#Two☔

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Entró sigilosamente a la casa, tratando de no hacer ruido, era temprano y vivía relativamente cerca.
Escucho un ruido y no tardo ni un solo segundo en darse vuelta y mirar con cierto temor a lo que sea que se encontraba allí.

-Santa mierda- Susurro tomadose el pecho y bajando la cabeza para tranquilizarse.

-Lenguaje- Dijo Pogo mirándola sonriente. Habían pasado ya 13 años desde que no la veía y aunque no había crecido ni cambiando mucho a este le parecía más madura desde que se fué.
- Me alegra mucho verla señorita Cuatro-

Ella sonrió y lo observó con ternura.
-Hola Pogo- Lo estrechó entre sus brazos.
-¿Soy la primera en llegar?- Preguntó mirando a los alrededores para ver la presencia de otra persona.

- Efectivamente- Afirmó el Secretario de su padre.
- Es lamentable que nos veamos en estas situaciones, Número Cuatro-

-Nunca hubiera vuelto Pogo- Dijo la muchacha.
-Agradece que estoy aquí ahora porque no iba a venir- Dijo seca. El solo echo de recordar las torturas psicológicas y físicas que su padre hacia con ella y sus hermanos le revolvía el estómago.

-Lamento lo que haya vivido Señorita Cuatro. Su padre era duro de corazon, pero un buen hombre.-

-Si, como sea- Habló y comenzó a caminar directo al las escaleras.
-Y Pogo... Dime solamente Cuatro- Retomó su camino para adentrarse en ellas.

◎◎◎

-¡¡¡Ahh!! - Gritó Klaus al percatarse de la presencia de su hermana el la Oficina de su padre.
-Oh, gracias al cielo - Hizó un ademán con las manos.
-Es mi hermana favorita- Subió lentamente asomándose por el escritorio.

-Hola Klaus- Sonrió negando con la cabeza.
-Y... Hola Ben- Saludó al aire. El amante de las dragas la observó extrañado y luego se tapó la boca con ambas manos.

-Oh no, no, no, no- Negó repetidas veces con los ojos cristalinos mientras rodeaba el escritorio de algarrobo.
-No me digas que... O lo siento tanto hermanita- Ocultó su cara con ambas manos.

-¿Ey, que sucede Klaus?- La de cabello obscuro no entendía nada de lo que sucedía, simplemente había hecho una broma.

-¿Pero como, cuando?- Quitó las manos de su rostro.
-No sabía que estabas muerta hermanita-

-Klaus, no estoy muerta-Esbozó una sonrisa.

-Se que es difícil aceptarlo, lo lamen...- Habló rápidamente el drogadicto pero fue interrumpido por un abrazo de su hermana.
-Oh...no estas muerta - Se tranquilizó. El abrazo se disolvió. Cuatro miró la muñeca de Klaus la cual llevaba una pulsera con el nombre de un centro de rehabilitación.

-¿Recién rehabilitado? - Preguntó tratando de tomar la manilla.

-No, no, no, no, ya dejé atrás todo eso. Solo vine a comprobar en persona si el viejo en efecto había muerto- Su cara estaba triste.
-¡Y así es, se ha ido, si!- Aplaudió y la de ojos azules soltó una risita.

-A mi también me alegra-

-¿Sabes como lo se? Porque si estubiera vivo ninguno de nosotros habria podido poner un pie en este cuarto. Se pasó aquí dentro todo nuestra infancia planeando su próxima tortura ¿No?- Tomó asiento en la silla giratoria de Reginald. -¿Recuardas como nos miraba, con ese ceño?- Giró en la silla sin bajar los pies de la mesa y apuntó al horroroso cuadro en la pared a su lado.- Gracias a Dios no es nuestro padre verdadero y no heredamos esos ojos inertes- Abrió sus ojos con los dedos.- ¡Ahhh, Número Cuatro!- Rio la chica

-Sal de su silla- Inundó el cuarto una voz gruesa y unos tacones marcando en piso de madera.
Luther y Allison habían llegado.

Klaus se levantó rápidamente de la silla.
-Oh Luther, si que te has... Engrosado en estos años-

-Klaus...-

-Ahorrar el discurso, nosotros ya nos íbamos así ustedes pueden hablar tranquilos - Ambos caminaron hacia la puerta secundaria de la habitación. Pero Número Uno puso su mano para que no pasaran.

-Sueltenlo- Habló firme el líder.

-¿Disculpa?- Dijo Cuatro indignada.

-Háganlo, ahora- Los obligó el de cabellos claros.

-Esta bien- Dijeron ambos abandonando el agarre de Luther.

Número Cuatro y Número Seis se pararon en medio de la habitación y soltaron lo que tenían escondido dentro de sus vestimentas. Los objetos de alto valor cayeron al suelo haciendo sonidos. La situación provocó una risa irónica de Allison.

-Y tu cállate manipuladora- Habló con rabia la de menor estatura en la habitación.

-Solo era un adelanto de nuestra herencia. No te pongas tan dramático hermanito- Fingió tristeza la tabla de ouija humana.
Ambos amantes del tabaco salieron de la habitación caminando pacíficamente mientras dejaban a los otros dos dentro de la Oficina.

Antes de bajar las escaleras Klaus se freno sorpresivamente haciendo que la joven también lo haga y de sus pantalones saco una caja de metal con incrustaciones de piedras preciosas. La chica observó incrédula y luego soltó una carcajada al notar como su hermano había pasado desapercibido.

❁❁❁❁

Les quiero ♡

Ash

"Go Back ☾" Number Five ·FanFic·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora