Capítulo 32

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Narra Ramo Red:

-TE RE DROGARON BOLUDA.- dije más que sorprendida en el baño. La Aldu frunció el ceño mientras asentía y mientras me hacía una seña para que deje de gritarle. No podía creer lo que estaba pasando.Quiero decir, acababan de drogar a uno de los Tupios, de qué otra manera se supone que tendría que reaccionar? Luego de suspirar y de ver cómo sobrellevaba todo esto la peque, agradecí a la nada misma de que por lo menos no haya tenido muchos efectos contraproducentes en su organismo. Ambas salimos del baño y yo la guiaba entre la multitud. Ella caminaba con dificultad, pero por lo menos se encontraba tranquila, cosa que agradecía pordos. Me dirigí hacia la entrada de todo el salón, pues aunque me haya encantado toda la joda esta, no tenía planeado dejar a la Aldu sola. Al llegar me sorprendí al ver a todo Bangtan y los Tupios ya ahí, pero me desanimé cuando noté la ausencia de Jimin, V y el Tuku. Teníamos que salir todos juntos la cajeta.

-No hay ningún fotógrafo ahí afuera.- dijo Nam en una sonrisa mientras dio un par de saltitos. Me costaba creer tal cosa después de ver la cantidad de ellos que había cuando llegamos acá, pero la emoción de Nam se me había pegado. Eso significaría que saldríamos tranca palanca de este lugar.

-Así como tampoco había ninguna fiesta en el noveno piso, eh?- dijo Tae mientras codeaba el brazo de Yoongi, quien tras haber escuchado eso había negado una sola vez mientras cerraba sus ojos y hacía una mueca. Esa expresión de haberse mandado la cagada del siglo no salió desapercibida para mí, no sólo por conocer a la perfección tal expresión y por haberla hecho incontables veces a lo largo de toda mi vida, sino por notar lo raro que estaba actuando Yoongi durante la fiesta.

-Ni cascada de chocolate, ni buffet, todas patrañas.- dijo Jin seguido de una carcajada mientras se acercaba al dueño de lo que parecen ser 'patrañas', como bien había dicho. JA. PATRAÑAS.

-Patrañas...- dije mientras me empezaba a reír en voz alta. Jin me miró y comenzó a reír conmigo mientras Yoongi nos miraba con indiferencia para luego sonreír levantando sólo una de las comisuras de sus labios. La Aldu al lado mio había intentado reírse, pero en vez de una risa salió un quejido, quejido que hizo que todos volvamos a la realidad y le prestemos atención a lo que realmente pasada: el estado de malestar de la Tupia.

-Se pueden quedar, yo me encargo de que llegue sana y salva a su casa.- dijo Jungkook mientras dejaba su celular y se acercaba hacia la Aldu, quien estaba más concentrada en controlar su inarmonía que en prestar atención en cómo llegaría a la tupio casa. Yo asentí de acuerdo, pues conozco a Jungkook y también a la Alda, sabía que estaba en buenas manos. Pero el rostro de Yoongi había hecho que cambie de opinión de manera casi inevitable.

-Yo iré hacia nuestra casa.- dijo Nam mientras agarraba los hombros de Yoongi y Jungkook, pues lo decía más en forma de aviso que otra cosa. La fiesta estaba terminada para todos los presentes.

-Está bien, entonces iremos todos y la llevaremos a su casa.- dijo Yoongi cerrando el plan mientras miraba de reojo hacia Jungkook, quien no paraba de mirar atento hacia la Aldy, quien seguía con malestar. Yo iba a irme junto con ellos, pero justo cuando la persona que abría y cerraba la gran puerta de entrada se movió para cedernos el paso hacia la salida, Hobi habló.

-Y dónde está Jimin-ah?- preguntó haciendo que todos paremos nuestro caminar y que la Aldu se quejé mientras se agarraba su cabeza. Yo levanté mis cejas al darme cuenta de que estuvimos a nada de irnos sin él. Pero también faltaban V y el Tuku. Yoongi se agarró su pelo mientras musitaba un 'Aishh' en voz alta. Pero de un momento a otro, ya se me había ocurrido una idea.

-Ustedes vallan tranquilos, yo me quedo a esperarlos.- dije mientras daba unos pasos hacia atrás. Yoongi me miró y me asintió en una mirada insatisfecha. Parecía incómodo con todo lo que estaba pasando alrededor. No sabía exactamente lo que le pasaba pero por su manera de actuar sabía que en su mundo había tal encrucijada que lo hacía actuar con nerviosismo y hasta con pesar. Pero me despedí de él y de todos los presentes con el pensamiento de que tarde o temprano se pondrían las cartas sobre la mesa.

BangtupiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora