La cabaña del Lago.

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Habían pasado un año y medio desde que los Montoya se encontraban radicados en Estados Unidos, Thomas desde que trabajaba como profesor en la universidad, Mientras sus hijos estudiaban en un importante colegio de la ciudad. No tenía mucho tiempo para estar con sus hijos más que los fines de semana a tiempo completo. Es por eso que había adelantado sus vacaciones, sabía que sus pequeños eran amantes de la naturaleza y por eso que eligió el mejor lugar, los chicos al enterase lo atacaron de preguntas a las cuales Thomas respondía en orden así se enteraron que el lugar se trataba de un bosque, y que disfrutarían de una hermosa cabaña cerca de un lago en donde podrían pescar, nadar, pasear en bote y cuanta cosa se les ocurriera..... Les dijo además que ellos tendrían la libertad de conocer lo que quisieran, pero siempre acompañados de su padre.

La mañana en que partía hacia sus vacaciones soñadas todo era un caos para Thomas quien entre asegurarse que todo estuviera empacado y regresar en tres ocasiones, porque se le olvidaba alguna cosa y lidiar con las risas de sus hijos al verlo así por fin salieron a su destino el viaje era largo y debía hacer varias paradas para comer, todos sabían que llegarían de noche a la cabaña.... pero más que cabaña era una hermosa casa en medio de aquel verde y mágico lugar, llevaban mucho rato de camino y los chicos ya se habían aburrido así que comenzaron con las típicas preguntas.-

- Papá ¿Falta mucho para llegar? ...¡¡Tengo hambre!!- Reclamo por décima vez Mauricio

- Yo también, ¿será que falta mucho? ¿Por qué no paramos a comer en algún lugar?

- No chicos falta poco.- Al terminar la frase los chicos llegaron al pueblo después de un par horas.

El lugar se trataba de una zona rural, el camino estaba señalado por una fila de árboles que dividía la plaza. En ella podían ver jugando a chicos al futbol, y a la derecha de la plaza estaban los centros de salud y las casas de los habitantes todo muy junto y mezclado entre paisajes de verde, en cambio por el lado izquierdo de la plaza se veía el cementerio el cual también estaba rodeado por casa de los lugareños incluso el restaurante al que fueron estaba detrás del cementerio, era solo cruzar la calle y estabas en aquel lugar al ser ya un poco tarde a los chicos el paisaje no les fue alentador pero era el último lugar donde vendían comida porque luego debía viajar por una carretera solitaria cruzando las fincas bananeras por lo cual no había nada allí, solo plantaciones hasta llegar a su destino así que se resignaron a comer y tratar de olvidar lo que tenían al frente. Cuando los Montoya llegaron al lugar para vacacionar los esperaba don Clemente quien vivía en la propiedad pero no en la casa, Thomas hablo con él unos minutos en el cual el señor les dio la bienvenida les entregó las llaves y luego ingresaron a la casa... una vez en su interior notaron que esta tena dos habitaciones; por consiguiente Mauricio y Mateo competirían habitación.

Una vez que estuvo todo en orden los chicos observaron el lugar y notaron el lago desde la ventana de su cuarto, bajaron para pedir a su padre que los acompañara a conocer, pero Thomas estaba cansado así que se cambió, puso el pijama y se acostó.

- ¡¡Papaaaaa!! no tienes ideo lo hermosos que se ve el largo... papi ¿Te vas a la cama?- Pregunto Mauricio sin dar crédito a lo que observaba

- Si, hijos estoy agotado.

- Prometiste estar con nosotros papá.- Reclamo Mateo cruzando sus brazos.

- Mañana.- Dijo bostezando.- Prometo que mañana será un día de excursión.- Luego se giró y durmió, Thomas estaba muy agotado y necesitaba descansar, pero los chicos no estaba de acuerdo.

Mateo y Mauricio al ver que su padre se había dormido, llegaron a un acuerdo de ir a conocer el lago, en silencio salieron de la casa. Conscientes de que su padre estaba muy cansado, pero ellos no quería esperar hasta el día siguiente. Una vez en el lugar encontraron una casa, con temor entraron y en ella estaba encendida la chimenea. Buscaron al interior pero no encontraron a nadie. Mateo tenía frio vio el reloj y este indicaba las 5 de la tarde. Con el calor y el ambiente relajado Mateo se durmió y cuando despertó comenzó a buscar a su hermano.

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