Epílogo

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Zayn.

¡Agh! ¿Donde estoy?, ¿Estoy en mi casa? pero ¿Por qué hace tanto frio?. Me sentía debíl, mis sentidos casi no respondían y el dolor de cabeza lo empeoraba todo. Comencé abrir mis ojos lentamente siendo lo primero en ver, una habitación blanca con algunos instrumentos médicos y justo en una esquina se encontraba Amy, la novia de Niall, dormida en un pequeño mueble. ¿Ella me trajo aquí? ¿ Amy me salvó? ¿Acaso no soy bueno ni para quitarme la vida?. Intenté levantar mi cuerpo apoyandome sobre la almohada, ya que, me sentía incomodo estando acostado en esta dura cama.

Una vez recuperando completamente el sentido, volví a observar a Amy la cual aparentaba estar completamente cansada, ya que, los pequeños sonidos que venían de ella la delataban. Sentí algo que mi mano estaba sosteniendo y de lo que no me había percatado, es que estaba haciendo presión en ese objeto. Me sorprendí al ver lo que había estado sujetando, pero eso solo significaba que ¿ Payne había estado aquí? ¿él me trajo aquí? pero ¿Por qué? ¿Por qué lo hizo?. Si sabía que él era lo único que me quedaba y ahora que lo estoy perdiendo ¿De qué servia seguir siendo él único que sufría? ¿Por qué no pudo dejarme ir asi como yo lo he hecho con él?.

No podía creer que otra vez lo tenía en la mano a ese muñeco, ese muñeco que había significado mucho para ambos y él cual había comenzado todos esos conflictos durante muchos años, hasta él día en que Payne lo volvió a ver. El mismo pequeño muñeco que fue de gran ayuda para atraer la atención de Payne, ahora estaba de nuevo conmigo, intacto, tal cual la última vez que lo ví en sus manos y entonces ¿esto que significa?.

Me fijé en un papel doblado que sobresalía del pequeño chaleco azul del muñeco y al mismo tiempo cubría una parte, lo abrí y me dí cuenta que no era un simple papel como cualquiera, era una foto, la jodida foto que inició todos mis problemas juntos con los de Payne, la misma por la cual fui chantajeado muchas veces por el imbécil de Edward.

Recordabá el momento en que esa foto había sido tomada. Fue aquél dia en que Louis había organizado su dichosa fiesta de Halloween. Louis me había ofrecido unas pastillas con drogas diciendo que recién las había comprado a un tipo, asegurando que eran de las mejores y que no pasaría nada, pero todo fue al contrario, ya que, después de unos minutos de haberla tomado, me encontrabá vomitando en el baño de su habitación gracias a esas pastillas combinadas con alcohol. Mi aliento comenzaba a faltarme y mis fuerzas me dejaban haciendome caer en el centro de la habitación.

Pensé que moriría en ese instante y en ese lugar, debido a que estaba comenzando a perder la conciencia y el ruido que llenaba toda la casa me hacía perder la esperanza de que alguien me encontrará a tiempo, pero me había equivocado, ya que una vez dandome por vencido escuché la voz de Payne muy cerca de mi, esa voz que me hizo pensar en que si moriría, debería hacerlo cumpliendo por lo que había estado esperando. Aproveché su guardia baja mientras me hablaba tan cerca y sin haberlo pensado dos veces me lanzé hacia él besando sus labios mientras hacía presión en su cuello.

Fue la primera vez en que pudé sentir los labios de Payne con los mios, juntos en un beso, algo que deseaba desde que ví a ese niño presumir su juguete con su amigo, ese beso diferente de lo que esperaba luego de haber sentido sus puños en algunos lugares de mi cuerpo debido a mis comportamientos estúpidos.

La foto no estaba sola, me había dado cuenta que algo tenía en la parte posterior de esta y eran las palabras escritas por Payne en ella. No quería leer lo que decía, pero la angustia me acorralaba a hacerlo.

"Sé que esta no es la mejor manera de despedirse, pero para nosotros debe ser asi, porque sé que si lo hago en frente de tí, despertarás ese sentimiento que tu creaste en mí, creo que a eso le llaman Amor, aunque nunca te lo dije. Ahora ya no estaremos el uno para el otro, asi que tenemos que ser cuidadosos y no cometer alguna locura. Adiós." Liam.

You're my mirror (ziam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora