Ann no pudo evitar abrir los ojos como platos. Sabía, por los ojos llorosos de Louis, que él no mentía.
¿Qué hacer? No sabía si ponerse a saltar en mitad de la calle o empezar a reírse como una psicópata, pero era lo que sentía.
Aquello sonaba como música para sus oídos pero, no sería muy bonito en ponerse a reír en frente de su cara, y más, teniendo en cuenta que su novio se encontraba a escasos metros de ella.
Ann lo abrazó tan fuerte como pudo, intentando que los cosquilleos que llegaban a todos los lados de su cuerpo, se calmasen, pero nada. Aquellos escalofríos llegaron hasta la punta de sus dedos.
El mínimo contacto con su piel la hacía estremecerse.
Su pelo y su cuello tan cerca, sus labios y sus ojos... algo tabú para la mente de Ann.
- Lo siento. - Susurró la muchacha fingiendo estar afligida.
Louis negó a la nada y Ann suspiró sin saber que hacer. Arrastró al chico a un callejón cercano donde nadie pudiera molestarlos.
Cuando Ann se aseguró de que su pobre Louis no iba a llorar, prosiguió sin ninguna contemplación una entrevista.
- ¿Pero por qué... así de pronto?
Louis titubeó.
- Fue culpa mía. - Afirmó serio y calmado.
- Dime por qué, por lo que más quieras, tengo esperando a Bastian y se preguntará dónde nos hemos metido.
- Hice lo que tú me dijiste Ann. - Dijo Louis afligido y alzando la mirada por primera vez en toda la conversación.
- ¿Qué? ¿pero qué te dije yo? - Preguntó Ann que se sintió terriblemente culpable.
- Hablé con ella, pero quería llevar las cosas por otro lado...
- ¿Qué lado?
- Le pedí que se casara conmigo. - Respondió Louis rápidamente.
Ann podía esperarse de todo menos eso. Sabía que iba a pasar, era algo con lo que creció y supo asimilarlo pero, justo en ese momento, era lo último que podía concebir.
Sintió un caer todo dentro de ella, la ilusión desapareció y ya ni se acordaba de que aquella tarde fue al cine, es más, no se acordaba de que Bastian la estaba esperando. Ni si quiera le importaba.
Solo quería pegar a Louis y dejarlo ahí hasta que se le pasara el ataque de celos y decepción.
- ¿Qué? - Preguntó la chica cortante y con un hilo de voz.
- Adivina su respuesta... bueno, ni eso... directamente me dijo que no quería seguir con esto, que no merecía la pena. - Un silencio lleno de pensamientos se prolongó. - Pero que a mí me da igual, tiene razón. - Dijo Louis fingiendo una fuerza inexistente ya que frotaban el los ojos del muchacho lágrimas.
Ann volvió a rodearle el cuello con sus brazos, y se permitió derramar unas lágrimas también.
- ¿Y qué vas a hacer ahora? ¿volverás al pueblo? - Preguntó Ann asfixiada con la idea de no volver a ver a Louis. Sin embargo, sabía que le facilitaría mucho las cosas.
- No, no puedo volver allí. ¿Te acuerdas del piso de la primera planta que está en alquiler?
- Sí, pero si está en alquiler es precisamente porque ahí vivirán ratas, y ser muy pequeño incluso para una persona. - Dijo Ann indignada.
- Ya lo se pero es el piso piso más barato.
- Busca otro, en otro edificio si quieres, además puedo ayudarte, mañana voy a aceptar ser modelo ocasionalmente, claro... y con la boutique y todo.. es suficiente. No sé cuanto pagarán pero seguro que será suficiente...
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La otra cara de los sueños
Romansa1952. París, moda, lujos, dinero, glamour... y Ann, totalmente enamora de la persona menos adecuada. Louis; el novio de su hermana mayor. Cuando se mudó a París junto a su hermana, jamás se hubiera imaginado su asombroso destino, rodeada de lo q...