EL DÍA DESPUÉS
Harry y Annie habían despertado algo tarde la mañana del 26 de diciembre. No querían salir de la comodidad de la cama.
—¿Es necesario levantarnos? —se quejó Harry hundiendo su cara en su cuello. Sus compañeros al parecer ya se habían ido pues estaban solos en el dormitorio.
—A menos que queramos morir de hambre —respondió Annie divertida.
—Bien —se resignó el pelinegro pero siguió sin moverse.
—Vamos, muévete. Quiero ver a Issa —dijo Annie.
—Cierto —suspiró levantándose. Rebuscó en su baúl y tomó la capa invisible.
Se la tendió a Annie para que pudiera llegar a su dormitorio sin problemas.
(...)
—¿Que tal estuvo el baile? —preguntó la pequeña Hufflepuff.
—Muy divertido —respondió Annie con una sonrisa.
—¿Se fueron algo temprano, no? —preguntó Hermione lanzando un bostezo.
—Algo así.
—¿A hacer qué? —preguntó Blaise levantando una ceja.
—Nada que te importe, Zabini —entrecerró sus ojos de forma graciosa.
—Oh, entonces supongo que tuv...
—¡NO! —gritaron ambos sonrojados hasta las orejas.
—Ni siquiera sabían lo que iba a decir, malpensados —defendió Blaise.
—Conociéndote —habló Annie alzando una ceja.
—¿De qué hablan? —preguntó Issa confundida.
—Pues verás, Issita, cuando dos personas se quieren mucho... —comenzó Ron maliciosamente.
—¡RON! —gritaron Annie, Hermione y Harry mientras éste último tapaba los oídos de la Hufflepuff.
—Ay, pues ya —se quejó. Blaise y Theo reían a más no poder.
—Yo sé que las personas que se quieren mucho se besan —ladeó la cabeza—. Yo he visto a Annie y Harry besarse muchas veces.
Annie sonrió con ternura al ver la inocencia de la pequeña.
Hermione sacó otro tema para alejar el asunto vergonzoso de sus mejores amigos.
—Harry.. —susurró Issa acercándose al pelinegro.
—¿Mm? —se giró en su dirección.
—¿Tú quieres mucho a Annie?
Harry levantó la vista y observó a su novia reír con algo que Ron había dicho.
—La amo mucho —le susurró como si fuera un secreto haciendo sonreír mucho a la pequeña.
(...)
Todavía había una gruesa capa de nieve alrededor del colegio, y las ventanas del invernadero estaban cubiertas de un vaho tan espeso que no se podía ver nada por ellas en la clase de Herbología. Con aquel tiempo nadie tenía muchas ganas de que llegara la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, aunque, como dijo Ron, los escregutos seguramente los harían entrar en calor, ya fuera por tener que cazarlos o porque arrojarían fuego con la suficiente intensidad para prender la cabaña de Hagrid. Sin embargo, al llegar a la cabaña de su amigo encontraron ante la puerta a una bruja anciana de pelo gris muy corto y barbilla prominente.
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Annie y el Cáliz de Fuego
Fiksi PenggemarEl inicio de una guerra, acontecimientos descubiertos y un baile, ¿alguna vez podrá tener un año normal? [HERMOSA PORTADA HECHA POR @ArynEditorial]