Capítulo 3
Charlotte Sparks
—¿Ya estás borracha?— me preguntó Jack y yo trataba de contestarle algo coherente, pero no lo lograba.
El alcohol invade mi cuerpo rápidamente y con solo dos vasos de cualquier cosa estoy totalmente ebria, así que imagínense como estoy luego de haber tomado tres vasos y haber hecho guerra de shots de vodka con el idiota de Jack.
—Shhh, no le digas a mamá.— le puse mi dedo en sus labios.
—Tu madre está de viaje, Charlie.
Como sea, me importaba un comino. Yo quiero beber para olvidarme del idiota de James.
—Oh, mira quienes están ahí.— dije señalando al jardín de la casa de Madison.
Allison y James estaban charlando demasiado cerca como para que sean amigos o tal vez porque la música tan alta no dejaba que escuchen. Pero comprobé que no era la música cuando sus labios se tocaron.
—¿Viste lo mismo que yo o es porque estoy drogado?— me preguntó Jack pestañeando repetidas veces.
—Yo también vi eso, J.
Ambos nos quedamos mirando, pero yo no aguanté más y me paré para caminar en dirección a ellos.
—No, no, Charlie ¿Qué haces?— me gritaba Jack desde atrás.
Estaba muy mareada y casi no entendía nada. Los efectos del alcohol impedían que pensara con claridad, se que si estuviese sobria esto no lo haría. Jamás en mi vida enfrentaría a James.
—Así que esto es lo que tu crees suficiente ¿A Allison?— hice una pausa y me dirigí a ella.— No te ofendas querida, eres una pulga comparada a mí.
A veces el ego se me subía a la cabeza, pero realmente no siento ni mi nariz, así que estoy largando palabras incoherentes.
—No, Charlotte, ella es mi amiga.
—Una amiga a la que besas mucho.
Iba a tirarme encima de James para golpearlo, pero alguien me tomó por la cintura tratando de apartarme de él y lo único que logró fue hacer presión en mi estómago y terminé vomitando a mi ex-novio.
Oh no, maldición.
—¡Loca de mierda, por estas razones te dejé! ¡Alcohólica!— me gritó el niño de mami y papi a punto de llorar porque había manchado su camisa color roja.
Me sentí terrible y me largué a llorar. Una mezcla de sentimientos me inundaron el cuerpo y no podía ni siquiera hablar, estaba casi inconsciente.
Pasaron diez minutos y James se fue de la fiesta con Allison. Y a mí, me sentaron en la barra donde me había tomado todos esos shots de vodka con Jack.
—No debí aplastarte el estómago, lo siento amiga.— me dijo Ginger.
—No pasa nada, Gin, por lo menos ahora reacciono.
Todas las personas en la fiesta la estaban pasando increíble y yo estaba con una frazada tapada y preocupada por lo que podía llegar a pasarme si alguien había filmado la escena que tuve con James y Allison.
—¿Alguien filmó?— le pregunté a Jack que estaba frente a mí.
—Creo que si, Charlie, no debiste haberlo hecho.— dijo cabizbajo y yo rodeé los ojos, ese comentario ya me había puesto de mal humor.
—¿Por qué? ¿A caso crees que ninguno de los dos se lo merecen?
Jack todavía no superaba a Allison, y no lo culpo, yo tampoco superé a James, pero no iba a defenderlo a él para nada.
—No lo sé, no creo que haya sido lo adecuado.
—Deja de defender a alguien que te lastimó, J.
Estaba enojada con él porque seguía defendiendo a una persona que marcó millones de sus heridas, que lo único que hizo fue dejarlo amar para después castigarlo de la peor manera: diciéndole que ella no lo amaba de la misma manera que él lo hacía.
—Eso intento.— dijo y se largó a llorar.
Yo me levanté rápidamente y lo fui a abrazar.
—Te prometo que esas cicatrices van a sanar.— le di un beso en la frente e iba a retroceder para volverme a sentar frente a él, pero su mano atrapó la mía y me llevó de nuevo contra él.
Para que la fiesta termine faltaban más de cuatro horas, así que decidimos irnos a mi casa. Probablemente papá no vuelva en toda la noche y si lo hace se que no va a tener problema en que Jack se quede a dormir, él sabe los problemas familiares que tiene y hasta le dijo de mudarse a una de las habitaciones que sobraban.
—¿Caminando?— casi se me saltan los ojos cuando Jack dijo que íbamos a ir a pie.
—Charlotte, son sólo diez cuadras, no te vas a morir.
—¿Y si nos roban?
—¿En serio? Nómbrame una vez que te hayan robado en esta zona.— yo me quedé en silencio pensando alguna vez que hayan robado, pero era cierto, no había tanta inseguridad en nuestros barrios.— Oh, eso quería escuchar.
Me saqué las plataformas y empezamos a caminar.
—¿Cómo están las cosas con tu mamá?— preguntó él.
—Bien, ella está en Europa con su novio haciendo diseños de ropa y yo aquí muriéndome.— dudé en preguntarle algo de su familia, pero terminé haciéndolo.
—Mamá está bajo tierra y papá probablemente esté ebrio, la única salvación que me queda es mi hermana que cada tanto me rescata de esa mierda, pero ella está estudiando, no puede ocuparse de un niño.
Me daba pena Jack. Estaba tan roto que sus heridas se notaban por cualquier lado que lo mirabas. Madre fallecida, padre alcohólico y una serie de problemas a lo largo de su vida que lo hacían ser así.
Sin embargo, a pesar de estar roto, él brillaba, su alma brillaba y eso era lo que a mí más me importaba. No todas las personas brillan estando rotas. Él era especial.—Ya sabes que puedes venir a vivir a la casa de papá.— le dije con una sonrisa que reflejaba todo el afecto que tenía hacia él.
—Gracias, Charlie, en serio.— rodeó mis hombros con uno de sus brazos y así seguimos todo el camino hasta llegar a mi casa.
Papá no estaba así que supuse que se iba a quedar a dormir en la casa de Bethany.
Subimos a mi habitación y yo entré al baño para tomarme una ducha rápida y lavarme los dientes. No habré tardado más de diez minutos, pero cuando salí Jack ya estaba dormido adentro de mi cama.
Me puse uno de mis pijamas y me metí en la cama con él. Por suerte no teníamos ningún tipo de incomodidad ni con él ni con nuestro grupo de amigos, podíamos estar hasta desnudos durmiendo juntos y no iba a pasar nada, o eso pensé.
—Buenas noches, idiota.— le dije tapándome, pero él no respondió a mi saludo y solo se acurrucó contra mí pasándome uno de sus brazos por mi cintura y apoyando su cabeza en mi hombro.
Por mi cuerpo recorrió un cosquilleo que nunca había recorrido antes, mi corazón empezó a latir con fuerza hasta que me adapté y empecé a relajarme, era mi mejor amigo, nada iba a pasarme con él.
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Amor y Otras Drogas [EDITANDO]
Novela JuvenilTe diste cuenta de lo que tenías cuando la perdiste. Te diste cuenta de que eras una adicta cuando no podías frenarlo. Se dieron cuenta que lo único que necesitaban para estar bien era estar juntos.