Narra V:
Todos miraban atentos a Chung-Hee, quien concentrado en sus papeles, no se percataba ni se dignaba a mirar al resto. Al final de una larga repasada con la mirada de las actividades que tocaban para la clase de hoy, alzó la vista y se encontró con el resto de nosotros. Sonrió al ver tanta atención sobre él y finalmente se decidió a hablar.
-Siganme.- nos dijo con una sonrisa saliendo del salón de baile. Todos nos quedamos en nuestros lugares y nos costó un poco reaccionar pero al final el Tuku nos agarró a mí y a la Aldu y fuimos los primeros en salir del salón con el resto a nuestra espaldas. Divisamos al profesor que se dirigía al ascensor pero al final optó por escaleras, y eso hicimos. Bajábamos escaleras una por una siguiendo a Chung-Hee. Parecía tener más energía que de costumbre. Todo estaba pasando tan rápido frente a mis ojos. La división de grupos, los ejercicios que tenemos que hacer junto con nuestro compañero, qué carajos vamos a hacer para esos premios y en este preciso instante, el profesor caminando a pasos largos y rápidos mientras todos nosotros lo seguimos sin saber hacia donde exactamente nos dirigimos. Salimos afuera del edificio y paramos un poco agitados junto a Chung-Hee, quien miraba las calles de un lado a otro en busca de dios sabe qué.
-Esto... qué es? Adonde vamos?- preguntaba Nam mientras llegaba último corriendo y parando para sostenerse de sus rodillas. Jungkook palmeó su espalda mientras se reía del esfuerzo físico de su amigo.
-Sólo fueron un par de escaleras.- le dijo como si bajar 14 pisos abajo al paso de Chung-Hee había sido fácil. Iba a responderle pero hasta respirar costaba entonces me senté en el suelo mientras me quejaba junto con la caperuza, quien me miró preocupada.
-Estás bien?- me preguntó mientras se reía agitada. Yo le asentí mientras me estiraba para que no me duelan las piernas. En eso cuando me quiero parar me arrepiento en el instante volviéndome a sentar junto a la caperuza. No quiero volver a hacer un paso más.
-Pfff ya se cansaron.- dijo Jimin mientras se acuclillaba a nuestro lado y se reía.
-BUAH.- dijo la caperuza haciéndome reír y ambas nos paramos juntas mientras nos dirigíamos hacia el profesor, quien seguía buscando algo que no sabíamos qué era.
-Qué busca señor?- le dijo la caperuza agudizando su voz como cuando hablaba con gente mayor y desconocida. Yo me reí por lo bajo mientras la Ramo se unía a la risa junto con la Aldu y el Tuku. Era una costumbre que tenía la caperuza. Una muy graciosa.
-Estoy buscando... Oh, ahí está. Siganme, por aquí.-dijo volviendo a caminar a su paso rápido. Yo bufé mientras caminaba lentamente, ya cansada. La Ramo me esperó y juntas nos acercamos a unas dos furgonetas que estaban cerca del profesor.
-Vamos, suban.- dijo mientras él se subía a una y nos alentaba a que nos subamos. Todos dudamos pero luego de un instante subimos los Tupios y Chung-Hee, y Bangtan en la otra furgoneta. Ésta arrancó y comenzó a dirigirse hacia las afueras de Seúl, que no quedaba tan lejos como parece, pero aún así caminando nos hubiésemos cansado lo suficiente como para hacer dedo en el medio de la autopista. Las vistas de las colinas y la arena comenzaba a hacerse presenta por la ventanilla. Chung-Hee no decía nada, sólo disfrutaba la vista como nosotros, a diferencia de que nosotros boludeabamos de vez en cuando.
-Qué vamos a hacer?- le preguntó la Aldu ansiosa mientras despegaba la vista de la ventanilla para prestarle atención al profesor, quien la miró y negó con la cabeza.
-Si te cuento, sería injusto para el otro grupo. Se enterarán juntos cuando lleguemos.- dijo con una sonrisa amable mientras la Aldu asentía no tan de acuerdo. Luego de unos 20 minutos de estar en la furgoneta en movimiento, nos decidimos a saludar por la ventanilla de atrás a Bangtan que iban siguiéndonos. Ellos abrieron la ventanilla y nosotros también, comenzaron a gritar saludándonos como si no nos hubiésemos visto en toda la mañana y eso nos hizo reír a carcajadas. Hasta le sacamos una sonrisa al profesor, quien ya se estaba acostumbrando a nuestro sentido del humor.
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Bangtupios
Hayran KurguEsta historia cuenta la vida de los Tupios, los primeros idols nativos de Argentina que viven en Corea y trabajan para la más reconocida empresa Big Hit, dónde juntos viven inolvidables aventuras, asisten a premios, hacen giras, conciertos, conocen...