Almas de color dorado carmesí | (Chara x Frisk) (FINALIZADA)

CAPÍTULO 7: Rescate

NARRA CHARA

Pasaron dos días desde que Frisk desapareció. Estuvimos dos días buscándolo, pero sin éxito. Estuvimos pensando en los sitios en los que podría haber ido. Su sitio favorito era la cima del Monte Ebott, pero no estaba allí. Buscamos por la superfície, por la ciudad, por el parque... Sin éxito. Al tercer día, ibamos a buscarlo por el subsuelo. Yo estaba rota por dentro, había causado que Frisk se fuese y posiblemente no volviese más. Me desperté y fui a ponerme una camiseta. Sacando las camisetas, vi una nota. Una nota que no ví los días anteriores, ya que estuve tan angustiada que ni siquiera me cambié de ropa. Abrí el trozo de papel, y leí en voz alta:

Hola Chara. Soy Frisk. Puede que te parezca estúpido, pero me he ido para que estuvieseis todos más felices. Me he dado cuenta de que declararme ha puesto las cosas muy tensas entre todos. Ojalá estuviese en el árbol más alto del mundo para que nadie me encontrase jamás. Espero que después de irme, esteis todos más felices.

Atentamente, Frisk

Me di cuenta de que el papel estaba mojado. Al lado de la firma, habían lágrimas. Lágrimas de Frisk, que se juntaron con las mías. Tenía el alma desolada, me dí cuenta de que lo principal de mi vida era el chico, que no podía vivir sin él. Me había empezado a gustar. Ese estúpido pacifista me gustaba...

Bajé al comedor en el que estaban Sans y Toriel organizando el próximo plan de búsqueda, pero muy desanimados. Saludé y dije:

-Sans, me acabo de encontrar esto en mi cajón. Es una nota de Frisk.

-¿QUÉ? Dámela, rápido.

El esqueleto, que llevaba tres días sin sonreír, empezó a leer la nota en voz alta. La leyó muchas veces, esperando encontrar una pista. Me acerqué a él y le ayude a buscar pistas.

-No encuentro ninguna referencia a ningún lugar. -dijo el esqueleto- Lo más seguro es que esté en el subsuelo, ya que Grillby's está ahi. Pero no se sabe dónde.

-Estoy perdida. No hay ninguna referencia a ningún lug... -me paré y observé con detalle la frase "ojalá estuviese en el árbol más alto del mundo".

Esa frase claramente señalaba un lugar, ¿pero cuál? Comencé a pensar. Un árbol, alto, donde nadie le encontrase...

-¡CLARO! ¡Ya se dónde está Frisk! -grité.

-Pues no hay más que hablar. ¿A dónde nos teletransportamos? -me contestó Sans.

-Al bosque de Snowdin. Al árbol más alto. Su lugar favorito. ¿Como no me pude dar cuenta antes? Frisk es muy simple, y si fuese a algún sitio, sería a su lugar favorito.

Sans chasqueó sus dedos y nos teletransportó a los dos a Snowdin. Nada más llegar, comenzamos a correr hacia el bosque.

NARRA FRISK

Llevaba dos días en el bosque. Tenía hambre, sueño y mucho frío. Fuí al árbol más alto de todo el bosque. No era buena opción ya que si tenían pensado buscarme, la nota que le había dejado a Chara daba la pista claramente, pero no tenía otra alternativa. Llegué al gran árbol, después de dos horas de camino. No sentía las manos, y las piernas me empezaban a fallar. Me obligué a sentarme en el pie del árbol, dejandóme helado por completo. Empecé a ver todo borroso, y cerré los ojos debido a que me estaba mareando. Ya no sentía nada del cuerpo salvo mi estómago, debido a que me rugía por la comida. Después, caí en la nieve, y me desmayé.

NARRA CHARA

Llevabamos dos horas en el bosque, a punto de llegar al Gran Árbol. Sans había dejado de correr hace una hora, pero yo no podía. Necesitaba encontrar a Frisk cuánto antes. Justo al llegar, tropecé con una rama del árbol. Me hice daño en la cabeza, y había comenzado a sangrar. Pero me daba igual, mi prioridad era encontrar al castaño de ojos dorados, el cual me gustaba con locura. No podía pasar ningún segundo en el que no pudiese pensar en él.

Al fin, lo encontré. Estaba en el suelo tirado, pálido, con su capucha puesta. Con un ojo cerrado debido al dolor de mi cabeza y la sangre, agarré a Frisk y lo puse en mi espalda. Sans llegó 5 minutos después a dónde estaba yo, y con una cara de espanto, nos llevó a Frisk y a mi a casa. Llevé a Frisk a su cama, y llamé a Asriel para que me ayudara a poner mantas a Frisk para que el chico entrará en calor. Toriel tambien se asomó por la habitación, con unas vendas en la mano para curarme. Me vendó la cabeza para que no sangrará más.

DOS DÍAS DESPUÉS...

NARRA CHARA

Frisk sigue sin despertar. Llevo dos días sin salir de mi cuarto, agarrandole de la mano y diciendo "Despierta, por favor" o "Por favor, pequeño pacifista, tu pequeña genocida está aqui". No paraba de llorar. Asriel venía a la habitación de vez en cuando para decirme que bajase a comer, pero yo me negaba. Lo único que quería era que el castaño despertase. Al final, me tumbé a su lado, y en su pecho, empecé a llorar.

-Por favor, Frisk, despierta. -dije entre sollozos- Te prometo que no te volveré a soltar.

Pero Frisk no despertó. Sin ganas, me levanté, y me fuí a la cocina. Toriel, alegrada de verme, me abrazó, pero yo le aparté.

-¿Qué pasa mi niña? -preguntó Toriel, extrañada de que le hubiese apartado el abrazo

-POR MI CULPA FRISK NO DESPIERTA. -grité- POR MI CULPA FRISK CASI MUERE. POR MI CULPA FRISK...FRISK...

No llegué a terminar mi frase dado a que me puse a llorar como una loca. Frisk no despertaba, y todo porque yo no me dí cuenta en el momento en que se declaró de que él era lo mejor que tenía...

Pero, de repente, unos brazos me envolvieron por detrás, susurrándome al oído:

-Calma, mi pequeña genocida. Tú no tienes la culpa. Soy yo el que merece sufrir.

Me giré para ver quien era, y efectivamente, era la persona a la que quería ver.

Una figura con un pantalón corto y una sudadera azul y morada, pálido como la nieve, me sonreía por mi espalda. Sin pensarlo, me lancé sobre su boca, y le dí un beso. Vi como a Frisk se le encendían sus ojos, otra vez a su color dorado. Le agarré la espalda y le acerqué hacia mi pecho, haciendo que el beso fuese más intenso. Frisk, sorprendido, soltó un pequeño grito ahogado, y me agarró de la mano. Intenté tocar mi lengua con la suya, y el castaño no opuso resistencia. Fue el beso más grandioso de toda mi vida. Separé mi boca de la suya, y le dije, con lágrimas en los ojos y las mejillas sonrosadas:

-A mi también me gustaría estar contigo para siempre.