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Chanyeol contempló la casa nervioso, sabiendo que pronto tendría que rebelar la verdad por Baekhyun. Esta hacía poco estaba convencido de que podría hacerlo, de que podría ponerse delante de su tío y de su hermana y podría decir que era gay, que le gustaban los hombres, no las mujeres; que podría hacerlo por Baekhyun para poder estar con él, porque el de menor altura se merecía ese detalle.

No era fácil rebelar algo así a tus familiares, menos con los antecedentes de Minseok. El mayor le animaba con normalidad, como si él mismo no hubiera sido rechazado por sus padres por ser homosexual, solo aceptado por su hermana menor, y tuviera que trabajar algunos días para poder mantenerse y seguir viviendo en aquella casa junto a Luhan – compartían piso para la comodidad de ambos –.

Como si un Minseok adolescente no hubiera llegado un día a casa de Luhan, llorando y con heridas en su cuerpo, porque sus padres le habían dado una paliza por ser '' un fraude de la humanidad, escoria humana '' y dejarle en la calle cual perro.

Chanyeol no quería pasar por lo mismo que Minseok, ni hablar, aunque sabía que podría contar con sus amigos y seguramente con Baekhyun – o eso esperaba – si no le aceptaban. Lo que más le dolería no sería que su tío se defraudara de él, sino que su hermana, a quien más quería, la persona que más admirada del planeta, le rechazara.

¿No podría ser, cierto? ¿Yura no podía ser ese tipo de persona, verdad?

Chanyeol se negaba a creerlo.

Pero tenía que hacerlo, tenía que ser fuerte y enfrentar la pura realidad, porque no podía casarse en un futuro con una mujer que jamás amaría y a la cual no podría darle herederos porque era gay, sería infeliz él e infeliz ella. Por el bien de todos, debía decirlo.

Respiró con fuerza, intentando calmar sus ansias de correr, emborracharse y liarse con cualquiera, seguir con su clandestina vida antes que enfrentarse a un posible odio por su hermana, pero si quería a Baekhyun de vuelta debía enfrentar la realidad, debía ser fuerte como Minseok lo fue una vez y seguir adelante independientemente de las consecuencias, porque si Minseok pudo salir adelante – aunque con secuelas, ve ahí su personalidad seria y sarcástica – él podría hacerlo.

Se levantó de su cama, se peinó en un intento de aliviar de nuevo esas ansias de correr, de calmar su desenfrenado corazón que latía con fuerza por el nerviosismo. ¿Era él o hacía calor? Los nervios le hacían sudar incluso en invierno con el frío que solía hacer allí en Corea del sur.

Cobarde, se dijo a sí mismo. Solo eres un simple cobarde que no puede enfrentar una realidad.

Salió de su habitación a pasos lentos, sabiendo que a esas horas su hermana estaría en la mesa del salón ordenando una serie de papeles y su tío al lado ayudándola, porque algún día ella, como la mayor, sería la que manejaría el negocio familiar. Sabía que sus dos familiares estaban ahí, trabajando, y él solo tenía que caminar hacia ellos y relatar lentamente la noticia y esperar las consecuencias.

Bajó hasta el salón, donde, como predijo, los encontró a ambos con una serie de papeleo que él jamás podría entender siquiera – demasiada información en su cabeza – y carraspeó llamándoles la atención.

-¡Channie! –Gritó la hermana sorprendida -¿Qué haces aquí? Pensé que estarías preparándote para ir al pub con tus amigos.

-No... Bueno, en realidad sí pero llegaré un poco más tarde esta vez. –Dijo con voz más ronca de lo usual, nerviosa. Ambos familiares le observaron atentos, estaba claro que sabían que algo estaba mal.

-¿Ha pasado algo? –Preguntó Yura -¿Te peleaste con tus amigos?

-No. –Chanyeol tomó asiento en frente de su hermana y de su tío –Estoy bien con ellos, no peleamos, al menos no enserio.

The Last Fight - XiuChen/ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora