CAPÍTULO XX

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Mis mañanas eran demasiado reales, lo que significaba que no amanecía con el cabello planchado y en el lugar correcto, el maquillaje perfecto, el aliento perfecto y con una linda sonrisa mientras los rayos de sol entran por la ventana dando un enfoque perfecto para una foto, la cual podría subir a Instagram.

Los rayos de sol entraban por aquel pequeño espacio en donde la cortina estaba separada, quise voltearme, pero aquellos fuertes brazos me sostenían de la cintura y sus piernas enredadas en las mías.

-No te muevas – dijo Logan, mientras se volteaba

Mis sentidos quedaron paralizados, y los recuerdos de la noche anterior invadían mi mente, y una sonrisa tonta se asomaba mi cabeza.

Mire la espalda de mi mejor amigo, mientras aquel sentimiento de vergüenza invadía mis mejillas tornándolas de un color rojo muy intenso.

Me levante de la cama, me mire en el espejo, y mis mejillas estaban más rojas que antes.

Comencé a buscar en el suelo mi ropa, y después de encontrar todo, Salí de la habitación, mientras me ponía la playera de Logan la cual cubría la mitad de mis muslos, y metía mi ropa a la lavadora, ya que era lo único que traía y ya estaba sucia.

Entre a la cocina y miré en la nevera, para hacer algo de desayunar, encontré tocino, leche, naranjas, huevos y mantequilla.

Cocine unos huevos con tocino, un jugo de naranja, un pan francés tostado con mantequilla arriba y un café con leche.

Lo puse en la charola, y al salir de la cocina, Logan bajaba las escaleras rápidamente solo en boxers.

- ¡Logan! Por favor ponte algo – dije mientras mis mejillas se tornan rojas otra vez

- Andrea – dijo el mientras en miraba aliviado – creí que...

- Que me había ido – sonreí – claro que no, pero ponte algo rápido y baja a desayunar – dije colocando los platos

- Si ahora vuelvo – dijo llegando hacia mí, y, dándome un beso en la mejilla

Lo mire subir las escaleras mientras los recuerdos de la noche anterior me hacían sonreír, mientras seguía acomodando la mesa para poder desayunar.

Logan bajo con un pantalón de pijama y una playera holgada, se veía bastante bien para ser honesta, él se paró enfrente mío, mientras me miraba detalladamente.

Mis mejillas no pudieron disimularlo, y se tiñeron de color rojo, y sentía la mirada de Logan que estaba en mi cabeza bajando hasta las puntas de mis pies.

-¿Qué me observas? – pregunte bajando la cabeza

- Mi sudadera te queda demasiado bien – sonrió, dejándome ver su pequeño hoyuelo del lado izquierdo de su cara.

- Hay que sentarnos para desayunar – dije con risas demasiado nerviosa, mientras cada uno se sentaba en el lado de la mesa.

- Luce demasiado apetitoso – dijo mirándome, mientras agarraba un pan tostado

- no mejor de lo que tu cocinas, pero hice el intento – dije mientras comenzaba a comer.

Después el desayuno se convirtió en un silencio demasiado incomodo, la cara de Logan hacia que me sintiera mal de no hablar acerca de la noche anterior, pero me sentía demasiado confundida, avergonzada y en cierta parte algo arrepentida.

La incomodidad entre ambos, era algo notoria, y sentirme así no me gustaba para nada, apenas había probado bocado, ya que el estómago se me revolvió, y un nudo en la garganta me estaba matando poco a poco.

NO SOY ELLA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora