la tarde hasta que ambos quedaron agotados y con los corazones agitados, aunque, quizás
sus corazones no palpitaban por el cansancio como ambos querían
creer.

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Vale, vale, tal vez sí vuelva, y
volveré con Joxmin, nada
que ver lmao. Es muy probable
que vuelta una vez a la semana
como antes, solo esperen.

ᴏɴᴇ-sʜᴏʀᴛsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora