Capitulo 1

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  Los kilos me pesan. No tanto como me pesan las miradas. Me llamo Seiren Hikari y tengo 16 años actualmente. No me veo muy redonda pero muy poco puedo parecerme a esas modelos de la tele. Me harté de escuchar el típico "Tenes una cara hermosa" mientras piensan "Lastima el cuerpo". Nunca me lo dijeron de frente pero yo lo se. Mi cara lo admito, es linda pero quiero pensar que algún beneficio tenemos que tener las mujeres con caderas anchas.

  Sé, en cambio, perfectamente, los beneficios de ser delgada hasta los huesos. "Flaca escopeta", como dice mi mamá. Lo sé porque tengo dos ejemplares en mi familia. Que no he podido imitar.

  Me he cansado de ver bailar a mis amigas y me resigné a que eso para mí no es. Los Chicos y yo nos relacionamos, poco y nada. Amigos o nada.

  Además, soy tímida. Y callada. Y las cosas que me gustan solo las puedo compartir con mis amigas cercanas. Me gusta la música, los libros y otras cosas arriesgadas. Pero por sobre todas las cosas, amo mi piano desde que cayó en mis manos luego de que mi mejor amiga se fue. "Maiko tocaba el piano como las deidades", dicen mis compañeras de hokey siempre que aceptan hablar de ella.

  Voy a bailar de vez en cuando para estar con las chicas, pero no porque me guste el apretujamiento de gente y que todo el mundo observe y se muestre. No me gusta mostrarme, ni que me observen.

  En un autorretrato que me pidieron en el colegio tengo que incluir lo físico. Incluiré solo la cara, el resto del cuerpo no existe. O existe en abundancia. Por lo tanto, de mí puedo decir que tengo la cara redonda y la piel trigueña (lo dice mamá). El pelo largo, negro con las puntas azules. Los ojos de un cafe oscuro y la mirada cálida. Esto último acotado siempre por Maiko: "Vos no das miedo, das ganas de abrazarte". Y puede ser. Me encanta tener la mirada cálida.

  Seguramente jamás llevaré esto al colegio porque no me interesa que lo lea nadie, ni siquiera a Nakamura, que es la profesora que más quiero. La única que sabe que existo, ahí. Porque con los profesores tampoco me llevo. Ni me van ni me vienen.

Somos Así (Diario De Chicas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora