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Lo miro una vez más y no pudo evitar morder sus labios al observarlo mover su boca cuando llevaba un pedazo de algodón de azúcar a su boca; él ya iba por la mitad del suyo, pero ella todavía tenía aquel pedacito que había sacado entre sus dedos, no podía dejar de apreciar al hombre que estaba junto a ella. Hoy no llevaba traje, traía puesto un pantalón marrón de gabardina junto a una camisa azul y una campera del mismo tono, lucia muy guapo.

— Podríamos volver ¿qué dices?—el volteo a mirarla y ella se apresuró en asentir aun sosteniendo un trozo de algodón de azúcar, mientras que el masticaba lo último que le quedaba—¿no te gusto?—pregunto refiriéndose al algodón—pensé que el de fresa te gustaría...

— Me gusta—repuso llevándolo por fin a su boca—¿quieres probar?—tomo un poco y lo acerco a su boca—

Donghae la miro y trago saliva con dificultad, ella sonrió de manera coqueta y lo puso sobre su boca. Donghae lo mastico algo tímido teniendo toda la atención de ella sobre él.

— ¿Te gusto?—Donghae asintió viendo como los labios de ella se movían al masticar aquel suave algodón. Sus labios rojos eran además de hermosos muy provocativos, le gustaban y mucho—

(TN) _____ se metió a la cama con una sonrisa sobre sus labios. Todavía tenía en su cabeza la imagen de ellos dos riendo al salir del juego de tazas giratorias, estaban sumamente mareados y por poco cayeron a piso, se sostuvieron uno del otro hasta que recuperaron su equilibrio. Esta vez sintió en su pecho una chispa de emoción, como una de esas que nunca había sentido, se trataba de una ansiedad por lo que vendría después, por primera vez en su vida se sentía ilusionada y ansiaba por saber que sorpresas le esperaban los próximos días.

Al llegar la mañana se apresuró a vestirse, busco entres las ultimas prendas que había comprado y encontró justo algo que no había usado hasta ahora, una blusa blanca, con un poco de encaje, se coloco una pollera tubo color bordo que llegaba hasta unos centímetros arriba de sus rodillas, se colocó unos zapatos color marfil y tomo su abrigo bajando de prisa a la sala para tomar su desayuno como todas las mañanas lo hacía con Donghae. Pero al llegar al final de las escaleras no lo vio en la sala, sin embargo su taza de café estaba allí, y por lo visto ya había sido usada.

— Oh, ahora mismo le traigo su te—Yoora tomo las cosas que estaban sobre la mesa llevándolas hacia la cocina—

— ¿Y Donghae?—preguntó yendo tras ella hasta la cocina— ¿Dónde está el?

— Salió hace más de 20 minutos, dijo que tenía mucho por hacer hoy.

(TN)_____ hizo una mueca algo disconforme e intento recordar si había olvidado algo importante relacionado con el trabajo pero, estaba segura que no era así. Termino de desayunar y el chofer de la casa la llevo hasta la empresa, al llegar vio a Sara, ya en su escritorio viendo algo en su computadora.

— Buenos días—saludo quitándose su abrigo—

— Oh, (TN) _____ ¿Cómo has estado?—pregunto con cierta preocupación—después del robo, no quise llamarte para no molestarte, supuse que querías descansar y no hablar más del asunto...

— Estoy bien Sara—sonrió sacudiendo su cabeza—gracias por preocuparte por mi...

— Te traje un café, así no vas tu sola por él. Desde ahora en adelante no te dejare salir sola ni siquiera en el almuerzo...—era como una especie de regañina de madre, (TN) _____ sonrió, Sara sí que era maravillosa—

— Gracias Sara...— (TN) _____ se echó a sus brazos sintiéndose conmovida—ojala mi madre hubiera sido como tu...

— Oh... ¿tan mala fue tu madre?—bromeo dando una palmaditas en su espalda—

NO DEBISTE ENAMORARTE DE MÍ (con Donghae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora