Capítulo 22

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No sentía ni frío, ni calor, no estaba triste, mucho menos feliz, sentía esa presión en el pecho. Me sentía vacía....otra vez.

Al llegar a casa inmediatamente recogí lo esencial y le pedí a Gina que por favor me dejase en un hotel en la ciudad y que por mucho que le preguntasen que no dijera nada. Necesitaba unos días para aclararme. Ahora mismo estaba muy vulnerable y la mínima mención de Will o incluso la posibilidad de verlo me daban náuseas.

Pasaron varios días desde que me refugié en el hotel, Will me había llenado el Whatsapp de mensajes suyos, tenía la bandeja de entrada llena de llamadas de Will. Estuve un par de noches en vela antes de que pudiese volver a pegar ojo. Estaba cansada, sentía las ojeras formándose debajo de mis ojos, el cuerpo me empezaba a pesar...pero muy en mi interior sabía que no podía sentirme así por mucho más tiempo.

Era una tía dura, segura de si misma y que sabía lo que valía. Así que me cargué de coraje y empecé a recoger mis cosas del hotel. Se estaba acabando el verano y era hora de volver a la casa y enfrentarme a la dura realidad.

No sabía como reaccionaría al volver a ver a Will. Solo rezaba para no encontrármelo mucho en estas dos semanas que nos quedaban por aquí.

Llamé a Gina para que viniese a recogerme y a los 20 min ya estaba abrazándome, contándome un montón de cosas que habían hecho y cómo me habían echado de menos. En un abrir y cerrar de ojos llegamos a casa y las chicas salieron enseguida a recibirme acompañadas de algunos chicos, por suerte Will no se encontraba entre ellos.

Subía mi habitación a dejar las cosas que me había llevado al hotel,bajé al salón con las chicas y nos fuimos a aprovechar lo poco que nos quedaba de playa.

Estábamos tumbadas en la arena cuando levanté la vista y vi a los chicos jugara voley. Mi respiración se paró al ver a Will de pie al lado del camino que llevaba hacia dónde estábamos todos. Desde lejos pude apreciar lo guapo que estaba, aún con la cara cansada y sin afeitar.Tenía un aspecto dejado y no pude evitar pensar que tal vez, no había sido la única que lo estaba pasando mal.

Cruzamos miradas y pareció que se le iluminaron los ojos por un instante,pero momentos después regreso la mirada triste y cansada que había tenido anteriormente.

Me morí de ganas de correr hacia él y perdonarle todo, pero mi orgullo era demasiado grande. El dolor y el miedo al rechazo en mi interior eran enormes hasta tal punto de paralizarme.

Desvié la mirada para frenarme y conservar la poca compostura que me quedaba.

......

Al caer la noche me senté sola en nuestro jardín eran aproximadamente las 3 de la mañana, hacía rato que las chicas estaban durmiendo y por lo que parecía los chicos iban por el mismo camino.

Noté movimiento en la parte superior de su casa y seguidamente una luz que se encendió en su porche.

Entre la oscuridad una cabeza se asomó por encima de la valla y me di cuenta de que era Will. Me dispuse a levantarme para volver dentro pero su voz me paralizó.

-Maia, por favor...- me dijo Will con un tono de súplica en su voz.

Me giré para enfrentarlo y sentí como mis piernas flaquearon.

No respondí, pude sentir el nudo formándose en mi garganta, las palabras atoradas y mi respiración irregular.

Él pareció darse cuenta y de un momento a otro se encontraba a mi lado y me tomó entre sus brazos en un cálido abrazo.

-Ww..Will-Fue todo lo que pude decir. Lo perdí y empecé a llorar.

-Oh, nena, no... por favor no llores, Maia.

-Lo siento tanto... yo... yo sólo...

-No...no te disculpes por nada, Maia. Por favor, todo fue culpa mía... No llores, nena, por favor.

Me quedé ahí por otro minuto o dos y lloré. Will esperó pacientemente a que me calmara lo suficiente para poder hablar. Esto era... Iba a entregarle mi corazón y pedir a Dios que estuviese a salvo con este hombre.

-Will, estoy tan asustada... estoy tan asustada de los sentimientos que tengo por ti. Son demasiado fuertes, y tengo tanto miedo de que si te doy mi corazón, se hará añicos en un millón de pedazos si lo rompes, y me quedaré como mi madre. No puedo dejar que eso suceda...no dejaré que eso suceda. Pero... tampoco puedo vivir mi vida sin ti en ella. Estoy tan confundida.

-Maia, nunca en mi vida he experimentado estos sentimientos que tengo por ti.- suspiró- Entras en una habitación y tengo que contener el aliento al verte. Me das tu hermosa sonrisa y no hay una maldita cosa en este mundo que no haría por ti. Tu risa se desplaza por mi cuerpo como una descarga eléctrica. Tus ojos cautivan los míos; tus labios me ponen de rodillas. Estoy tan confundido por estos sentimientos como lo estás tú, princesa, pero quiero que sepas algo.- me miro a los ojos -Nunca te presionaré o renunciaré a nosotros, te lo prometo. Por favor, Maia, por favor sólo déjame entrar. Princesa,quiero ser tu final, pero tienes que dejarlo empezar.

Oh, mi... Ni en mis más profundas y ocultas fantasías soñé con escuchar a alguien decir cosas tan hermosas para mí. Nunca. Mi corazón se sentía como si fuera saltar por mi garganta.

Aclaré mi garganta y traté de enjugar mis lágrimas. Tan pronto como las sequé, más lágrimas rodaron por mi rostro.

-Yo...ni siquiera sé qué decir, pero... pero... eso fue la cosa más hermosa que alguien alguna vez me ha dicho. Temo que podría estar soñando y... —No podía decir una palabra más.

Empecé a llorar de nuevo... realmente lo hacía. Iba a darle mi corazón y rogar a Dios que lo cuidara con su vida.

Te amo. —dijo Will, cohetes se dispararon dentro de mí ante sus palabras—.Tú,chica tonta —dijo,sus labios rozando los míos mientras continuaba—.Me enamoré de ti, y no puedo decirle a mi corazón que se detenga sólo porque tienes miedo.

Will lo hizo sonar tan perfecto y fácil.

—¿Me amas? —pregunté—.¿Cómo,amor verdadero? —Él se rió. Necesitaba saber si lo escuché bien.

—Del tipo del que todos los grandes poetas escriben —respondió.

Él me hacía feliz y me volvía loca. Me negué a darle vueltas a lo que sucedería, a analizar las probabilidades o la logística de una relación exitosa, para tratar de controlar si sentía demasiado. 

Por fin había encontrado la clase de amor por el que valía la pena correr el riesgo de un corazón roto.


Crazy summer loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora