Capítulo 15: Primer beso

614 67 34
                                    

Adrien no logró conciliar el sueño en casi toda la noche y las pocas veces que lograba poder cerrar sus ojos no era el suficiente tiempo como para descansar bien, gracias a lo ocurrido el día anterior. Lydia Y Marinette han sido grandes amigas para él pero ahora que ambas tenían sentimientos hacia él, la situación se había complicado demasiado sin que él llegara a notarlo hasta que se hizo demasiado tarde. No quería lastimar a ninguna y mucho menos a Marinette ya que después de verla llorar el día anterior no podía ni quería hacerle más daño.

Aún no lograba encontrar una relación que podía tener el enamoramiento de ella por él a encontrarla llorando alegando su enamoramiento una "causa" por así decir.

Ya que en sus cortos períodos de sueño se durmió muy cera de la hora en la que debía levantarse, llegó tarde a clases pero al llegar a Françoise Dupont se llevó la sorpresa de que la señora Bustier estaba haciendo un trámite antes de ir a la escuela y por ende, su salón tenía la hora de clase libre.

Pudo ver a todos sus compañeros en el patio principal pero faltaba Marinette. Logró ver a Alya y Nino hablando animadamente por lo que fue con ellos.

—Oigan chicos ¿Saben si Marinette vino hoy o viene tarde?—. Cuestionó el rubio.

—Está en nuestro salón—. Contestó Alya. —Me dijo que iba a hacer algunos diseños pero está rara.

—¿Rara, cómo?

—Pues hoy cuando la vimos sus ojos estaban rojos y solo un poco hinchados—. Le comentó Nino. —Cuando le preguntamos por eso, dijo que se roció perfume por accidente; además cuando dijo que estaría diseñando vi como se puso una chaqueta negra y se colocaba la capucha, como si quisiera que nadie supiera que es ella.

—Iré a hablar con ella—. Mencionó el rubio mientras se dirigía a las escaleras para ir a segundo piso. —Algo no anda bien, esto tiene relación con lo de ayer, lo sé. —Se dijo en sus pensamientos.

El Agrete tenía la mirada gacha mientras veía como sus pies avanzaban. Cuando llegó a la escalera tomó con su mano derecha el barandal mientras subía hasta que en medio camino sintió una mano sobre la suya a la vez que chocaba con alguien que estaba bajando. Alzó la vista, y sus ojos verdes se encontraron con los azules de una encapuchada Marinette.

Una vez el verde y el azul se encontraron, todo a su alrededor parecía ir más lento a la vez que se percibía que el tiempo ahora corría cada vez más lento. Marinette quedó helada al ver a Adrien frente a ella y con tan solo la pequeña aparición de los recuerdos del día anterior la hicieron reaccionar haciéndola dar media vuelta e ir escaleras arriba lejos del ojiverde.

Adrien por su parte salió de su trance cuando vio a Marinette alejarse corriendo de nuevo a su salón de clases, por lo que sin dudar fue tras ella. Al entrar en el salón la chica estaba sentada en su lugar correspondiente mientras mantenía la mirada completamente agachada mientras seguía con su diseño. El Agreste podía ver que ella tenía agarrado su lápiz muy fuerte, dando a entender que estaba molesta.

—Marinette—. Habló él suavemente, haciendo que ella por reflejo lo mirara pero por solo unos antes de volver su vista hacia su cuaderno de diseño.

—¿Qué quieres?—. Cuestionó ella fríamente, en el proceso soltando pocas lágrimas sobre el diseño, lo que hizo que apretara más su agarre en el lápiz que sostenía, allí estaba descargando toda su ira para no tener que soltarla con ella misma o con alguien, pero si Adrien no la dejaba era muy probable que ya no pudiera controlar.

—¿Qué te sucede? Te veo extraña estos días y me preocupas, incluso ayer no me dejaste muy convencido cuando te llamé después de la sesión de fotos ¿Hay algo que quieras contarme? Eres mi amiga y puedes confiar en mí.

Y Marinette ya no soportó más. Se levantó de su asiento y se acercó al ojiverde para quedar frente a él mientras le daba una mirada asesina.

—¡Ya lo dijiste! ¡Sólo soy una amiga! No entiendo por qué te preocupas tanto por mí, deberías preocuparte por quien en verdad te importa y esa es Lydia.

—¿Lydia?

¿Qué tenía que ver Lydia?

—Ayer te mentí, no estaba trabajando de niñera. Fui al parque a la hora que me dijiste...—. Marinette se trabó por un momento, pero debía decirlo para sacarse ese peso de encima. —Y te vi besando a Lydia. —Finalizó con la voz quebrada.

Adrien al escuchar lo último logró encontrar la última pieza del puzle, ahora debía arreglar una situación peor a la que se imaginó.

—¡Marinette no es lo que crees!—. Dijo el rubio.

Estaba por explicarle lo que en realidad sucedió pero sus compañeros empezaron a entrar al aula impidiéndole seguir hablando, mientras éstos trataban de no ponerle la mirada fija a esa incómoda escena con la que se encontraron.

—Hablaremos de esto luego—. Susurró el rubio en el oído a la azabache, tenía que remediar aquello.

...

A última hora los estudiantes de la clase de Marinette volvieron a estar libres de clases esta vez por la usencia de la señora Mendeleiev. Todos estaban en el patio excepto Marinette que estaba en la biblioteca terminando su diseño. Le contó a Alya la razón de por qué actuaba tan extraño y la morena hizo todo lo posible para que su amiga no hablara con el rubio al menos por ese día.

Adrien buscó a Marinette por toda la escuela y al encontrarla en la biblioteca y ver que no había nadie aprovechó el momento para explicarle las cosas, sin formar un escándalo como el de más temprano. Sin que la chica hiciera algo para tratar de alejarlo, él tomó asiento a un lado de ella en la mesa. Suspiró antes de hablar.

—Marinette, debo hablarte—. Pero la chica no le prestó atención. —Quiero explicarte las cosas pero... ¿No piensas hablarme?

Marinette seguía firme a su idea, no hablarle ni verle al rubio.

Es demasiado terca.

El ojiverde puso su mano sobre la de la chica con la cual ésta dibujaba, haciendo que ella parara su acción y lo mirara sonrojada. Un impulso que Adrien no logró comprender hizo que acortara la poca distancia entre él y Marinette uniendo los labios de ambos en un beso. La ojiazul abrió los ojos de la impresión, Adrien la estaba besando. Del shock no le correspondió pero algo le decía que no separara el beso, solo se quedó allí, sintiendo los labios del rubio hacer presión sobre los propios.

Incluso en un pequeño momento la Dupain-Cheng sintió que el Agreste mordía su labio inferior, como si la invitara a que le correspondiera el beso, pero solo logrando que ella se sonrojara más.

Al hacerse presente la falta de aire el chico se separó de su contraria viendo el sonrojo de ella como algo tierno en ese momento, pero de seguro él estaba igual o peor. Y con el mayor valor del mundo preguntó...

—¿Qué sientes por mí, Marinette?

•••

Siguiente capítulo

Capítulo 16: ¿Qué sientes por mí?

¿Sólo Amigos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora