CAPÍTULO 11: La oscuridad contraataca

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NARRA FRISK

Llegamos al patio, el cual estaba vacío, con una niebla densa a nuestros pies. Eché un vistazo alrededor, sin lograr ver nada. Chara, me agarró de la mano, para que no sintiese miedo. Le levanté el flequillo y le di un beso en la mejilla, diciéndole:

-No hay nada que temer. Ese puto demonio sabrá lo que es la determinación.

Chara me sonrió y me devolvió el beso. Asriel, venía por detrás, cabizbajo. Le di un puñetazo amistoso en el brazo y le dije, para levantarle la moral:

-Hey, no pasa nada. Salvaremos a Camila. Tú también tendrás tu final feliz.

Asriel me miró, puso sus ojos de color plateado, y me sonrió, confirmándome de que le había subido los animos.

-Hey, chicos, mirad –dijo Chara.

Me di la vuelta para mirar lo que nos había señalado Chara. Vi a una figura aparecerse enfrente nuestra. Era Camila, con los ojos negros y las pupilas dilatadas.

-Veo que has venido, pero no hacía falta que involucrarás a mi cuerpo y a la estúpida flor. Has generado que haya dos muertes más, porque la batalla es clara, tú, junto a tus dos acompañantes, moriréis.

Apreté los dientes, volví mis ojos de color dorado y le grité:

-EL ÚNICO QUE VA A MORIR AQUÍ ERES TÚ –vi como Chara y Asriel se estremecían, no me habían visto nunca de esta manera. - ESTOY HARTO DE QUE VAYAS PROFANANDO CUERPOS SOLO PARA JODER. Solo has poseído a dos personas, y, aun así, estás causando daños críticos en nuestras vidas. Solo has poseído a dos personas, pero, NO TE VOY A DEJAR QUE POSEAS A NADIE MÁS.

Vi como O-Chara apretaba los dientes y fruncía el ceño. Chara estaba asustada por mi actitud imponente y llena de determinación. Noté como el color de mis ojos se iba haciendo cada vez más intenso, lo cual pareció molestarle a la sombra.

-Veo que no te vas a rendir. Pero este no es buen sitio para pelear, podríamos destruir el maravilloso instituto que tenemos aquí, ¿no crees? –dijo O-Chara con una sonrisa espeluznante.

La sombra dio un saltito, del cual generó un agujero negro en el cual caímos los cuatro. En un segundo, aparecimos en lo alto de la torre esquelética, el lugar más alto de toda la ciudad.

-Ahora sí que estamos en un sitio óptimo para librar un combate.

Antes de que acabase la frase, ya estaba corriendo hacia la sombra, para asestarle un puñetazo, pero la sombra no se movió. Recibió mi puñetazo, el cual atravesó el pecho de O-Chara. La sombra me agarró del puño y me lanzó hacia una roca que había cerca de lo alto de la torre. Chara, con cara horrorizada, corrió para atenderme, mientras Asriel esquivaba golpes de la sombra, también asustado debido a que los golpes físicos no le afectaban.

-¡Frisk! ¿Estás bien? Por favor que ese golpe no haya sido nada –dijo Chara asustada.

-Estoy bien, tranquila. No tengas miedo.

-¿¡COMO VOY A ESTAR TRANQUILA!? ACABAS DE RECIBIR UN GOLPE DE MIEDO.

Me acerqué y le besé, tocando su lengua con la mía, mientras la agarraba de la cintura y el hombro. Después, con la manga de la sudadera, le limpié las lágrimas.

-Estoy bien, ¿ves? No tengas miedo.

-¡Hey, tortolitos, dejad eso para otro rato! ¡Aquí hay una cabra que está en problemas! –dijo Asriel interrumpiendo con toda la razón del mundo.

Al escuchar eso, Chara se levantó, y yo, pegué un salto hasta llegar detrás de O-Chara. Saqué el cuchillo de la manga para asestarle un golpe de gracia, pensando que funcionaría, pero lo único que conseguí, es que la sombra me agarrara otra vez del brazo y me tirase hacia arriba. Después de eso, O-Chara se olvidó de Asriel y pegó un salto hacia mi espalda, poniéndose boca abajo.

-Bueno, pequeño pacifista, ha sido todo un placer... ¡HABERTE MATADO! ¡JAJAJA! –dijo la sombra detrás de mí, desternillándose de la risa.

Después de esas palabras, me dio una patada en la espalda, mandándome fuera de los límites de la parte más alta de la torre. Sentí como caía al vacío, sin ningún sentimiento, solo amor, amor por Toriel, amor por Sans, amor por Asriel... amor verdadero, por Chara. Sentí como en ese momento mis lágrimas caían conmigo, como si fuese dejando una estela de agua detrás de mí. Escuché un grito en la punta de la torre. Parecía que Chara estaba sollozando mientras gritaba mi nombre. Extendí el brazo hacía ella, pensando de que me podía agarrar, pero ya era demasiado tarde. Chara... siento no haberme despedido como es debido.

NARRA CHARA

Vi como Frisk intentó darle el golpe de gracia a mi propio odio. No funciono. Se ve que O-Chara había adquirido la habilidad de inmunidad a los golpes físicos. O-Chara agarró a Frisk del brazo, lo lanzó hacia arriba y le asestó una patada crítica en la columna vertebral, haciendo que el chico saliese disparado fuera de lo alto de la torre. En ese momento, no sabía qué hacer. Comencé a correr, tropezándome varias veces, con el pensamiento de poder agarrarlo de la mano para que no cayese, pero era demasiado tarde. Frisk ya estaba cayendo desde más de un kilómetro de altura, y era imposible poder salvarlo.

¡FRISK! –grité entre sollozos.

Asriel, miro la escena con las rodillas en el suelo, con la boca abierta y lágrimas en sus ojos. Yo seguí mirando el suelo, en el cual se estaba formando un charco de agua debido a mis sollozos.

-JAJAJA, ¡YA ESTÁ! ¡HE MATADO A FRISK! –dijo la sombra entre carcajadas malvadas.

Al escuchar esas palabras, dejé de llorar. Me agarré el pecho con fuerza. Me dolía el corazón. Arrodillada con la cabeza en el suelo, comencé a hiperventilar, como si estuviese a punto de morir. Noté como mis ojos se tornaban a un color rojo intenso, al igual que mi alma, que brillaba con fuerza.

Me levanté, y dándole la espalda a la sombra, que seguía riéndose, agarré las últimas pertenencias que me había dejado Frisk: su cuchillo, que estaba en el borde del precipicio por el cual había caído, junto a un trozo de su sudadera, en el que se veía el color azul con las rayas moradas. Até el trozo de sudadera al mango del cuchillo, y susurré:

-Esto va por ti, pequeño pacifista.

Sin saber cómo, añadí al cuchillo un manto rojo de energía, como si fuese magia. Después de eso, en torno a cinco segundos debido a mi rapidez, me giré, corrí hacía la sombra, agarré el cuchillo con las dos manos, y le hice un corte horizontal por la zona del páncreas, liberando sombra de esa zona, enseñando un trozo de carne.

-¡ASRIEL, CAMILA ESTÁ VIVA! ¡Mira! –le grité a Asriel.

Me aparté mientras la sombra estaba recobrado el sentido debido al corte que le hice, y Asriel visualizó el lugar donde le había hecho el corte, dándose cuenta de que estaba en lo cierto.

O-Chara, que se cayó al suelo, y se levantó dando tumbos, diciendo:

-¿Cómo? ¿Cómo...es posible?

Me acerqué a la sombra y le dije:

-¿Sabes qué? Eres una parte de mí, pero nunca supe que existías, y, aun así, has tomado vida propia y tienes propia voluntad. Solo respóndeme a una cosa...

Le di una estocada a la sombra con el mango del cuchillo en la frente, haciendo que se desplazará unos metros para atrás y cayéndose al suelo. Me acerqué, y, bajando mi mirada para poder verle la cara, le dije con desprecio:

-¿QUIÉN ERES EN REALIDAD?





Almas de color dorado carmesí | (Chara x Frisk) (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora