Capítulo 4: Una amiga del pasado

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Ya lo había dicho.

No había vuelta atrás.

Estaba enamorada de Adrien, de su mejor amigo.

Después de escuchar la confesión de Marinette, Tikki quedó estática para luego empezar a chillar de la emoción mientras revoloteaba por toda la entrada.

—¡Sabía que reconocerías que estás enamorada de él!—. Exclamó Tikki abrazando la mejilla de la ojiazul, feliz de que su pequeña y loca teoría a final resultó ser cierta. —Siempre fueron el uno para el otro a pesar de ser amigos ¿Cuándo le dirás?

—No sabría responderte Tikki, apenas estoy admitiendo que me gusta—. Respondió la azabache. —Pero tendrá que saberlo en algún momento.

En eso el teléfono de la joven empezó a emitir el tono de llamada y al verificar quién era ambas chicas notaron que se trataba de Alya. Tikki sonrió divertida al ver la foto de la morena en el dispositivo, ya sabría lo que pasaría.

—Hola Alya—. Habló tranquilamente la de coletas, sorprendiéndose un poco pues era un manojo de nervios por lo que acababa de descubrir.

No pude preguntarte porque tuve que salir rápido de la escuela ya que Nora tenía una pelea y debía cuidar a Ella y a Etta—. Empezó a decir la morena del otro lado de la línea. —Pero ¿Hay noticias sobre tu sospecha Sherlock?

—Sí... me gusta mi mejor amigo—. Confesó nuevamente la Dupain-Cheng, haciendo sonrojar sus mejillas.

Le gustaba su mejor amigo... tendría que empezar a acostumbrarse a saber aquello.

Después de lo último dicho en la conversación, Marinette tuvo que alejar el teléfono de su oído debido al inesperado grito de emoción por parte de su mejor amiga, aunque debió habérselo esperado.

¡Quiero que me lo cuentes TODO!

...

Mientras Marinette celebraba su reciente descubrimiento, Adrien estaba camino a la mansión en la limusina; miraba por la ventana la lluvia que amenazaba con empeorar un poco pero le daba cierta melancolía pues empezó a recordar cómo conoció a Marinette, con el tropiezo de aquel chicle, pero que después fue perdonado por la azabache al día siguiente. Por su mente pasaba cada momento que estuvieron juntos, incluso abriendo la galería de imágenes de su teléfono buscando una en particular titulada Sólo Adrinette en donde, claramente, solo había fotos de él con su amiga ojiazul.

Todo terminó cuando le llegó una notificación de que le había llegado un mensaje, pero de un número desconocido.

¿?: Mañana tendrás una gran sorpresa.

Arqueó una ceja confundido ¿Quién era? ¿Qué quería decir? ¿Qué sorpresa?

[...]

—¿Y entonces cómo fue que pasó?—. Interrogó Alya entrando a clases con Marinette al día siguiente.

Lastimosamente no pudo saber nada sobre el enamoramiento de su mejor amiga el día anterior pues se había quedado sin señal por la lluvia. Por suerte, al día siguiente estaba soleado permitiéndole ir a clases y enterarse de los sentimientos que ahora florecían en Marinette.

—Resumiéndolo, estaba a punto de salir de aquí cuando empezó a llover, entonces apareció él y me ofreció llevarme a mi casa ya que tenía un paraguas y cuando se fue me di cuenta de que estaba enamorada—. Concluyó su relato la ojiazul. —No he hablado con él desde eso, así que no sé cómo podría actuar.

—Pues hoy a la tarde lo averiguarás.

—¿A qué te refieres?

—¿No son los jueves por la tarde cuando tú y Adrien se la pasan jugando videojuegos en tu casa o en la de él?

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