Gisèle se fue junto con su madre y con un vestido sobre sus brazos. La muchacha iba realmente ilusionada con su traje y con una nueva ''amiga''.
Cuando llegó la hora de salir, la esperaba Bastian como de costumbre. Esta vez Ann se escabulló de la tienda con una sonrisa que Bastian notó sin esforzarse.
— No te lo vas a creer. — Susurró la modista a su novio ignorando el saludo.
— Hola a ti también querida. — Dijo con una sonrisa ladeada.
— Hola. — Respondió Ann dándole un gran beso en la mejilla. — ¡Gisèle Amiri me ha invitado a su fiesta de compromiso!
Bastian se quedó mirándola sin saber que decir.
— Por favor no me mires así... se que es una locura no debería de ir yo... — Insistía Ann hablando rápidamente.
— Ann tienes que ir.
— ¿Por qué? No tengo ni un vestido que ponerme, además Gisèle acaba de conocerme como quien dice...
— Bueno, podría comprarte un vestido si tu quieres... además si Gisèle te invitó será por algo. — Dijo encogiéndose de hombros.
— ¿De verdad me comprarías un vestido? — Preguntó Ann emocionada.
— Un vestido y la Luna si hiciera falta. — Respondió con una sonrisa.
Ann rió.
— Nunca serviste para ser poeta Bastian.
Ambos sonrieron sin saber qué más decir. Cuando eran simplemente amigos siempre estaban hablando y riendo; quizás sería porque Ann no se sentía incómoda y todo era más fácil.
La muchacha intentaba adaptarse a la vida con un novio; bueno no, un novio no, aquel novio, su mejor amigo al cual había confiado todo. Lo quería como un hermano; igual que Louis veía a Ann.
Ambos se despidieron con un escaso beso y con una incontrolable risa tonta dibujada en la cara de Bastian.
Ann sin embargo subió hasta su casa con el corazón encogido.
Sabía que tarde o temprano le haría daño y no quería.
Lo que más deseaba en el mundo era poder corresponderle los sentimientos a Bastian.
Se arrepentía de la elección que tomó hace ya semanas.
Bianca abrió la puerta cuando Ann llamó al timbre. La muchacha intentaba poner una sonrisa pero que su rubia hermana no se tragó ni por un momento.
— A ti te pasa algo... — Susurró Bianca mientras le servía la comida en el plato.
Ann suspiró.
— No es nada. — Respondió mirando al plato.
— ¿Tu novio y tú ya no estáis juntos? — Preguntó de nuevo Bianca estando segura de que era eso.
Ann volvió a negar. Sabía que tarde o temprano le tendría que contar qué era lo que le sucedía.
— Yo... estoy enamorada de otra persona. Él es mi amigo y por ello lo aprecio y no quiero hacerle daño. — Calló, pensando en quién sería el pretendiente que usaría para engañar a su hermana y que descartara la idea de que estaba enamorada de Louis. — Me... me gusta un hermano de una clienta. Esa clienta es rica y él también. Es un amor del todo imposible... él es guapo y amable. — Murmuraba con una sonrisa.
Nunca supo que se le diera tan bien mentir.
— Vaya... — Dijo Bianca algo preocupada. — pues lo siento, no sé en qué podría ayudarte.
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La otra cara de los sueños
Romance1952. París, moda, lujos, dinero, glamour... y Ann, totalmente enamora de la persona menos adecuada. Louis; el novio de su hermana mayor. Cuando se mudó a París junto a su hermana, jamás se hubiera imaginado su asombroso destino, rodeada de lo q...