Impotencia

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Syntethics

Capítulo quince

Impotencia

Una suave melodía iba cobrando fuerza mientras Marion avanzaba por el pasillo rumbo a la oficina del big boss. Nada más bajar del trapecio el señor Roger le notificó que el gran jefe la esperaba en su oficina.

Marion estaba hecha un manojo de nervios. La adrenalina por su aventura en el trapecio consumió su sistema nervioso nada más oír a su padrastro terminar de decir aquellas palabras.

¿Qué es lo que quería el señor Rothenmayer con ella? ¿Por qué su repentino interés?

La melodía que seguía sonando en el interior de la oficina le parecía conocida,estaba casi segura de que la había escuchado antes.

Marion golpeó la puerta tres veces y no esperó a que la invitaran a entrar,no creyó que sus golpes se oyeran por encima de la melodía que se oía más fuerte del otro lado de la puerta.

—Permiso — asomó la cabeza por la apertura de la puerta.

—Pasa — un hombre rubio y joven se hallaba sentado sobre un escritorio de madera tallada con relieves,dándole la espalda a la puerta.

Marion entró y cerró la puerta,el dueño de las empresas Rothenmayer no se molestó en darse la vuelta.

La melodía terminó y Rory cerró la tapa de la caja de música mientras Marion aguardaba impaciente a que se dignara a tomarla en cuenta.

El joven heredero se dio la vuelta sin levantarse de su lugar.

—Señorita Dupeyron ¿Por qué no toma asiento? — señaló la silla frente a él.

Marion obedeció.

—Contrario a lo que puede estar pensando,esa melodía me ayuda a despejar mi mente — puntualizó Rory.

—No sé porque razón creé que puedo tener alguna clase de pensamiento aunado a esa melodía.

Una perfecta ceja se alzó en el rostro del hombre rubio.

—¿De verdad? — preguntó con escepticismo — Serias la primera, creí que todo el mundo la conocía.

—Bueno,no voy a negar que me resulta familiar,pero no tengo idea de donde la escuche antes.

Rory Rothenmayer tenía una sonrisa amable y una nostalgia en la mirada. Estaba ahí presente y al mismo tiempo no. Como si la suave melodía que acababan de escuchar un minuto antes lo hubiera transportado a un recuerdo acontecido mucho tiempo atrás.

Marion se aclaró la garganta para llamar su atención. La dulce sonrisa no desapareció de sus labios.

Rothenmayer tomó una carpeta en la que Marion no había reparado hasta entonces.

—Marion Dupeyron. Veinticuatro años...

Era su expediente.

—Has trabajado para las empresas Rothenmayer desde los dieciocho, ¿ y de buenas a primeras decides robarme una unidad? ¿Por qué razón? ¿Para tener sexo? —ironizó — No lo creó.

Synthetics: La Evolución De Los JuguetesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora