Capitulo 2

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  Mamá se llama Kimi. Que siempre nos sonó a Kiwi. No entiendo cómo la abuela  le eligió semejante nombre. Nunca me llevé bien con mamá. Es la verdad. Jamás nos entendimos y mi hermano Ringo es tan parecido a ella que no lo soporto. Pero admiro a mamá porque se ocupa de nosotros dos ya que papá siempre trabaja. Tampoco tengo a mis abuelos vivos. Pero una cosa no quita la otra. Mamá es el extremo opuesto a mi persona.

  Odia flequillo. Odia que siempre oculte mi frente. Odia el pelo largo y la ropa negra, la cara lavada. Y mis caderas anchas. Mamá es el ejemplo de una mamá modelo.

  Papá trabaja demasiado. Mucho. Mamá y él no salen con sus amigos sin mi hermano y yo. Pero con mi papá no nos vemos mucho.

  Pese al parecido entre mi mamá y mi hermano dudo de que lo mismo le pase a Ringo. Él sí la está pasando bárbaro a su edad. Empezó la secundaria este año. Estudia en el bachillerato internacional. Y ahora tiene los amigos de la primaria y lo de la secu. Todo un caos de amigos y teléfono que no para de atender. Lo llaman muchas chicas pero novia, por ahora no le he conocido.

  Ringo de Maiko no habla. No existe para él. Es raro, Ringo, porque tiene un carácter terrible pero cuando está de buen humor nadie a su lado puede estar mal. Ni siquiera yo. Con el tiempo me di cuenta de que Ringo es de esa gente, escaso, a la que todo el mundo quiere tener cerca. Cuando se ríe, cuando nos reímos, mejor dicho, en ese momento siento que somos hermanos. Tiene la risa contagiosa, como yo. Y se ríe de casi todo, hasta de él mismo. Cuando está de malhumor se molesta con todos. Se enoja mucho con todo. Tiene mirada de odio.

  Admito que me siento mas cómoda con Ringo que con mamá. Porque mamá eso de hacer sentir bien a los demás no logra en lo absoluto. Mamá es ella, y solo ella. A veces me pregunto si me conoce, si sabe quién soy y qué pienso. Lo dudo.

  Ringo sabe. Entiende un poco y comparte menos, pero sabe. Cuando está triste me pide que le toque algo de piano. Viene a la noche, cuando estoy leyendo en la cama antes de apagar la luz, se sienta al lado de mis pies y me acerca el pianito. Me escucha con los ojos llenos de lagrimas. A veces llora. Yo no digo nada, solo toco.  

Somos Así (Diario De Chicas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora