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JiYong había llegado a su casa. Entró tranquilo y con un cigarrillo en la boca hasta que recibió el golpe de un bolígrafo.

— ¡Auch! — talló su frente y vio a la señora de avanzada edad en la mesa mal mirándolo.

— Regresame mi bolígrafo. — un ademán de exigencia hizo que el mayor hicieron caso de manera inmediata. — ¿Cuántas veces te tengo que decir que no fumes dentro de la casa?

— Hola abuelita. — buscó el cenicero más cercano para apagar su droga. — Hasta que te veo. — levantó rápidamente el objeto de escritura y se lo dio.

— Opino lo mismo, Yongie. — dejó el bolígrafo en la mesa y se levantó a besar la mejilla del joven.

JiYong solo se dejó querer. Abrazó a la señora y sonrió.

— Te traje un pay de queso, mi niño. — la señora estaba emocionada — Fue de los que hicimos en mi clase de repostería.

— Gracias abuela. — sonrió al ver como la señora iba corriendo al freezer. El castaño dejó su maleta sobre una de las sillas del pequeño comedor y se sentó en otra vecina.

Una rebanada del pay adornada con un poco de mermelada fue servida para el más joven.

— Muchas gracias abuela. — sonrió y decidió darle el primer bocado. — ¡Dios! Es delicioso.

La señora solo sonrió. Se dio la vuelta para lavar los pocos tratos que había sacado con anterioridad.

— JiYong, me habló tu madre. — la tensión esa frase hizo que el castaño dejara de masticar. — Quiere que estas vacaciones vayas a España a conocer a tu hermanito.

— Ese niño no es mi hermano. — soltó con una seriedad irreconocible.

La señora miró a su nieto. Su mirada había cambiado drásticamente.

— Pero esa mujer si es tu madre y creo que...

— Mi madre eres tú. Ella me dejó aquí y tú te hiciste cargo de mí cuando era su obligación. — golpeó la mesa asustando a la señora.

Kwon se dio cuenta de su acción y cubrió su rostro. Su abuela fue hacia él y lo abrazó. No lloraba pero solo de pensar en eso, tenía sentimientos encontrados.

— JiYongie... — la calidez del abrazo hizo que el contrario lo correspondiera.

— Disculpa abuela. No quería hacer eso. — la abrazo más fuerte. — Solo que, me molesta que ella no se haya querido responsabilizar de mí, haciéndome una carga para ti — deshizo el abrazo mirando la señora.

— Mi querido niño, no te preocupes. — movió algunas de las mechas del rostro del menor. — Nunca fuiste una carga para mí. Tu le diste alegría a mis días desde que te quedaste. — acarició la mejilla del menor, el cual parecía que iba a llorar. — Así que no pienses eso.

— Te adoro abuela. — la abrazó nuevamente soltando una pequeña lágrima.

— Sigue comiendo. Tranquilizate. — alborotó su cabello y lo dejó, regresando hacia los trastos.

El muchacho asintió y siguió comiendo la rebanada de pay. Una vez acabado, se dispuso a lavar su plato. La anciana descansaba en sofá sin dejar de compartir memes antiguos y recetas de cocina que raramente prepararía en Facebook. El chico se acercó a ella y se sentó en el espacio sobrante.

— Mañana voy a ir con la clase de repostería a otro distrito. — la señora buscaba una foto con impaciencia hasta que dio con ella — Vamos a conocer a este chef y nos enseñará un postre secreto. — la abuela estaba peor que ChaeRin con el evento de la universidad.

- FAKE PROFILE. [GTOP]✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora