CAPÍTULO VIII

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VIII

Sentía que los cuatro meses que Kendall y yo comenzamos a vivir juntos, era solo magia, ambos habíamos aprendido a conocer al otro tan fácilmente.

Recuerdo cuando los cuentos para mí no eran reales, no creía en romeo y Julieta, pero él me hizo creer de nuevo en que había una princesa y un príncipe que vivían felices para siempre.

Aun no entendía como Kendall se adelantaba un paso hacia mí, cualquier cosa que pensaba yo, que él lo conocía de mí, él lo sabía de inmediato.

Me encantaba la forma en la que el y yo nos conectábamos, nos completábamos, era como si nuestro destino era estar juntos.

Yo creía firmemente en el destino, sabia que no era una casualidad en el que Kendall decidiera tropezar conmigo aquel viernes, en el parque.

Ahora ese pequeño lugar en el parque era nuestro lugar, aunque sabia que esa sombra debajo del árbol de aquel parque, había pertenecido a Kendall y a Jocelyn.

Pero nunca me había importado acerca de eso, no me quería centrar demasiado en el pasado de Kendall, si no, en el presente, un presente donde yo formaba parte de él, donde yo era la indicada.

Ya casi cumplía seis meses con Kendall, medio año en donde él y yo éramos la pareja feliz, donde nada nos separaba, estoy emocionada ya que me había decidido a dar el gran paso de nuestra relación, donde por fin le demostraría cual grande es mi amor por él.

Yo estaba enamorada de él, y él estaba enamorado de mí, así que... para que esperar mas tiempo, cuando yo estaba muy segura de lo que yo sentía.

En casa de Kendall todo es tranquilidad, es hermoso vivir con él, ya que ambos estábamos en una sintonía de pareja perfecta, de aquellas a las cuales solo se ven en las películas, o los libros.

El me prometió que pronto conocería a sus padres y hermanos, por lo que sentía una gran emoción, ya que estaría encantada de conocer a la que espero sea mi nueva familia.

Con mis padres la relación no era tan estrecha, ya que ambos se habían divorciado, y casi no me comunicaba con ambos, así que tener una nueva familia en donde estaban ambos padres y dos hermanos, era algo que me hacía sentir feliz.

Estaba llegando a la casa después de un agotador día de estar en la biblioteca, aunque a quien engaño, lo único pesado es al final del día que tengo que acomodar los libros que me han solicitado, o renovar permisos, de ahí en fuera solo leo.

Entre a la casa, mientras sobaba mi cuello, al llegar a ella, lo primero que vi, fue la fotografía en donde nos apreciábamos Kendall y yo, estaba en el mueble café viejo, del pasillo de nuestra entrada, sonreí, mientras recordaba, aquella tarde en el parque, James había llegado de sorpresa, y después de una tarde de demasiada diversión, James nos tomó aquella fotografía.

Deje aquella fotografía, mientras mi sonrisa se transformaba en una mueca, después de nuestra foto, ahí estaba una fotografía de Joselyn y Kendall, la tome entre mis manos, en aquella foto la mirada de Kendall era tan diferente a la nuestra, se podía ver el brillo de los ojos de Kendall al mirar a Joselyn.

Ambos estaban abrazados y sentados en un tronco, mientras Kendall la sostenía de la cintura y la miraba, mientras Jocelyn tenía la mirada perdida en quien había tomado la foto.

- Fuiste tan hermosa - dije mirando la fotografía de Joselyn - te juro que haré lo posible para hacerlo feliz – mire detenidamente a Kendall – para que algún día el me mire de la misma forma que a ti

Sonreí, esta mujer me daba mucha tranquilidad, sentía que ambas teníamos un vínculo, aunque me daba curiosidad el que ambas nos pareciéramos mucho, y que, gracias a ese parecido, Kendall y yo nos conociéramos.

No percate aquella mirada seria que me analizaba, Kendall estaba parado en la puerta de la cocina, su mirada iba hacia mí, directamente hacia la fotografía.

- esta ya la cena - dijo quitándome la fotografía de las manos, mientras depositaba un beso en la frente - pasa ya que se enfriará – dijo mientras miraba la foto.

- claro Kendall - dije mientras miraba a Kendall, y pensaba ¿Qué habrá en su cabeza?

Kendall

Mire como Andrea iba a la cocina mientras yo aún seguía sosteniendo tu foto, las lágrimas de nuevo querían salir, y eso era algo que no podía evitar, me hacía pensar que jamás te podre olvidar, nadie podrá remplazarte, nadie podrás ser tú y eso es algo que me hacía odiarla.

Porque la odiaba, odiaba que se pareciera a ti, odiaba que tuviera tus mismos gestos, odiaba que la imaginara siendo tú, odiaba que agarrara tus cosas, y odiaba que ella no era tú.

Desearía que aquella noche tu no hubieras agarrado el carro, desearía que mi hijo y tu estuvieran aquí y no ella.

Me odiaba a mí mismo, me sentía el peor de los humanos, porque solo la estaba utilizando, porque sabía que solo en dos días más, ella y yo cumpliríamos casi seis meses con ella, y que la única que sigue ocupando todo mi ser, mi razón y mi corazón eras tú.

Te necesitó mas que ha nada en este mundo, necesito tus labios, tus caricias, tus cambios de humor... te necesito a ti

Andrea

Estaba en el comedor la mesa ya estaba lista, por lo que no sabía qué hacer, sentía que me había equivocado en agarrar aquella foto.

Kendall entro a la cocina, y trajo dos platos que estaban con algo de pollo en salsa de mango, olía delicioso.

- Siéntate – dijo mientras yo tomaba asiento

Estuvimos en silencio por más de 5 minutos, aunque yo sentía el tiempo eterno, mientras que su mirada de Kendall estaba en mí, me sentía por primera vez incomoda con esos ojos verde esmeralda mirándome fijamente.

- En el trabajo ¿cómo te ha ido hoy? – pregunto Kendall, dejando el silencio atrás

- bien, supongo - dije levantando los hombros

Me sentía nerviosa, y no sabía porque, solo que sentía que había cometido un error

- Genial - dijo mirándome mientras me sonreía.

Me relajé, y quise hablar de cosas felices, de arreglarnos otra vez.

- dentro de dos días cumplimos seis meses corazón - dije mientras sentía mi corazón desbordarse.

- lo se corazón - dijo tomando mi mano

- No planees nada - dije firme - la sorpresa te la daré yo...

Sonreí, mientras el rodaba los ojos divertidos

- Claro, me darás un reloj como siempre Joselyn – dijo, mientras yo agarraba un poco de pollo y me lo llevaba a la boca. Pero al escuchar eso, me atragante casi escupiendo la comida

¿Me llamó... Joselyn?

- ¿Que tienes Josel...? - se corrigió - Andrea disculpa... Si, Andrea, eres Andrea

- Me llamaste Joselyn - dije mirando a la nada, sentía la comida en mi garganta

- No fue... Sólo - se levantó de la mesa y se fue dejándome sola

¿La extraña? Eso era obvio, la tenía presente aun...

¿Aun la ama? No lo sé, él me amaba a mí, aunque más como afirmación lo sentí como pregunta para mi misma.

Muchas preguntas se asomaban por mi cabeza, y odiaba que en cada una de ellas la misma idea de que Kendall amara a Joselyn aún.

Me quede viendo la fotografía de Kendall y Joselyn y no me quitaba de la cabeza que yo no era ella... 

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NO SOY ELLA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora