La mañana llegaba nuevamente a la ciudad de París y con ella otro día de clases; gracias a la charla que tuvo con Chat Noir la noche anterior Marinette pudo conciliar el sueño tranquila pero ahora que debía volver al instituto y ver a Adrien hacía que los nervios y la confusión regresaran a ella y la dominaran. Tikki le había aconsejado que estuviese al pendiente de todas las acciones inusuales que ella hiciera cuando estuviese con él, ya que podría ayudar a aclarar las cosas.
Hizo mucho esfuerzo para levantarse temprano y llegar antes que el rubio, cuando salió de su casa Alya estaba en las puertas de la institución revisando su teléfono con una enorme sonrisa así que decidió acercarse a ver qué sucedía.
—Hola Alya—. La saludó.
—¡Amiga, no vas a creer lo que acaba de pasar!—. Habló de pronto la morena apenas la vio, sin darle importancia la presencia de la ojiazul a temprana hora. Le acercó su teléfono y le mostró un video del Ladyblog acerca de la batalla de Ladybug y Chat Noir contra King Storm el día anterior. —¡Tan solo lo publiqué ayer y ya tiene diez mil visitas!
—¡Increíble!
Marinette alejó un poco el celular de su rostro para ver mejor el video. Estaba orgullosa de Alya y sabía que en el futuro tendría éxito como reportera. Escuchó el claxon de un auto y al levantar la vista hacia la calle pudo ver a Adrien bajar de la limusina gris que siempre lo transportaba y caminó hacia donde estaba Nino. No pudo evitar sonrojarse, ni siquiera supo la razón de por qué pasó.
—Oye ¿Lo imaginé o acabas de sonrojarte cuando viste a Adrien?—. La voz pícara de Alya interrumpió sus pensamientos.
Tal parece que tampoco pudo evitar que Alya viera su sonrojo.
La ojiazul le tapó la boca en el acto y la llevó dentro del instituto hacia un lugar apartado.
—¿Podrías ser más discreta?—. Le reprochó aún sonrojada.
—Sólo te pregunté si te habías sonrojado y por lo que veo, es así.
Alya sonrió victoriosa.
—Pero lo que no logro entender es ¿Por qué te sonrojaste al verlo? Jamás te había pasado y la primera explicación que se me ocurre es que...—. La castaña rojiza paró de repente sus palabras y en sus ojos apareció un brillo e esperanza. —Marinette ¿Acaso te gusta Adrien?
—Eso... e-es lo que... sospecho—. Respondió la azabache con una sonrisa nerviosa.
—¡Marinette!—. Dijo en un grito la de lentes. —¡No sospeches, aceptalo, se te nota en la cara que est-...!
—¿Qué cosa, Alya?—. Preguntó Nino, interrumpiendo a la Césaire, llegando al lugar donde estaban las chicas junto con Adrien. —¿Qué se le nota a Marinette?
Si las miradas mataran, Alya por chismosa y Nino por entrometido ya estarían muertos gracias a Marinette.
—Un momento muchachos—. Habló Marinette y le dio la espalda a ambos chicos llevando a Alya consigo. —Escúchame bien Césarie, es sola una sospecha así que nada de estar contando hasta tener mis sentimientos claros ¿Entendido?—. Susurró su advertencia.
Alya solo asintió.
...
Horas más tarde las clases ya habían concluido y en el cielo se podía ver claramente que se acercaba la lluvia; Marinette salió en ese momento, un poco después de la hora de salida pues se quedó haciendo algunos deberes como presidenta de clase, pero paró al instante al sentir las gotas de lluvia caer sobre ella. Retrocedió unos pasos y su mejor opción fue esperar a que la lluvia cesara un poco.
Su pequeña investigación para averiguar si sentía algo por Adrien aún no tenía respuesta. Sí, tartamudeó, se sonrojó y tendía a decir palabras incoherentes. Se sentía confundida y necesitaba aclarar sus dudas.
—Hola—. Habló amablemente alguien a sus espaldas sacándola de sus pensamientos, volteó ligeramente y sonrió, era Adrien.
—Hola Adrien—. Y por fin decía algo si tartamudear o incoherente en toda la mañana. —Parece que estaremos aquí hasta que pare de llover.
—No lo creo—. Le contradijo él mientras abría su paraguas. —¿Te acompaño a tu casa?
Marinette solo asintió.
Ambos se colocaron debajo del paraguas quedando muy cerca del otro, extrañamente, las mejillas de la ojiazul solo se sonrojaron levemente, con su corazón acelerándose un poco.
Los amigos se dirigieron a la casa de la familia Dupain-Cheng sin cruzar palabra hasta llegar a la entrada principal de ésta, pero en la mente de Marinette tres palabras se repetían constantemente.
—Nos vemos, Dupain-Cheng—. Se despidió el ojiverde mientras su contraria entraba a su casa.
—Nos vemos, Agreste—. Y al cerrar la puerta Marinette se recostó en ésta y se dejó caer al suelo con una pequeña sonrisa.
—¿Sucede algo Marinette?—. Preguntó Tikki al salir del bolso de su portadora.
—Me gusta Adrien, Tikki.
•••
Nota de la Mystery: Nada como un capítulo nocturno.
¡Que viva la escena del paraguas! Me gustó como la "recreé", esta misma escena la volveré a poner pero distinta, más adelante siendo la versión en como Adrien se disculpó por lo del chicle y Marinette lo perdonó.
Bueno lamento decirles que en este fic verán un lado de mí que seguro no han conocido: Mi lado arruina shipps para ver el fandom arder a gran escala...
Que va, ¡Gocen la felicidad pues a partir del cap. 4 ya no estará!
..Mystery..
Siguiente capítulo:
Capítulo 4: Una amiga del pasado
Así es, soy malvada. Beacuse i'm evil!
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¿Sólo Amigos?
Fanfiction| BILOGÍA "AMIGOS" - LIBRO I | Un ejemplo de verdadera amistad en el instituto Françoise Dupont, es la amistad entre Adrien Agreste y Marinette Dupain-Cheng quienes, a pesar de ciertos tropiezos al inicio, acabaron siendo mejores amigos. Marinette h...