♠Cenicienta y los Cuatro Caballeros♦ 👉Editando 👈

Capitulo 22: ¿Un nuevo comienzo? Recuerdos rezagados, Dolor Inesperado.

Advertencia: Posible arrebato de cólera y satisfacción personal por sufrimiento de personajes, se pide discreción.

–Shin... ¿Quienes son estas personas? – soltó con interés el joven peliverde que expectante miraba de uno al otro sin dejar de preguntarse quienes eran y que hacían ahí.

Shinsou se aparto brevemente para observar a su ángel, el chico se miraba sano a su parecer, pero el golpe que recibió seguramente había causado que tuviera amnesia temporal, o eso esperaba.

Ya que no sabía si podría afectarle de forma negativa el que no recordará quien era del todo.

Pero...

¿Si se acordaba de él y de su pasado, que más importaba?

Sonrio con ironía. Tal vez después de tantos ruegos a algún dios en particular, su deseo se hiciese realidad.

Obviando a los otros dos visitantes, que con caras asustadas miraban la escena sin entender del todo que pasaba, ignoró que estaban presentes y tocó suavemente la mejilla derecha del chico, Izuku se sonrojo.

– No me has respondido Shin... – mencionó inflando levemente sus cachetes, haciéndolo ver adorable.

– Son unos conocidos, no les prestes atención, – le dijo, se volteo y miro a Iida que estaba igual de asombrado que el rubio.

–Iida ¿podrías ir por el doctor por favor? Creo que sería bueno que revisara a Izuku ahora que está despierto... – le pidió.

Iida no dijo nada más y salío de la habitación a buscar al médico de turno.

Sin dejar de pensar en que toda esa situación iba de mal en peor.

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Observé a mi alrededor y note que estaba en un hospital, las paredes blancas y la cama en la que estaba recostado me decía que seguramente había tenido algún problema y termine aquí internado.

Esperaba que Shin, mi mejor amigo, me dijera que sucedía, pero el solo me miraba con ternura y con un extraño brillo de consuelo en sus ojos.

Eso me hizo preguntarme... ¿Que había sucedido?

Por otro lado, al ubicar mi vista atrás de mi amigo, note como un joven de cabellera ceniza me observaba tan directamente que mando un escalofrío a mi espalda.

¿Acaso quería decirme algo y me veía de esa forma por esa razón?

Por extraño que parezca me dio miedo estar cerca de él. Sentía que si pasaba demasiado tiempo cerca del chico de cabello cenizo podría golpearme o decirme algo hiriente...

Ya había pasado por bastante con la pérdida de mi mamá y el problema con la señora Kaede.

Hablando de eso...

¿Donde estaba mi papá?

Si había tenido un accidente o cualquier otra cosa ¿porque el no estaba a mi lado?

Un mal presentimiento hizo mella en mi interior, sentí mi garganta secarse y un peso en mi corazón que no me ayudaba a tranquilizarme.

El miedo se apoderó de mi y un nerviosismo que no se de donde salió se apoderó de mi cuerpo, ¿porque nadie de mi familia estaba conmigo?

¿Había hecho algo malo y mi papá y doña Kaede no vendrían a verme por ello?

Una lagrima recorrió mi mejilla, lo que hizo que Shinsou se acercara y me abrazara, susurro palabras de aliento en mi oído, pero realmente no preste atención a lo que decía.