Amor y Otras Drogas [EDITANDO]

Capítulo Veintiséis

Capítulo 26

Charlotte Sparks

—Se que no debería estar llamándote, pero necesito que me hagas un favor.

Ginger Montgomery

Me sequé las manos sudadas en mi jean. Jamás pensé que iba a ser tan difícil ir a pedirle disculpas a una amiga por haberme comportado como una perra con ella. Ni siquiera pensé en que me había comportado como una perra, pero si lo hice y desde la noche en el hospital nos debíamos una charla. Simplemente le dije que si quería odiarme tenía todo el derecho porque yo había sido una zorra, pero que tal vez las cosas se habían dado así para que todos estemos felices.

—Espero que puedas perdonarme y que volvamos a ser amigas.— dije sin esperanzas de que Faith me conteste. Ella estaba mirando al piso mientras dejaba las marcas de unas lagrimas en él. Me dolía verla así, pero yo no podía hacer mas de lo que estoy haciendo, ya es tarde para tratar de arreglar las cosas tal vez.

Después de unos minutos ella levantó la mirada y me miró fijamente. Me esperé lo peor.

—Escúchame bien, tienes suerte de que te voy a perdonar solo porque soy buena y sé que tu también lo eres en lo más profundo de tu corazón. Porque por mas de que te muestres como una zorra sin sentimientos estoy segura de que los tienes, sino no estarías aquí.

Estos últimos meses había tenido varios choques con Faith, pero debía reconocer que ella me hacia volver a la realidad de un golpe. Me hacía acordar quién realmente soy y todo el amor que tengo para dar, no me deja encerrada en mi pensamientos de perra idiota y egocéntrica. Tuve varias situaciones en la que pude perderla y no lo hice porque ella me da otra oportunidad. Agradezco tenerla de amiga, porque a pesar de los choques que tenemos y de que somos el ángel y el diablo, en algún punto podíamos entendernos perfectamente y ser cómplices en varias situaciones. Al fin y al cabo, era una verdadera amistad.

—La próxima que me comporte como una zorra prométeme que vas a pegarme mucho.— dije extendiendo los brazos para darle un abrazo y ella lo aceptó.

Sabía que nuestros amigos nos estaban mirando detrás de las gradas y largué una carcajada cuando Char pegó un grito de felicidad y luego alguien, no se quién, le pegó para que ella se calle.

—Ya pueden salir de ahí, idiotas.— dijo Faith.

Simon vino a su lado y Foster me abrazó. Todos se sentaron y esperamos a que toque el timbre que indicaba la salida para irnos a la casa de papá de Charlotte para prepararnos y luego ir a la fiesta de Halloween.

Jack Blackwood

Me ponía la piel de gallina pensar en la locura que iba a cometer hoy a la noche. Ya tenía todo planeado para preguntarle a Charlotte si quería ser mi novia. La chica que hacía la fiesta no vivía muy lejos de la playa y el café donde fuimos en nuestra primera cita, así que decidí que iba a llevarla a dar un paseo en la playa con ella y en la garita de los guardavidas iba a preguntárselo. Había comprado un anillo en forma de corona porque sabía que ella quería uno así desde hace tiempo, en él había grabado mi nombre y la fecha del día: 1 de noviembre. Ya que iba a preguntárselo luego de media noche.

Nuestro disfraz había quedado perfecto y bastante moderno en comparación al que habíamos visto. La madre de Charlie nos lo había diseñado y mandado a hacer con una diseñadora conocida de ella, ya que ella no disponía de tiempo. Los chicos, optaron por otros disfraces un tanto loco y clásicos:

Ginger y Faith se terminaron disfrazando de ángel y diablo con ropa que tenía Charlie en su casa. Maddie se disfrazó fiel a su estilo de Avril Lavigne. Juliet y Callie de Axl Rose y Slash. Austin, Simon y Foster de los Power Rangers rojo, rosa y amarillo. No sé cómo van a animarse a entrar así a la fiesta. ¿Haciendo piruetas tal vez? Pagaría por verlos, aunque no quiero terminar en el hospital una vez más.

Las chicas terminaron de retocar su maquillaje, nos sacamos algunas fotos y salimos con dirección a la fiesta. Estaba tan feliz de que todos nosotros estemos juntos. Mis amigos me alegran los días a pesar de toda la mierda que vivo con mi padre y mi hermana, que ahora quiere irse abandonado a papá, cosa que yo no haré. Ni loco lo abandono a él, ni a Charlie, ni a mis amigos.

—Hasta siendo Power Rangers están buenos.— escuché que decía una chica con un grupo de amigas. Yo no lo entiendo, vienen disfrazados de eso, que es horrible, y tienen chicas atrás igual. Son admirables la verdad.

Miré a Charlie. Se veía tan tierna con la boina y una pequeña pistola en la mano. Sonreí y ella se sonrojo.

—Para de mirarme.— me dijo riéndose.

—No puedo, eres hermosa.— le dije mientras la abrazaba y luego le di un beso.

¿Qué hice para tenerla en mi vida? Sinceramente no tengo idea. Siempre, siempre, siempre, por mas de que en algún momento de nuestras vidas nos separemos, voy a hacerme ese pregunta.

Juliet Petersen

Ya era media noche y yo estaba sentada aburrida tomando cerveza. Esta era la segunda fiesta a la cual volví a ir luego del accidente en el hospital. Pensé que estando con mi nuevo grupo de amigos iba a ser divertido, pero la verdad es que no lo era. Callie se había ido a una de las habitaciones con un amigo de Simon ¿Desde cuándo se había vuelto tan divertida, loca y atrevida? Sonreí. Esa es mi Callie.

—¿Qué haces sonriendo sola? ¿Estas drogada?— me preguntó una voz que yo conocía bastante bien. Austin.

Me encantaría poder pararme y decirle todo lo que pienso, me gustaría poder decirle lo mucho que lo quiero y preguntarle si podía por una vez besarlo. Pero prefería guardármelo porque la verdad es que no quería humillarme si él llegaba a decirme que no sentía nada por mí.

—Estaba pensando en Callie, el amigo de Simon se la llevó a las habitaciones así que supongo que está teniendo sexo.— me encogí de hombros y él largó una carcajada.

Me gustaba como nuestros ojos combinaban al igual que nuestro cabello, sino nos conocían podrían decirnos que somos hermanos.

—¿Callie en una habitación? Quién se lo hubiese imaginado...— me miró detenidamente y sentí calor en mi cara.— ¿Quieres que vayamos a la playa?

Asentí y antes de salir robamos una botella de vodka. La verdad es que necesitaba estar alcoholizada para tener una conversación con Austin a solas frente al mar. Jamás pasé por esta situación, los chicos siempre estaban con nosotros y no me resultaba incómodo cuando era así. Dios, ayúdame.

Nos sentamos en la arena y yo abrí el Vodka para darle un gran trago. Que empiece nuestra charla, maldición.