CAPÍTULO IX

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IX

Kendall

Los recuerdos de nuevo invaden mi mente, desde cuando te conocí, hasta el último segundo en el que te tuve, todos los buenos momentos son lo que más me duelen, recordar tu mirada llena de amor hacia mí, tus ojos mirándome de una manera única y diferente.

Todas nuestras conversaciones son un flashback a mi cerebro, nuestras promesas, nuestras palabras de amor, las pláticas donde ambos nos incluíamos en el futuro de cada quien, sin saber nada de lo que el maldito destino nos tenía preparado.

Aun sentía todo de ti, porque aun tienes todo de mí, como yo tengo todo de ti.

Me encerré en mi habitación mientras las lágrimas caían de mis ojos como un diluvio, mientras recordaba todo.

Odiaba que ella no era tú, odiaba esos labios tan parecidos a los tuyos, odiaba esos ojos que querían competir contra los tuyos, odiaba su larga cabellera lacia, cuando los rulos rubios eran mejores, odiaba aquella voz tan parecida a la tuya, odiaba que ella se pareciera a ti, y que no fueras tú.

Recostado en el suelo, el sentimiento de culpa me invade haciéndome preso de mis propios pensamientos, haciéndome sentir mal por aquella chica sentada en mi cocina, aquella chica a la cual le echo la culpa de parecerse a mi único amor verdadero.

Mierda... la llame por tu nombre, le dije Joselyn, la vi pensando que eras tú, sentí que eras tú, la escuché como si realmente fueras tú, como si... la muerta fuera ella y no tu...

Sabía que esto pasaría, sabía que era inevitable, tal vez era algo tarde para recriminarme, pero el jodido parecido que ambas tenían, me confundían más y más, acerca del amor de mi vida, aunque tu nombre es el único que puedo pronunciar, sé que esta situación, tendría que suceder tarde o temprano., de confundirla contigo, y sabía que debía ser lo más honesto posible con aquella chica que no merecía sufrir lo que yo causo.

No sé qué problemas me puede traer esto, tal vez lo jodí, tal vez jodí todas mis oportunidades de ser feliz nuevamente, de encontrar a la persona la cual me haga volver a hacer sonreír como tú lo hacías.

Aunque en el fondo sabía que nadie me haría sentir de tal forma como lo hacías tú, nadie seria tú.

De nuevo el sentimiento de culpa invaden mis pensamientos, pensando

¿Como se me ocurrió si quiera... compararla contigo? ¿Cómo pude pensar que ella podría ser tú?

Ella tiene tantas cualidades, es bonita, tierna, tiene uno de los corazones más bondadosos que he conocido, y ha estado para mí cuando yo más lo necesite, sin abandonarme nunca, pero... no eres tú.

No es la niña de la cual me enamore hace tanto tiempo, no tiene aquellos ojos que tanto amaba al despertar todos los días, no es aquella rubia que tardaba dos horas queriendo arreglar su cabello desordenado, aquella chica que amaba el maquillaje tanto como viajar, no era la chica que solía hacerme bromas hasta que terminaba doblada de la risa, ni es la madre de mi pequeño hijo.

Aunque Andrea fuera la mujer más perfecta del mundo, nunca la miraría como a ti, porque tú eres todo, eres mi todo, y temía que nadie cambiaria eso nunca.

En menos de unos meses, tu cumplirías dos años de muerta dos años en los cuales mi vida comenzó a tornarse de negro, tornarse de colores opacos, en donde nadie podría poner colores nunca más.

Mi corazón esta solo sin ti, mis ojos solo te ven a ti y a mí. es estúpido pensar en ti Y es difícil, difícil, porque tú me haces sentir bien

Mis pensamientos se centraban en ti, era algo lo cual no podía evitar nunca, a cualquier hora o en cualquier lugar yo solo te tenia a ti.

Estaba tan hundido en mis pensamientos, cuando escuche la puerta abrirse, con atención a aquella pelirroja entrando, la tensión es algo que se siente en el aire, y mis nervios aumentan cuando ella no me mira.

Quiero disculparme, pero el nudo en mi garganta es grande, lo cual no me permite hablar, aunque yo quisiera.

Me paro tratando de excusarme, decirle que estuve mal, que esto no volvería a pasar, pero cuando ella me mira, su mirada es tan oscura que de nuevo los sentimientos de culpa me hacen agachar la cabeza.

La miro mientras veía su cara enfadada y de nuevo el pensamiento de que ambas eran iguales, porque cada vez que tú te enojabas fruncías la nariz del lado izquierdo mientras tus cejas se bajaban, haciéndote lucir graciosa, y Andrea hacia lo mismo, lo cual hace que mi mente me haga recordarte otra vez, y mi corazón se quiebre una vez más.

Sería algo difícil arreglar todo esto.

Andrea

Mis nervios eran tan notorios, más cuando tuve que entrar como si nada me importara, aunque, me importaba demasiado el que Kendall no superara a Joselyn.

Al entrar tuve que ser fuerte, ser otra persona completamente distinta a lo que soy, tuve que guardarme todo lo que tenía que reclamarle, no decirle todo acerca de lo que siento ante la situación.

Lo mire discretamente, mientras él se paraba del suelo y trataba de hablarme, pero yo solo lo miro directamente a los ojos.

Mi mirada es de decepción, de tristeza.

El agacha la cabeza, mientras que yo entre al armario donde me puse mi pijama para poder dormir, lo miré al salir, se veía realmente nervioso, por el contrario, yo estaba enojada y desilusionada... Me llamo Joselyn

Lo mire y le desee buenas noches mientras me dormía en el lado derecho de la cama, sentí sus brazos rodearme, pero me moví para que el las quitara, mientras sentía las lágrimas calientes entre mis mejillas

Se que todo cambiará en dos días que le dé su regalo... de que ambos nos realicemos el uno al otro.

Sonreí, todo cambiaria pronto.

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CAPITULO CORTO :( NO HAY INSPIRACIÓN 

NO SOY ELLA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora