Era 18 de Julio. Gracias a Merlín y a todos los Dioses del Olimpo, las próximas dos semanas no iría al colegio a causa del receso invernal. No malentiendan, a ella le gustaba el colegio... pero todos necesitan un descanso una vez cada tanto.
Se despertó a regañadientes de su maravilloso sueño en el que iba a la secundaria en el colegio de sus sueños. Sus esperanzas eran pocas y casi inexistentes, dado a que ella ya tenia doce años y la carta debía llegar a los 11... pero aun conservaba algunas de que su carta llegara ese año.
O de que un sátiro fuera a buscarla para llevarla al Campamento Mestizo, siendo sinceros cualquiera de las dos situaciones seria de su agrado.
Se levanto y se dirigió al baño para darse una rápida ducha, y cepillar sus dientes dejando su cabello envuelto en una toalla.Salio del baño y tomo su aburrido uniforme, del aburrido colegio normal al que asistía. Digamos que prefería vivir con la mente en mundos de fantasía que en su pesada vida y todos los problemas que la rodeaban.
Su padre había muerto cuando ella era muy pequeña, luego su madre se caso con otro tipo que desapareció al poco tiempo de que nacieran sus hermanos... de verdad, esa mujer debía de tener algún tipo de maldición.
Si bien todos decían que era imposible, ella estaba segura de que se acordaba de su padre. De que se acordaba de ese cabello negro como la noche y esos profundos ojos azules tan atrapantes como los de ella. Aunque tal vez fuera producto de su imaginación.
Una vez estuvo lista se mantuvo en el espejo, mirándose a si misma y a toda la habitación detrás; con estantes repletos de libros, decorada con los símbolos de distintas sagas, pintada de los cuatro colores de Hogwarts... definitivamente su habitación era el único lugar que le gustaba de toda la casa, tal vez porque no poseía el mismo orden monótono que el resto de las habitaciones. Estaba ordenado, si, pero de una manera despreocupada que le daba cierto aire de... no lo se, comodidad. Estaba segura de que a cualquier persona le daría la misma sensación.
"Puedo asegurarte que a cualquier persona, menos a mamá" resonó en su mente.Y allí estaba otra vez su odiosa conciencia... comentarios como esos llegaban tan seguido que hasta había llegado a imaginarle una cara; lo extraño es que siempre se la imaginaba igual a ella, pero con cabello negro como la noche.
Lo malo, era que usualmente la insoportable vocecita en su cabeza tenia razón. Y en ese caso, tenia razón en que a su madre jamas le agradaría su habitación y el extraño orden que esta presentaba... pero por alguna extraña razón, siempre que intentaba ordenarla, a la mañana siguiente todo volvía a estar en su posición anterior.
Su madre era extraña, distante, fría... sentía que le escondía cosas, y eso con demasiada frecuencia para su gusto. Eran el agua y el aceite; Tamara odiaba las tormentas, Catherine amaba las tormentas; Tamara odiaba las alturas, Catherine amaba las alturas; Tamara amaba el agua, Catherine odiaba el agua y nunca la llevaba de vacaciones a la playa; Tamara amaba los caballos, Catherine les tenia miedo y jamas la habia dejado montar uno. Era indignante.
-TAMARA, BAJA YA A ALMORZAR- escucho el grito de su madre desde la cocina.
Tomo su mochila de abajo de su escritorio, apago el reproductor de musica que habia encendido antes de bañarse y tomo una goma para atar su rubio cabello en caso de que le molestara. Luego, salio de su habitacion, camino por el pasillo hasta las escaleras, las bajo, dejo su mochila a un lado de la puerta de entrada, y se dirigio a la cocina.
Rodo los ojos al ver a su hermano menor, Thiago, integramente cubierto de salsa. Aria lo miraba asqueada con sus ojos gris tormenta, mientras comia sus fideos de manera educada e impecable.
