#Eighteen☔

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Una nueva mañana comenzaba y el señor Big, con su perro en brazos y vestido de chándal se dirigía a su coche tranquilamente. Sin saber que los gemelos estaban esperando sigilosamente para atacar. Lace encendió el vehículo y se adentro en el, de pronto ambos hermanos se encontraban allí.

-¡Cielos!- Habló volteando y viendo a los jóvenes, después de cerrar la puerta.

Cinco en el lugar del copiloto con una mirada desafiante y la chica en los asientos de atrás esperando la seña del azabache para sacar el arma blanca del bolsillo de su chaqueta y colocarla en el cuello del hombre, en forma de amenaza.

-Solo tienes una oportunidad- Número Cinco apretó los labios para continuar hablando.
-Una sola- Recalcó.
-Para decirme lo que hacen es ese laboratorio-

- Fabricó diversas prótesis para pacientes falsos, se las facturan las aseguradoras y las vendo en efectivo en el mercado negro- Habló rápidamente, temblando del terror que le causaba la navaja en su cuello.

-¿Inculido ojos?- Interrogó el ojiverde.

-Si, es lo que más me solicitan, se venden como pan caliente. Tengo una lista de espera como de veinte compradores- Expandió la información.

-O sea que el número de serie que te di...- Dijo el de cabello obscuro para que el médico finalizara la frase. De vez en cuando arrugaba la nariz con enfado.

-Puedo haber sido comprado clandestinamente- Respondió.

-Necesitamos esa lista Lance. Nombres y teléfonos y la necesitamos ahora- Dijo en voz muy alta la última palabra mientras apretaba aún más el arma entre sus dedos.

-No la tengo- Se defendió.
Sintió el filo de la cuchilla rozar su cuello.
- Bueno, no encima. En el laboratorio esta la única copia- Soltó asustado.

- Bueno, enciende el auto- Ordenó el menor.

-Vamos a hacer una pequeña excursión. Pero por favor, no te hagas encima, ¿Si?-
Bromeó un poco la chica.
De todas formas las cosas no siempre debían ser tan duras, serias, cínicas. Algunas veces esta bien reírse en situaciones importantes, algunas veces esta bien expresar lo que se siente. Y ella, después de mucho tiempo ocultando sus sentimientos, los cuales no siempre eran gratos; sintió que lo que había vivido junto a sus hermanos y hermanas era algo bueno, después de muchos años se había sentido libre de expresar lo que sentía, después de tanto tiempo había dejado de sentirse tan vacía.
Y eso, sin duda, se sentía extraño.

◎◎◎

El "paseo" había resultado exitoso. Estaban cerca del laboratorio.
Cinco arrastraba de la mano al médico, quien caminaba con desconfianza. Número Cuatro iba un pasos adelante, a zancadas grandes.
La fachada del Hospital despedía un denso humo gris  contaminando la nariz de las tres personas que se aproximaban.
El quinto soltó bruscamente la mano del médico y persiguió a su hermana la cual estaba  ya, de pie, frente a la puerta del lugar que estaba incendiado.
Al sentir el fuerte olor a químicos y gasolina que habia rodeando el lugar, la muchacha apartó hacia atrás con el brazo a su hermano. Pero fue demasiado tarde para informarle sobre la explosión inminente que se aproximaba; ya que al intentar soltar la primera palabra, ambos azabaches se en encontraban en el aire, por el impacto de dicho estallido.

-Ah, ah- Se quejó el muchacho que se encontraba tendido sobre los cristales y trozos de edificio.

-Carajo- Alzó la vista la ojiazul.

Todo el esfuerzo por encontrar la mayor pista que tenían se había ido a la mismísima mierda. Y en ese momento ambos hermanos entendieron que lo único que tenían para avanzar eran ellos mismos.

◎◎◎

-¿Sabes? Esto es una mierda, todo se fue al diablo- Cinco soltó un suspiro y arrebató la botella de alcohol de las manos de su gemela.

-Me gusta estar contigo- Se pegó al cuerpo del muchacho quién también abrazaba al maniquí por los hombros.

-A Dolores no le gusta eso- Soltó el chico apartando un poco a la de orbes cielo.
La bebida había hecho efecto en ambos jovenes.
La fémina gruño disgustada.

-No me interesa, te quiero- Las palabras salían por si solas. La de ojos azules tomó la botella entre sus deseos y le dió un largo trago, si el de pelo negro no la hubiera detenido ella no hubiera parado de beber.

-Yo igual- Se acomodó en el duro suelo de aquella biblioteca. Ni él sabía porque estaban ahogando sus penas allí.
Su hermana la abrazó y apoyó la cabeza en su hombro.

- ¿Puedas besarme?- Preguntó cómo niña pequeña, mirando los labios del pelinegro.
El no dijo ni una palabra, simplemente unió sus labios con los de la chica. Ella tomó sus mejillas y se acercó aún mas. Un brazo rodeó su hombros
Al finalizar el beso ambos sonrieron, pero segundos depués la expresión en la cara del mucahcho cambió totalmente. Como si hubiera recordado algo y se separó un poco, la chica solo poso su mirada en él, algo confundida pero no dijo nada.

Los ojos de ambos se cerraron y pronto cayeron en un profundo y ebrio sueño.

❁❁❁❁
Corto pero es paro lo que me alcanza el tiempo.
Lo siento

Les quiero ♡

Ash

"Go Back ☾" Number Five ·FanFic·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora