Capítulo 20: Lección de guitarra

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Adrien tenía varias actividades aquél sábado pero la que más ocupaba su tiempo eran las lecciones privadas de piano. Llegó al lugar donde tomaba sus clases y en un salón lo esperaba su instructor, Simón Griffin. Un hombre de unos treinta años, de cabello negro y ojos color miel.

—Buenos días, señor Griffin—. Saludó cortésmente el Agreste al llegar.

—Buenos días, Adrien—. Le devolvió el saludo Simón. —¿Has estado practicando?

—Apenas, estuve... muy ocupado esta semana—. Respondió Adrien, notoriamente tímido, mientras que pasaba la yema de sus dedos sobre la piedra más grande, la verde, del brazalete de la buena suerte que le dio Marinette.

Era lo único que lo mantenía cerca de ella después de lo que pasó el día anterior.

—Entonces veamos cómo estás—. Dijo el pelinegro.

El ojiverde asintió y se sentó frente al piano para tocar. Al principio iba bien pero cuando estaba a mitas de la canción empezó a equivocarse en algunas notas por lo que se detuvo, muy avergonzado por lo que hizo frente a su maestro.

—Bueno, con eso puedo adivinar que pasaste por muchas cosas esta semana—. Comentó el ojimiel pero sin intenciones de hacer sentir mal a su alumno.

—La verdad es que no tuve nada de tiempo esta semana—. Aclaró triste el rubio.

—¿Qué sucedió?

La verdad era que entre Simón y Adrien había la suficiente confianza como para que Adrien le contara algunos de sus problemas y Simón le aconsejara. Cualidad que el hombre en realidad siempre trata de utilizar con cualquier persona que tenga problemas y necesite un consejo.

—Hubo un malentendido entre mi mejor amiga, Marinette, y yo—. Empezó a explicar Adrien mientras que esta vez rodeaba son su otra mano todo el amuleto de la suerte. —Ella está enamorada de mí y yo no fui consciente de eso hasta que el problema se hizo muy grande.

—¿Problema?

El Agreste asintió.

—Tengo una amiga de la infancia, Lydia, que está enamorada de mí, pero yo no le correspondo... ero ella se obsesionó tanto conmigo que hirió a Marinette causando una pelea entre nosotros y con ella odiándome al final. Ahora no quiere hablarme y quiero arreglar las cosas ya que me di cuenta de que... Marinette me gusta.

Luego de escuchar a su alumno, el pelinegro fue hasta un lugar del salón y tomó una guitarra acústica ante la mirada confundida de Adrien.

—Debes cantarle—. Dijo Simón mientras volvía con Adrien. —Hacerle saber lo que sientes por ella a través de la música pero que también muestre que estás arrepentido. Yo utilicé el mismo método con mi esposa y me fue muy bien—. Comentó el adulto dándole la guitarra a Adrien y mostrándole su anillo de boda. —Las mujeres aman que les dediquen canción y si es con una guitarra acústica lo hace muy romántico.

—No sé tocar la guitarra.

—Yo te enseño.

—Tampoco sé cómo escribir una canción de amor, digo, he escuchado muchas pero no tengo idea de cómo hacer una por mí mismo.

—Sólo plasma en palabras cómo te sientes estando con ella o lo que sientes por ella y después le vas buscando melodías.

Adrien asintió con una pequeña sonrisa, le entregó la guitarra al ojimiel y sacó un lápiz y una libreta de su mochila para empezar a escribir. Se tomó unos segundos para visualizar en su mente la imagen de Marinette y las palabras que le quisiera decir, transformándolas en una pequeña estrofa que después le enseñó a su profesor.

—Buen comienzo—. Comentó el pelinegro. —Podría ir con esta melodía, por ejemplo—. Tocó algunos acordes en la guitarra lo cual fascinó al ojiverde.

—Me encanta.

...

Aprovechando que después de las clases de piano tenía un corto período de tiempo libre, Adrien utilizó ese tiempo para aprender a tocar la guitarra para darle la sorpresa a Marinette. Ya tenía la canción terminada, reflejando sus pensamientos, emociones y sentimientos hacia ella y con las prácticas necesarias para tocarla sólo le hacía falta ensayar. Llegó a la mansión ante la mirada confundida de Nathalie por traer una guitarra, que le fue prestada por Simón, con a la pelinegra respuesta de que quería intentar algo nuevo con la música convenciéndola, pero también feliz de que el Agreste menor quisiera hacer otras actividades como esa que no hayan sido las que su padre pidió que realizara.

Fue hasta su habitación y sacó la guitarra de su estuche y de su mochila sacó la partitura de que profesor le había hecho el favor de hacer con la melodía de la canción.

Segundos antes de empezar a practicar, el ojiverde suspiró triste, deteniendo su acción lo que llamó la atención de Plagg.

—¿Todo bien?—. Le preguntó el ser mágico.

—Quiero que todo salga bien—. Confesó el rubio. —No soporto estar peleado con Marinette, la he lastimado y quiero reparar lo que hice. Espero que con esta canción también comprenda que la amo tanto como sé que ella a mí.

—No te preocupes Adrien, todo saldrá bien.

—Gracias amigo.

Y sin más, Adrien empezó a practicar la canción que él había nombrado "Yo quisiera".

•••

Nota de la Mystery: ¡Ya es el capítulo 20! ¡Ya se está por acabar esta historia!

Espero poder escribir los capítulos faltantes lo más rápido posible, ya que el siguiente es el más largo de toda la historia, sep, otro final largo.

Pueden llamarme Mystery Finales Largos si quieren.

El capítulo que viene es muy emotivo así que espero que les guste mucho.

..Mystery..

Siguiente capítulo:

Capítulo 21: Yo quisiera – Final

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