Ambos pequeños tenian el mismo color gris en sus ojos, y el cabello castaño perfectamente lacio. Los dos tenian la misma aficion de su madre por las tormentas, y el mismo desagrado por el agua. Lo unico que compartian con Tamara, siendo sinceros, era el estupido apellido Ingles de su madre. Lancaster.
-Hola enanos- saludo, tomando un plato de fideos pero evitando ponerles salsa para no arriesgarse a manchar el uniforme.
-Hola, Mara- saludo Aria, utilizando el apodo para el cual solo ella tenia autorizacion.
Thiago siguio concentrado en su plato de fideos e hizo caso omiso a su hermana mayor, por lo que se gano un puntapie por debajo de la mesa.
-¡Au!- chillo- ¿Que quieres?
-Que yo recuerde, no dormi contigo- ironizo la chica- Es de mala educacion no saludar, cariño.
El chico rodo los ojos cansadamente;- Hola, Tamara.
-Por cosas como esta, Aria es mi favorita- aseguro la rubia.
La niña solto una risita, y todos siguieron comiendo en silencio. Una vez todos hubieron terminado, incluyendo a su madre, que se habia sentado en la mesa junto a ellos una vez que termino de asear la vajilla de la cena anterior, Tamara se puso de pie.
-Bueno, me voy, llego tarde al colegio- anuncio, limpiando su boca con una servilleta.
-Oh, cariño- dijo su madre sonriendole, Tamara fruncio el ceño;- ¿No quieres que te lleve?
Confundida, nego con la cabeza;- No, no... ire caminando, descuida. Gracias.
Salio rapidamente de la cocina, se puso su abrigo, tomo la mochila, y abrio la puerta. Lo que no se esperaba, era que del otro lado se hayara una persona.
-¡BU!
-¡Ay! ¡No me mate! ¡Soy demasiado joven y hermosa para morir!- chillo, poniendo las manos por delante de su rostro.
Espero a ser asesinada en esa posicion, pero el ataque del desconocido nunca llego. En su lugar, comenzo a oir las conocidas risas de su mejor amiga.
-Idiota- gruño Tamara, mientras la empujaba para salir de la casa y la chica la seguia detras a penas pudiendo contener sus sonoras carcajadas.
-Oye, que tu seas paranoica no es mi culpa- se defendio Sofia.
-¡No soy paranoica!- chillo Tamara- ¿Como reaccionarias tu si estas saliendo de tu casa tranquilamente y un loco psicopata aparece en la puerta y te grita BU?
-En primer lugar, no fue un loco psicopata, fui yo- respondio enumerando con los dedos;- Y en segundo lugar, estoy segura de que la manera en la que tu reaccionaste no seria la primera en mi lista.
Tamara rodo los ojos;- Siempre tan aburrida.
-Que tu vivas en tu mundo de caballos con cuernos y gente con palitos de madera que tiran luces de colores no es mi culpa, Tami- repuso Sofia.
-Unicornios, y magos con varitas magicas que hacen hechizos super guays- corrigio.
Sofia extendio los brazos hacia los lados y abrio mucho los ojos;- ¿Ves lo que digo?
Tamara solto una pequeña risita y nego con la cabeza. Siguieron en silencio unos minutos hasta que la rubia solto un chillido de emocion.
-¿Que? ¿Que ocurre?- pregunto Sofia.
-¡Una lechuza!- chillo, señalando al cielo.
-¿Una lechuza? ¿A plena luz del dia? ¿En Argentina?- pregunto incredula.
-¡Mira! ¡Voltea! ¡Alli esta!- chillo, aun con emocion, señalando en la misma direccion que antes.
Sofia volteo y sus grandes ojos marrones se abrieron de par en par deconcertados;- Debes estar bromeando.
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Las Mellizas Nott [EN EDICION]
FanfictionTamara era una potterhead irremediable, que vivia con su madre y sus dos hermanos mellizos. La chica tenia vagos recuerdos de su padre, pero solo lograba recordar con nitidez la mirada de este. Al finalizar su ultimo año de primaria en una escuela p...