La curiosidad mato al gato y a ¡¡los Montoya!!

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- ¿Mat?... ¿Maaat? .... Vamooos hermano levántate que ¡¡quiero enseñarte algo!!- Insistía Mauricio desesperado por despertar a su hermano

- Déjame dormir.- Se quejo Agarrando su cobija.- Es muuuy temprano, ve a molestar a papá yo quiero dormir.- Lloriqueo Mateo.

- Ooh! Te conviene hermanito, de verdad.- Sonrisa inocente.- Te digo la verdad Mat a ver ¿Cuándo te he metido yo en problemas por algo? - Mirada acusatoria de Mateo - vale, vale no me respondas pero veeeen!! Maaat!! pooor fiis - Decía moviendo a su hermano que no parecía tener la más mínima intención de abandonar su cómoda y calientita camita y como no si eran apenas las 4:00 de la MADRUGADA!! .- Por fiiis, por fiis.

- Aaahg!! Con tal de que me dejes en paz enano ya voy. A ver ¿Qué me quieres mostrar?

Una vez fuera de la cama Mateo siguió a su hermano mientras pensaba en todas las horas que podría dormir si fuera hijo único, hasta que chocó con su hermano quien se detuvo en frente de la puerta del estudio de Thomás.

- Mira está cerrada y con llave, para eso me haces levantar a las cuatro de la mañana grr yo te mato Mauricio

- Espera!! Ssshh!! Y cállate que papá se puede despertar ... es que no sabes porque está cerrada con llave ayer le trajeron a papá unas cajas y desde entonces está cerrado con llave y no quiere que entremos ni tampoco nos dice que es lo que tiene allí y yo quiero saber que es.

- Y me puedes iluminar como porque me conviene esto si el que tiene curiosidad eres, Porque luego tú querrás saber así te ahorro el tener que preguntarme y mira que soy generoso porque por la información bien podría no sé pedirte que hagas mis tareas por una semana o algo parecido pero, no, aquí estoy compartiendo contigo el misterio entonces que dices ¿entramos??

- Serás descarado Mauricio grr... y que dices que tiene papá allí

- Vamos tú vigila y yo abro la puerta y entramos a ver, ¡¡qué puede salir mal!!

Todo iba perfecto, Mauricio con una habilidad que asusta logró fácilmente abrir la puerta, Mateo hizo nota mental de averiguar dónde aprendió eso el enano. Una vez la puerta abierta los chicos entraron despacito y sin hacer el menor ruido posible , abrieron la primera caja y encontraron varias jarrones muy antiguos y delicados los volvieron a poner en su lugar y centraron su atención en lo que estaba en la mesa su padre tenía unas como tablas de madera muy viejas en las cuales habían escrito pero ninguno de los dos podía leer lo que decía al lado había libros y un cuaderno con anotaciones, Thomás había estado trabajando mucho en descifrar lo que había escrito en esos tablones , todo había salido bien habían entrado, saciado su curiosidad y ahora se disponían a irse pero como no querían despertar a su padre andaba a oscuras solo alumbrando con una linterna y como el pobre de Mat tiene un imán para los desastres al girarse golpeo con la linterna una jarra con café que su padre había dejado junto a los papeles manchando todo y de paso del susto tropezó y botó una de las cajas haciendo un escándalo y por tanto despertando a Thomás quien bajó enseguida y  entro al estudio, encendio la luz y luego de  asegurarse  que sus hijos estaba bien dio una mirada al desastre.

- Quiero una explicación y la quiero ¡¡Ahora!! .- Dijo mientras miraba seriamente a sus hijos y cruzaba sus brazos frente a su pecho.- y bien estoy esperando.- Mauricio y Mateo se miraban unos a otros sin atreverse a hablar, hasta que después de un silencio Mau le reclamó a su hermano.

- Esto es tú culpa, eres un torpe  ¡¡ Todo lo andas tirando!! si te fijaras en lo que haces papá no nos descubriría.

- Mi culpa. - Dijo sorprendido y enojado.- Te recuerdo que esta idea fue tuya yo estaba tranquilamente dormido cuando tu empezaste con todo esto grr tontooo

Ambos chicos parecían haber olvidado que papá estaba allí cuando empezaron a discutir y a pelear fue en ese momento que su padre les hizo sentir con una palmada a cada uno, dos cosas la primera que entre hermanos no se pelea y la segunda que él estaba allí y seguía esperando

- Escúchenme bien los dos...yo deje bien claro que los quería lejos de ese estudio, porque tengo cosas delicadas del trabajo allí y ¿Qué es lo primero que hacen? - Pregunto, pero los chicos sabían que no era necesario responder. - ¡¡Desobedecer!! Y como si eso fuera poco hacen un desastre y ahora se pelean entre ustedes. Yo no les voy a tolerar la desobediencia que les quede claro, ahora van a ir a limpiar y ordenar este desastre mientras yo miro que se rompió y que no y luego van a ir por el cinturón que está en mi armario y no quiero quejas, vamos muévanse.

Una hora después de tener todo en orden y de que el destino fuera bueno con los chicos no se habían roto nada solo los libros y cuadernos de apuntes se mancharon, Thomás debía pasar todo de nuevo a otro libro que era bastante lo que debía reescribir. Ahora ya más calmado envió ambos chicos a su habitación para tener unas "palabritas" con ellos

- Quiero saber porque desobedecieron... tú primero Mauricio Montoya

- Papito es que... lo siento, yo no quería que se rompiera nada solo quería saber que ocultabas además es tu culpa por escondernos cosas que no nos tienes confianza o que

- ¡Mauricio! Cuidado con el tono, carajo y no es falta de confianza, son cosas del trabajo no es para jugar es delicado y ya ven lo que puede pasar si andan de curiosos y tocando lo que no deben.- Regaño fuertemente.

- Perdón, papá solo teníamos curiosidad...yo no quería estropear nada fue un accidente papito.

- Los accidentes pasan, hijo, lo que no está bien es que me desobedezcan y saben que no les voy a tolerar eso, la puerta estaba hasta cerrada con llave no sé cómo hicieron para abrirla. Ahora los dos van a estar castigados el fin de semana que será el tiempo que me tomara volver a pasar las anotaciones en limpio y ustedes dos estarán limpiando todo el jardín y la casa a ver si estando ocupados dejan de andar de curiosos.- Dijo mirándolos fijamente a para cortar con los reclamos que estaban por salir.- Mauricio ve por el cinturón. ¡¡Ahora!!

Thomás no pensaba ser muy duro con sus niños solo quería darles una pequeña advertencia de lo que les esperaba si volvía a desobedecer, así que una vez tuvo el cinturón le dio a cada uno tres correazos en el trasero para luego enviarlos a dormir... pero los dos chicos prefirieron quedarse en el cuarto de papá, después de todo aún quedaban varias horas para levantarse y no querían estar solitos, necesitaban de papá y él de sus pequeños traviesos que después de todo eran su más grande tesoro.

La Familia MontoyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora