Capítulo 19

633 49 7
                                    



Aunque vayamos a un motel de esquina, el cuerpo de _____ no aguantaría más con esa ropa mojada. No podía permitir eso, debíamos ir al apartamento.

Con cuidamos, fuimos a la parada de autobuses, por suerte llegamos a tiempo para tomar el último junto algunos estudiantes que andaban por ahí.

Durante el camino ella se quedó callada, la había cubierto con la casaca de cuero que había llevado ya que ese vestido la tenía muy expuesta.

Estábamos a punto de bajar, la tienda de la esquina estaba abierta y alumbraba la acera mojada.

—¿Por qué estamos aquí?

—Necesitamos ropa seca, te puedes resfriar. —dije mientras bajábamos, ella lucía preocupada y asustada.

—El Señor debe estar buscándome...

Ya abajo del bus, ella dio unos pasos a la izquierda, yo con el paraguas abierto la perseguí.

—Estoy seguro que no hay nadie en casa, ¡todos deben estar buscándome!

—Pero hay cámaras ¡lo sabes!

Ella estaba exaltada y las personas que caminaban por ahí nos miraban extraño.

La tome de la mano guiándola nuevamente a la esquina.

—No te preocupes.

A pesar que hice mi mejor intento en ponerme firme y tratar de confortarla, se notaba que no confiaba del todo en mi... pero al menos fue suficiente para llevarla hasta el departamento.

🥕

Llegamos al apartamento, y como lo suponía, no había nadie. De seguro todos deben de estar buscándome.

—Ve dúchate... y ponte ropa limpia. Cuando termine iré contigo y veremos que hacer ¿sí? —Ella atenta a cada detalle del apartamento que estaba ligeramente desordenado, sin mirarme, asintió.

Espere que subiera las escaleras, y a paso lento lo hizo. En cuanto me percaté que estuviera segura y dentro de su habitación, di media vuelta y fui a la mía. Me tomé una ducha y me puse algo cómodo. Estaba a punto de irme a la habitación de _____, pero cuando abrí la puerta para salir de mi habitación me la encontré ahí.

—¿Me prestas tu secadora?

—Ah, sí. —respondí. Había olvidado que su secadora siempre se malogra. En fin, entre nuevamente y fui directamente al baño, donde estaba la secadora, cuando me di la vuelta ella estaba dentro. — ¿Quieres que te ayude?

Ella asintió y con pasos torpes camino hasta el borde de mi cama, yo me subí y me senté detrás de ella. Prendí el secador y empecé a moverlo de forma que el aire caliente cubriera cada hebra de su cabello.

Después de unos minutos, con su cabello ya ligeramente seco, ella habló. Obviamente, por el sonido de la secadora no la escuche bien así que detuve esta y le pregunté si sucedía algo.

—¿Cómo supiste donde estaba?

—Guanlin me llamo.

—Ah... con que fue él...

—Sí, probablemente no lo recuerdes, pero él... Él nos ayudó mucho en un entonces. —dije seguro.

—Sí, lo sé.

*Narra _____*

—Si supieras todo lo que... Alto.

En ese momento por fin, sus pequeños ojos me miraron sin pena.

LITTLE JOB (SEVENTEEN-T/N) - 2°TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora