Capitulo 21: Los errores siempre dejan secuelas.

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Tenya manejó con la rapidez que el tráfico le permitía en la atestada calle, mientras su acompañante miraba por la ventana y sus pensamientos iban y venían en su turbulenta mente.

¿Que había pasado con Izuku?

¿Porque su amado ángel estaba en el auto con ese sujeto?

¿Acaso fue algo que estaba planeado o un verdadero accidente?

Con los primos Aizawa, que eran tan famosos en todo el maldito país, no sabía que esperar realmente. Y por esa misma molestia que sentía en su interior como si le escociera por dentro cada maldito segundo que pasaba, se limitó a esperar.

El peli azul no tardo mucho en llegar al hospital de la compañia, el majestuoso edificio era una de los mejores hospitales de la ciudad, a lo cual era bastante difícil acceder si no tenías el dinero suficiente para pagar dichos gastos.

Las puertas de entrada fueron abiertas y el auto entró y se parqueo cerca de la entrada principal.

Tenya salió del vehículo seguido en silencio por Shinsou. La recepción era bastante amplia, una enfermera de aspecto juvenil y con una extraña sonrisa amable estaba atendiendo a los visitantes, ambos hombres se dirigieron hacia donde ella.

– Disculpa quiero saber cual es el número de la habitación a la que trasladaron al joven Aizawa Eijiro – pidió Iida con la voz algo cortada, realmente se sentía mal por todo lo que había pasado en cuestión de horas.

Parecía una jodida pesadilla salida de una mala película de terror.

Y él, odiaba el terror.

La rubia sólo sonrió de forma extraña y reviso la computadora que estaba en el escritorio, volvió la vista ambos hombres y dijo.

– ¿Me permite su identificación por favor? – pidió extendiendo la mano.

Tenya sacó su identificación y se la pasó a la chica esperando lo más paciente posible.

Luego de teclear unos breves minutos la información del peli azul los miro a ambos.

– Habitación 150 – dijo tranquilamente.

– Gracias señorita... –

Tenya se movió esperando que el peli morado le siguiera, pero este solo se limitó a ver a la rubia y preguntar su incertidumbre.

– ¿Cuál es la habitación de Midoriya Izuku? – preguntó sin tapujos.

La chica subió la ceja en gesto confundido, pero reviso de nuevo en su computadora tecleando el nombre del susodicho.

– Habitación 156 – menciono ella nuevamente.

– Gracias... –

Fue lo último que dijo antes de que ambos se subieran al ascensor y buscarán el cuarto que tenía al pelirrojo y al chico de pecas.

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Aizawa Shota revisaba con afán el cerro de papeles que tenía acomulado, y aunque para su desgracia terminaba uno, en seguida le ponían el siguiente, realmente el mantener una empresa internacional era un dolor de cabeza supremo.

Suspiro sacando el aire de sus pulmones, ese que contenía cada vez que se sentía atrapado, sus manos la llevó a la frente para sostener su mentón, mientras su negro cabello caía enfrente de sus ojos tapandole la visión.

Estaba muy cansado.

Jodidamente cansado...

Las manos por inercia las llevo hacia uno de los cajones a su derecha, dentro del mismo había un pequeño cofre en el cual mantenía uno de sus más grandes tesoros, la foto de su amada novia fallecida la cual estaba embarazada en ese momento, y su hijo amado el cual no podía tener entre sus brazos. La foto mostraba un Shouta más joven abrazando a la bella chica que tenía pronunciado el vientre, demostrando la bendición que venía en camino.

♠Cenicienta y los Cuatro Caballeros♦ 👉Editando 👈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora