Capítulo 22
Charlotte Sparks
-No voy a dejar de salir con Peter por lo que pasó con Justin, Char.- me dijo Maddie mientras nos cambiábamos para hacer deporte.
-Claro que no, se nota que él te ama, pero ten cuidado.
Maddie y Peter eran muy unidos y nunca se separaron a pesar de todo lo que habíamos pasado en esa fiesta. Ella nos contó que a Justin lo habían internado en un psiquiátrico y que su madre, por fin, les había empezado a prestar atención. Me alegré por Peter, él no tiene ninguna maldad o al menos eso parece.
Sentí un empujón en mis espaldas y casi me caigo al piso.
-Perdón, no te vi.- dio una falsa disculpa Allison y su mejor amiga, Leslie, se reía atrás.
¿De todas las personas en el mundo justo ella tenia que venir a mi escuela y odiarme tanto?
-Claro, no me viste.
-Ay miren, la novia de Jack quiere defenderse.- rió una vez más y yo ya estaba empezando a enojarme en serio.
-¿Quieres que me defienda en serio?- me di vuelta para tenerla cara a cara. Yo era unos centímetros mas alta que ella y eso me hacía sentir bien ya que para que me mire a los ojos iba a tener que inclinar levemente la cabeza hacia arriba.
Nunca fui agresiva, pero no voy a dejar que una estúpida como Allison quiera reírse de mi y la única manera de que deje e hacer eso es dándole una buena golpiza.
Mis amigas estaban quietas mirando la situación.
Amagué a pegarle una piña, pero hice que mi puño chocara contra uno de los lockers del vestuario done guardamos la ropa. Todas las que estaban allí se enteraron del ruido y se acercaron a ver que es lo que estaba pasando.
-La próxima vez va directo a tu cara.- le dije y me di vuelta pero volví a sentir un empujón.
Antes de que pueda reaccionar Ginger y Callie se habían metido en el medio de nosotras dos.
-Esto se arregla en las canchas, con un reglamento limpio.- dijo Callie poniendo orden, como siempre.
Hoy íbamos a jugar al hockey, como todos los jueves. Debo admitir que soy muy buena y que no me gustaba perder al igual que mis amigas.
-Prepárate, Ally.- dijo Ginger a centímetros de su cara haciendo que ella cierre los ojos.
La Profesora toco el silbato y el partido comenzó. En mi equipo estaban mis amigas y dos o tres chicas más que se las veía asustadas por lo que estaba pasando. El enojo y la bronca se podía sentir en el aire.
-Suerte, Charlie.- me gritó Jack desde la cancha donde ellos entrenaban y yo sonreí tirándole un beso. Pude ver la cara de indignación de Allison desde mi puesto.
El primer saque lo hicimos nosotras y luego de diez minutos jugando metimos el primer gol. Choqué los cinco con Madison y volvimos a nuestros puestos. Ahora les tocaba sacar a ellas.
El partido había estado empatado, pero yo no iba a dejar que nos ganen. Así que tomé las ultimas fuerzas que me quedaban y le pegué desde mitad de cancha a la bocha. Sabía que el gol no iba a valer si estaba ahí afuera, pero tenia la esperanza de que la pelota choque contra alguna de ellas y sea gol en contra, así el punto nos lo íbamos a llevar nosotras.
Todo se me pasó en cámara lenta. La bocha se levantó por un pozo que tenia la cancha y voló hacia la cara de Allison. Le pegó en la cara a ella y luego a Leslie. Rebotó en ella y entró al arco. Nosotras no podíamos creerlo. Abracé a mis amigas cuando la pelota entró en el arco, habíamos ganado.
A Allison le sangraba la nariz y a Leslie se le había hinchado el ojo.
-Ups, creo que falló mi tiro.— dije riéndome mirando a mis amigas.
Faith, Callie, Ginger, Maddie y Juliet estaban tratando de aguantarse la risa, pero fue en vano. Las seis estábamos tiradas en el piso riéndonos de cómo se llevaban a Allison y Leslie a la enfermería. La Profesora de gimnasia estaba contándole a los médicos que había pasado y luego se acercó a nosotras que inmediatamente paramos de reírnos.
—No debería felicitarte por esto, Sparks, pero fue un asombroso tiro.— me palmeó el hombro y yo sonreí.
—Trataré de tener mejor puntería la próxima.
—Eso espero, ahora te recomiendo que vayas a la enfermería para ver cómo se encuentran tus compañeras.
La profesora claramente no tiene ni idea de lo que pasa entre nosotras. No saben que Allison es una perra odiosa y que todo su grupo de amigas, incluyendo a Scarlett, también lo es.
—No creo que quieran tener mi compañía.— le dije encogiéndome de hombros.
—¿Por qué no, Sparks?
—No les caigo muy bien y van a pensar que yo se los hice a propósito.— dije haciéndome la pobrecita, claro que fue a propósito.
—Tranquila, tu ve a hablarles y luego yo trataré de hacerlas entender que no fue intencionalmente.
Debía hacer lo que me había pedido la profesora para no quedar mal con ella. Esperé a que los chicos terminen de entrenar y fuimos directo a la enfermería. Pero Leslie y Allison ya no estaban ahí.
—Probablemente estén en la cafetería.— dijo Ginger.
Ahí es en el único lugar que todo su grupo puede juntarse ya que son demasiados y estarían estorbando en cada lado que se sienten. Además, en la cafetería podían obtener la atención de todos los alumnos y es obvio que eso era lo que Allison quería.
Entré decidida a preguntarle como estaba de forma sarcástica. Jamás me arrepentiría por haberle hecho algo malo a Allison, menos con todo el daño que me había hecho ella a mí.
—¿Cómo estás, Ally?— le pregunté con la sonrisa más falsa que pude hacer.
—Mal.— ella respondió de mala gana y nosotros nos reímos.
Su cara estaba hinchada y su nariz tenía restos de sangre seca.
Estábamos obteniendo la atención de toda la cafetería y había tensión en el aire solo que yo me lo estaba tomando con gracia.
—Creo que te sangra la nariz.— dije llevando mi dedo hacia esa parte de su cuerpo.
Ella se levantó mirándome desafiante. Sabía que la había hecho enojar y sabía que esto podía llegar a terminar mal, muy mal. Pero de cualquier manera no me di vuelta y la desafié con la mirada.
—Basta, Char.
—Puede ser que esté sangrando ahora, pero jamás me sangraría más de lo que sangra tu nariz, maldita drogadicta.— lo que dijo había resonado por todas las paredes de la cafetería y todos los alumnos dijeron "ooohh" para provocar una pelea.
Antes de que pueda responderle, la mano de Ginger estaba en el cabello de Allison y la estaba obligando a que me pida perdón.
—No tienes idea por lo que yo tuve que pasar porque tú eres la mimada, así que la próxima vez que digas eso piénsalo dos veces.— hice una pausa y la miré a los ojos.— Porque parte de todo el dolor que sentí fue gracias a ti, felicitaciones Allison.
Dicho esto me di media vuelta y me fui corriendo al baño tratando de no llorar frente a toda la escuela.
Me había dolido, si que me había dolido.
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Amor y Otras Drogas [EDITANDO]
Ficção AdolescenteTe diste cuenta de lo que tenías cuando la perdiste. Te diste cuenta de que eras una adicta cuando no podías frenarlo. Se dieron cuenta que lo único que necesitaban para estar bien era estar juntos.