"Go Back ☾" Number Five ·FanFic·

#Seven☔

-¿Puedes hacerlo?- Preguntó Número Cinco al ver la expresión de agonía en la cara de su hermana tratando de utilizar sus poderes.
-¿Queires que intente teletransportarnos a la vez?- Sugirió.

-Cállate- Cerró los ojos para concentrarse haciendo que energía de color naranja comenzara a rodear como si fuera humo sus brazos.

-Para- Pidió el muchacho haciendo que el aura su deteriore en el aire.
-Yo voy a hacerlo- Tomó firme la mano de la muchacha.

- No, gracias pero no quiero derretirme en la fina línea espacio-tiempo- Habló la chica soltando el agarre.
-Y tampoco quiero volver a tener 13 años, gracias- Bromeó.

-Hasta casi muriendo te crees graciosa- Comentó sarcástico Cinco.
-Además parece que tiene 16 años, no 30-

-18 años físicos, 30 años cumplidos y mentales indefinidos- Corrigió.
Cerró los ojos luego de ver como su hermano la miraba con una cara molesta y volvió a intentar. Sus brazos se fueron rodeados por una tonalidad naranja, abrió sus ojos que se encontraban anaranjados y al momento de hacer aquella acción sus anatomía se encontraba dentro del departamento de Vanya.
A los segundos Número Cinco estaba a su lado. La tomó de la cintura con cuidado guiandola al pequeño sofá del salón, él se sentó en una silla de por allí para esperar a la octava Hargreeves.

◎◎◎

-¡Cielos!- Se espantó Vanya al encender la luz de su apartamento y observar a los gemelos en el.

-Pon seguros en las ventanas- Sugirió Cinco.

-Vivo en el segundo piso- Dijo obvia la castaña.

-Los violadores trepan- Contestó con la voz rasposa del dolor Número Cuatro.

-Son muy raros- Volteó a cerrar la puerta, Vanya. Se acercó al los hermanos y observó con los ojos casi saliéndose de sus órbitas a Cuatro con la ropa totalmente manchada de sangre y a Cinco con sus manos y brazos bañados en tinta roja.
-¿Eso es sangre?- Se alarmó.

-No es nada- Respondieron los azabaches al mismo tiempo.

-¿Que hacen aquí?-

- Decidí que solo puedo en tí- El de ojos esmeralda señaló a la violinista. - Y en tí- Posó la mirada fija en su compañera de útero, al menos lo fué por unos minutos.

-¿Porqué en mi?-Habló confundida la dueña del apartamento.

-Porque eres ordinaria- De sus labios salió aquella frase que no pegaba mucho con el momento.
- Y me escucharán- Trató de no cagarla tanto.

-Aguarda- Dijo con un hilo de voz Vanya para luego levantarse y marcharse al baño para armar un botiquín de primeros auxilios improvisado.

Levantó la manga de su hermana y limpió la herida más leve, luego Cinco le hizo una seña para que levantara la camiseta y así enseñarle a Número Ocho lo que tenía allí, esta hizó un mueca de dolor al ver tan espantosa lastimadura.

-Ve a la Academia, mamá podrá sanar eso- Recomendó. Más tarde prosiguió a sanar la herida del antebrazo de Número Cinco.

-Cuando quedé varado en el futuro- Comenzó la historia, sus hermanas tenían la mirada puesta en él.
-¿Saben que encontré?- Preguntó sin esperar una respuesta a cambio.

-No- Susurro la de ojos azules.

-Nada, absolutamente nada- Habló con la mirada perdida.
-Hasta donde sé, yo era el único ser vivo que quedaba- Observó penetrante a su gemela.
-Nunca descubrí que aniquiló a la humanidad, pero si encontré algo, la fecha en que sucede- Explicó, sintiendo como todo aquello se proyectaba en su cabeza.
-El mundo acaba en 8 días y no tengo idea de como evitarlo- Finalizó.

-Voy a preparar café- Hablo Vanya con la mirada pensativa y colocada en un punto fijo de la habitación.

Narra ·Número Cuatro·

Una bomba, eso fue lo que relató Cinco. Claro que le creía, era mi hermano y mi gran amigo.
La vista se me comenzaba a nublar de la cantidad de sangre que estaba perdiendo y sinceramente me estaba muriendo, pero algo era más poderoso que ese dolor, el cariño que sentía por Número Cinco y ahora que lo tenía aquí, junto a mí no dejaría que nada ni nadie me lo arrebate. Papá ya lo había hecho hace 16 años y no la iba a permitir.

Narrador · Omnisciente·

Todos los niños bajaron las escaleras a paso rápido al escuchar el llamado de su madre que los invitaba a tomar asiento en la mesa para degustar un delicioso almuerzo.

Minutos antes Número Cinco y Número Cuatro se encontraban el su habitación hablando de lo divertido de sus poderes, de la forma en la que podrán ser utilizados y de todo el provecho extra que podían extraerle.
Pero había algo que no convencía del todo a la azabache, el viaje en el tiempo. Su hermano estaba obsesionado con ello, quería realizarlo. Pero... ¿Y si salía mal? ¿Si ya no sabían cómo volver? ¿Que harían? La respuesta de Número Cuatro simpre fue un rotundo no en cuanto a los viajes temporales, pero su hermano...él quería hacerlo y ese día iba a cumplirlo.

-Sentados- La voz gruesa de su padre resonó en la habitación dando la orden. Los niños obedecieron sin rechistar.

Luther y Allison se miraban,cómplices, como siempre y a veces una mirada más que amistosa se asomaba desde sus ojos.
Klaus y su pasión por las drogas llegabas más allá de su habitación, ahora hasta en la comida se armaba un cigarrillo.
Diego máscara sus iniciales en la silla del comedor, idiota, seguramente lo descubrirán y se llevaría uno que otro regaño.
Ben leía, como de costumbre; reservado, callado, tímido o frío, palabras que describían a Ben Hargreeves a la perfección.
Vanya comía calladamente, siempre tan extraña y excluida por sus hermanos a causa de su falta de poderes, simple, normal, ordinaria, nada, nadie.
Cuatro y su falta de empatía, su cinismo, mayor que el de su gemelo, era lo único que la caracterizaba, lo único que la definía ya que en lo demás era la copia exacta de Número Cinco; ella observaba su plato de comida sin tocar y pensaba en absolutamente todo lo que había sucedido, un muy mal presentimiento se posaba en su pecho, este, subía y bajaba rápidamente y el aire comenzaba a faltarle.
Cinco también lo hacía, se decidió y clavó un cuchillo en la mesa para llamar la atención de los presentes.

-¿Nuemero Cinco?- Preguntó su padre sin depsegar la mirada del plato.

-Tengo una pregunta-

-El conocimiento es un meta admirable pero sabes que esta prohibido hablar durante las comidas- Lo regaño sutilmente el viejo.
-Estas interrumpiendo a Herr Clarlson-

En respuesta el pequeño empujó su plato repleto de alimentos hacia delante y habló.

-Quiero viajar en el tiempo-

-No- Hablo estresado su padre.

-Pero estoy listo- El chico se levantó de la silla.
-Practique mis saltos espaciales, como me dijiste- Para probarlo salto en el espacio a un lado de su padre.
-¿Ves?-

En ese momento los oído de Número Cuatro se taparon totalmente, como si alquien hubiera quitado el sonido en el mundo y sus ojos se centraron en él. ¿Que sentía? No lo sabemos y quizás nunca lo entenderemos por lo reservada que es, pero podemos dar por sentado que en lo profundo de su obscuro corazón algún sentimiento se asoma por ese chico de ojos verdes.

El azabache observó a su hermana por unos segundos, ella negó inconscientemente; la discusión continuó.

-¡Nuemero Cinco, no te autoricé a irte!- Ese grito enfurecido de su padre la saco del trance para volverla a la triste realidad.
Rápidamente la chica de ojos azules se levantó y le siguió los pasos apresurados a su hermano.
-¡Numero Cuatro, vuelve aquí!- Ordenó Reginald.

-¡Vete a la mierda, Reginald!- Grito por último para salir de la mansión a perseguir a su gemelo.

❁❁❁❁

Les quiero ♡

Ash