Capitulo 16

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Al día siguiente la escena de todos los Tupios reunidos en la isla de la cocina y teniendo el desayuno se volvía a repetir como todas sus mañanas. Para ellos no faltaba nada, tenían sus mates, tostadas y galletitas y estaban juntos. Al igual que no faltaba su típica charla matutina para comenzar el día... Aunque su día comenzaba no tan temprano que digamos.

Narra V:

-Nosotros ya lo hicimos, ahora les toca a ustedes.- dijo el Tuku a mi lado mientras se abalanzaba hacia mi y me abrazaba por el hombro mientras hacíamos una cara pícara hacia las dos enfrente de nosotros. La Ramo pasó el mate desde la punta de la mesa hasta las manos del Tuku, quien se quejó diciendo que estaba un poco amargo y le faltaba azúcar.

-Para vos a todo le falta azúcar Ayrton.- dijo la caperuza mientras lo miraba y lo llamaba por su nombre. El Tuku solamente tomó el mate mientras sonreía como en un comercial y se encogía de hombros.

-Bueno y qué hicieron la otra clase? Tipo qué tenemos que hacer cuando lleguemos?- dijo la Aldu mientras me miraba a los ojos sin entender cómo debía actuar. Yo suspiré haciéndome la superada pero aún así con el pensamiento de que yo estaba mil veces más nerviosa que ella. Aún así decidí tranquilizarla, o eso creo.

-Tranquila, Jungkook va a saber cómo tratarte.- le dije mientras tomaba el mate que me había dado la Ramo y le guiñaba el ojo como si le hubiese dado un consejo. Ella se puso en un semblante completamente serio haciendo reír a la Ramo. 

-N-no era eso lo que preguntaba...- dijo mientras miraba hacia abajo y volvía la mirada hacia arriba pestañeando varias veces. Yo negué con la cabeza mientras lo codeaba al Tuku y señalaba a la Aldu con la cabeza para luego bufar.

-Después yo soy la paki.- dije mientras negaba otra vez con la cabeza y le pasaba el mate a la Ramo. Pero de un movimiento rápido el mate fue tirado de un manotazo y fue a parar al suelo. El Tuku gritó asustado mientras se paraba de su silla y miraba a la Ramo en el suelo muriéndose de la risa, con sus carcajadas indescriptibles.

-EL MATEEEE.- dijo el Tuku mientras corría a buscar un trapo para juntar toda la yerba desperdiciada. Cuando volvió con la tela en la mano se arrodilló para limpiar como una madre enojada mientra la Ramo que estaba a su lado le pegaba manotazos no tan fuertes sin poder contener su risa, pero cuando se le pasó se paró para volver a sentarse en su silla mientras miraba el desastre que había hecho.

-Bueno, ya vendría siendo la hora.- dijo la caperuza preparada para irse junto con la Aldy, quien la miró para luego asentir y encaminarse hacia la puerta de entrada. Ambas ya listas nos saludaron mientras cruzaban la puerta y nosotros nos quedamos mirándola hasta que se cerrara. El Tuku suspiró para luego seguir limpiando y la Ramo siguió cebando los mates con la nueva yerba que le había puesto el Tuku. 

-Cómo les irá?- preguntó la Ramo mientras miraba a la nada con cara de pensadora y nos ponía a mi y al Tuku dentro de una interrogativa. Ninguno sabía la respuesta pero aún así esperábamos que a ambas les valla muy bien en el trabajo. Me reí simplemente al imaginarme a esos grupos juntos, sin dudas hacía muy linda pareja.

Narra Aldu:

Ambas junto a la caperuza íbamos al mismo compás de acuerdo con los pasos que dábamos para dirigirnos al salón de baile. Eran normales pero a la vez tímidos y un poco lentos. Cuando salimos del ascensor nos miramos y nos sonreímos sin querer. Estamos nerviosas y no sabemos qué haremos exactamente con nuestras parejas, pero sin dudas lo averiguaríamos juntas. Al estar enfrente de la puerta del salón la caperuza agarró el picaporte pero antes de abrir me miró a los ojos como una madre preocupada.

-Estás bien?- me preguntó un poco inquieta. Yo asentí varias veces, no estoy tan nerviosa o al menos no lo demuestro, pero la caperuza conoce mi organismo y sabe que cualquier cosa puede hacer que se me baje la presión o algo así. Soy inestable pero no tanto. 

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