Estaban comenzando a bajar la pesada cortina de herrería cuando entré al establecimiento. Mi respiración era agitada y sonora. Tal vez por eso decidieron atenderme, aun cuando fuese hora de cerrar.
-quiero una copia de cada hoja-dije jadeando, al momento que depositaba sobre el mostrado el voluminoso contenido de las tres carpetas.-tienes que dejarlas para recogerlas después.
-no puedo. Me urge. Debo devolverlas mañana temprano- dije con desesperación.era verdad. La empleada hizo un gesto de franca molestia ,volteo a ver a su patrón.
Éste personalmente se acercó y tomando los folios comenzó a fotocopiarlos. Me entregaron las hojas terriblemente desordenadas. Pasé casi una hora acomodándolas en mi casa. Pero valió la pena. No podía devolver el portafolios a su propietario sin conservar para mi una copia del material que había causado tan excitante revolución en mi estado de ánimo.
.
Al día siguiente llegué muy temprano a la escuela. Antes que el Señor Kim y para mi sorpresa también de Jimin. Espié durante unos minutos al aseador y cuando éste salió de la oficina trapeando con la vista fija en el embaldosado, me escabullí para depositar sobre el escritorio de la dirección del portafolio. No deje ni una nota ni quise esperar al propietario. Entré a clases como saeta(flecha), frotándome las manos sudorosas en el pantalón.Otra vez me había salido con la mía. No iba a ser siempre así.
Nuestro profesor llego tarde a la clase. El aula estaba ligeramente sobre preocupada, así que la algarabía de los pupilos sin que hacer era casi una romería. Unos vocalizaban, otros, en grupitos, contaban chistes de alto contenido erótico, otros se jaloneaban y se golpeaban en un retozo brusco y peligroso. Los vapores iban subiendo de tono al paso de los minutos. Un profesor impuntual en la escuela preparatoria puede ser el culpable de que los alumnos terminen quemando las instalaciones. Y el profesor Min era impuntual, además de tímido y ansioso. Cuando entró al salón con 40 minutos de retraso, nadie hizo el menor intento por comportarse. El recinto se había convertido en una bacanal. Pululaban los gritos y quejidos, aullidos, balidos, mugidos y bramidos.esos encima de estos opinaban sobre las chicas y las chicas se quejaban agrediendo como respuesta a aquellos. El profesor intento callarnos, pero fue abucheado estrepitosamente. No éramos un grupo de delincuentes como los que se ven en las películas estadounidenses de pandilleros, solo éramos muchachos comunes y corrientes empuñando erróneamente el estándar de la libertad. En ese escuela casi cualquier maestro hubiera podido detener el gran bullicio, pero no el maestro Min. Le faltaba autoridad. Siempre le había faltado.
-jóvenes- decía casi inaudible-tranquilícense O llamare al director.
Pero sabíamos que no se atrevía hacerlo, era como declarar abiertamente ante su jefe lo impotente que era. Sin embargo, infiero que el ruido producido ese día en ese lugar tras pasó uno tras otro los canceles de la escuela porque repentinamente la puerta se abrió y apareció el director.
El director entro Al aula haciendo a un lado con los pies la basura que encontraba en el camino, fulminó con la mirada al profesor, quien bajo la visto avergonzado , y luego nos miró a nosotros. El hombre tenía presencia y autoridad. En varias ocasiones se lo había visto expulsar sin temor a compañeros altaneros dos veces más corpulentos que el( cuando era profesor). Y de inmediato me percaté de que la mano derecha traía la carpeta azul del portafolio, la que contenía sus apuntes a máquina, Como si al estar revisándolos hubiese tenido que venir deprisa al salón trayendolos consigo sin darse cuenta. me sentí sumamente angustiado al pensar que pudiera mencionar algo del botín recientemente recuperado, así que me agaché tratando de pasar desapercibido.
Se paseó frente al pizarrón sin hablar, cuando advirtió de reojo las obras pictóricas en el realizadas, se dejaron oír unas risillas, plasmadas sobre el pizarrón estaba la caricatura flacucha y larga del profesor. El director Kim tardo un poco en reaccionar. Finalmente empuñó el borrador e hizo desaparecer con mano firme la ilustración.
Luego pasó la mirada sobre su caprichoso público y movió la cabeza. Lucía cansado y preocupado. En el no se veía enojo sino cansancio y desilusión.
-no me molesta lo que ha pasado aquí-dijo finalmente con voz grave-Son jóvenes, están llenos de energía, la euforia se desborda por sus músculos-se encogió de hombros-no me molesta...es normal, quiero decir, yo también fui estudiante y era divertido alocarse y desafiar la autoridad. Yo entiendo eso..-
Parecía un cenobita luchando por comprender filosofías, comenzó a caminar de un lado a otro del salón muy lentamente. Los alumnos estaban desconcertados. Esperábamos una fuerte reprimida, he ahí que el máximo sensor de paseo frente a nosotros como si tuviera un problema y necesitara de nuestra ayuda.
-estoy tratando de entender-comenzó a alzar la voz-porque jóvenes mayores, Como ustedes, que deberían estudiar ya en la universidad, han decidido echar a perder su vida . Porque no están preocupados por salir del hoyo, porque siguen reprobando materias con tan despreocupado descaro, porque se siguen comportando como adolescente de 13 años...porque?
todo era silencio, nadie se atrevía hablar, era como si la voz del director fuera una guía, pero que solo valdría poco ,porque los jóvenes olvidan, cuántas veces me han dicho a mí, no te metas en problemas, respeta las normas, No faltes el respeto, y hasta ahora lo sigo haciendo, pero no pueden recriminarme, si todos son como yo.
-he pasado noches enteras tratando de descifrar la razón por la que tantos muchachos, aparentemente normales, hijos de buenas familias, se dejan arrastrar por la abulia , se vuelven rebeldes y fracasados-dejo caer el legajo sobre el escritorio como si nada de lo que hubiese en el sirviera-ustedes son esos jóvenes, y una de dos, o hay algo en sus sentimientos que aún desconozco o son una sarta de necios.
Las palabras del director provocaron excitación en el ánimo de varios de nosotros. El no había ido a corregirnos de castigarnos, El tenía finalidad distintas. Quería meterse en nuestras vidas y eso, por desusado nos puso inmediatamente a la defensiva, pero a la vez nos agrado.
-quiero hacer hoy lo que nunca he hecho. Hablar con ustedes como un amigo. Me quita el sueño pensar que la fiesta romana que se armó aquí hace unos minutos es el común denominador de sus vidas. Y no sé si me entienden, pero si soy incapaz de cambiar eso, mi trabajo en este lugar pierde totalmente su sentido, así que me permiten ayudar?
ESTÁS LEYENDO
UN GRITO DESESPERADO
Teen FictionYo era un adulto con una familia unida, llena de amor, hasta que perdí a mi hijo, creo que me lamento de no haber podido hacer nada, pero eso hace el ser humano cuando está en problemas..nada. Esta carta lleva más de mi que yo mismo, pero no esperab...