Capitulo 46

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Narra Caperuza:

Las cosas en la tupio casa siguen su rumbo normal, anoche la primera en llegar fue la Ramita con una energía divertida, ya que lo primero que hizo fue bailar normalmente mientras cerraba con llave la puerta de la tupio casa. Lo sé porque la Aldana me había obligado a quedarme de más a la noche para mirar vídeos en youtube de nuestras presentaciones y me copé, y así fue como presenciamos la llegada de la Ramita a nuestra casa. Parece que tuvo una buena noche de trabajo? No sé, no tuve tiempo de preguntarle bien acerca del tema. Mientras que V llegó más tarde y se la notaba un poco más cansada que a Ramo Red. Y se fue directo a su habitación después de darnos una sonrisita normal. Ahora es día libre, lo que significa que podemos hacer lo que se nos cante la gana.

La mañana transcurrió normalmente y me puse a cocinar con la Alda el menú especial de la casa, fideos con salsa de queso, mucho queso. Era una especialidad tupiesca. Ayrton puso la mesa y la Ramo apareció justo cuando colábamos los fideos espaguetis y se sentó en su lugar de la mesa. La V le siguió pero en vez de eso, fue al baño de la sala seguro para lavarse la cara.

-Cómo les habrá ido anoche?- pregunto en silencio a la Alda, que había empezado a lavar lo que usamos para hacer los fideos. Y como dos viejitas chusmas empezamos a inventar suposiciones mientras nos reíamos, todo esto mientras le poníamos la salsa a los fideos y los dejábamos sobre la mesa.

-Pero espera Ayrton la puta madre.- lo retó la Alda al Ayrton, quién había clavado su tenedor en la bandeja de fideos apurado, como si la comida iba a desaparecer de un segundo al otro. Él la miró empacado para después sentarse y esperar a que estemos todos en la mesa sentaditos y juntos para almorzar. Como se debe loco.- Angurriento.- dijo haciendo reír a la Ramita, quien se habia comenzado a servir jugo en su vaso y después de un queja, le sirvió a su compañero, el Tuku tiene esa costumbre de arrimar el vaso cuando te estás por servir algo para tomar. Ventajero como nunca.

-Re bien che.- exclamó con la boca llena de fideos Ramo Red, después de que la Aldu le haya preguntado acerca de anoche y por fin todos sentados y almorzando, empezando nuestro día libre AKA sabadaso. Yo asentí satisfecha y justo cuando estaba por preguntarle a la V lo mismo que la Aldy a la Ramo, vi como su mirada sospechosa se despegaba de la Ramo, justo cuando ella se dio cuenta de la mirada de su camarada, una mirada bastante rara la verdad. Aún así no me quedo con la duda dentro de mí.

-Y a vos V?- dije viendo como JUSTO cuando mascullaba mi pregunta la muy oportuna se empina el vaso de jugo en cámara lenta, pues tardó mil años en responder.- Boe...- dije haciendo que la Alda se ría graciosa.

-Bien.- dijo una sola palabra pero levantando sus cejas mientras sonreía ampliamente y con voz algo aguda. Me relajé al dejar de notarla extraña y seguí comiendo cuando vi que se distrajo con su celular. Terminamos de comer y después de hacer piedra, papel o tijeras y haber ganado, me libré de lavar los platos y me senté en el sofá a fijarme los likes que había recibido en Instagram, una foto con la Ramita que ya llegó a los 2 millones de likes. El poder de las más sexys del grupo claramente. Me reí en voz alta por ese pensamiento pasajero, haciendo que la Ramita al lado mío me miré rara. Le saqué la lengua en venganza. Tras que la alagué en mis pensamientos así me paga la muy sonsa.

-Ay que pavota.- dijo el Tuku con una risita mientras la miraba a la Alda con picardía después de casi haber roto un vaso lavando los platos. La Alda se rió junto a él y me dí cuenta de lo muy familia Ingalls que podemos ser... aveces. Excepto cuando los engancho a la Ramita, el Tuku y la V hablando sin censura de glandes y cosas así de random. Hablando de Roma, V aparece de la nada y se sienta en el sillón cerca del sofá, donde estamos la Ramo y yo y no tenía su celular, así que se quedó viéndonos a nosotras dos y de vez en cuando desviaba su mirada y la dirigía a la nada misma. Embobada como aveces solía estar, pero tranquila. Como V. 

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