29.

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Dos semanas habían pasado, y ahora nuestros protagonistas se encontraban en la carretera, Sasuke conducía con la mirada fija en la calza y Sakura a su lado notaba con preocupación como debes en cuando sus músculos se tensaba y su respiración se volvía errática para luego calmarse con mucho esfuerzo.

Itachi y Izumi iban tras el Audi de la pelirosa solo con la diferencia de que Itachi no estaba tenso si no ansioso y Izumi trataba de hacer el viaje mas llevadero con conversaciones banales. Sakura no era que no se preocupara, había intentado desviar la atención de el azabache de sus pensamientos pero solo recibía como respuesta monosílabos o respuesta concisas como "si", " no" o ese molesto "hmp".

Delante de la camioneta y el Audi iba un Jeep, Jiraya sonreía contento al volver a visitar a sus grandes amigos y Tsunade no podía esperar a llegar para poder volver a ver esa sonrisa y alegría que expresaban los rostros de sus amigos, esas emociones que les fue arrebataron cuando les quitaron a sus hijos.

Habían partido de la ciudad dos horas atrás y el camino parecía hacerse cada vez más largo para todos, pero más para Sasuke el cual recordaba el día que los secuestraron, el día que inició su martirio, el momento en el cual las agujas comenzaban a insertarse en su cuerpo a tan solo seis años no había podido soportar esa agonía, recordaba claramente como sus gritos resonaban en sus oídos, la manera en la que trataba de removerse de esa camilla la cual lo mantenía prisionero del horrible dolor y todavía recordaba la desquiciante sensación de sentir un ardor por debajo de su piel.

Todas las noches llorando en la esquina mas oscura de aquella celda, preso del miedo, angustiado al no saber nada de su hermano. La única familia que recordaba.

Aún recordaba los fríos ojos rojos que le observaban desde la celda del frente y la manera en la que observaban cada movimiento de su parte.

Luego iba ese hombre, de aspecto extraño, era como ver a una serpiente con manos, nariz y pies, sus ojos calculadores, sádicos siempre le miraban desde afuera, desde el otro lado de los barrotes con una sonrisa cínica en los labios y una voz siseante.

Había perdido la noción del tiempo, no sabía si era de día o de noche, el mismo hombrr debes en cuando le llevaba sobras de comida como si el pequeño azabache era simplemente un perro, o solo le adminitraban un suero.

No sabía como había podido vivir durante tanto tiempo de esa manera, no sabía si era mejor morir de inanición o seguir luchando porque aquella pequeña esperanza no apagara con el tiempo, y a pesar de que este fue pasando nunca perdió la fe, esta en algunos momentos intentaba doblegarse, apagarse, esfumarse con tal de no seguir viviendo aquello... Con tal de no darle falsas esperanzas al pequeño azabache.

Luego de un tiempo... Mucho tiempo, por fin un día, el mismo hombre de siempre lo sacó de la celda y lo llevó por grande y largos pasillos hasta llegar a una sala, una enorme sala con paredes y suelo de color blanco, pero lo único que captó su completa atención en ese lugar fue un ahora joven Itachi de unos 18 años el cual solo vestía un bermuda blanco. Notó sus ojeras, los cambios en sus facciones y en su mirada.

Pero apenas verlo a él a su hermano menor que ahora tenia 14 años todo mal desapareció de su mirar para pasar a una aplastante alegría. Corrieron el uno al otro, se abrazaron con fuerza al ver a una cara conocida en ese infierno.

Su primer cambio: las palabras, agonia, martirio, tortura, infierno, calvario... Todas le quedaban muy pequeña para el dolor y el miedo que sintió, a sus 16 años, no sabía lo que le pasaba, de un momento a otro era un animal, solo recordaba que ese hombre el cual le había dicho su nombre Orochimaru. Le hizo enojar hablando de su familia y amenazando con asesinar a su hermano, el moreno iracundo intentó alcanzarlo a través de los barrotes de la celda pero había sido en vano y Orochimaru solo seguía y seguía hablando con esa maniática sonrisa en sus horribles labios. No supo en que momento se desmayó solo cuando despertó se dio cuenta de que estaba en el cuerpo de un león, entro en pánico, solo fueron cuestión de minutos en los cuales no sabía que hacer y el ataque de ansiedad se acercaba amenazante, el mismo Orochimaru lo sacó de su celda y lo trasladó a el área de interacción, ahí estaba Itachi el cual al ver a su hermano menor en una situación que el ya había atravesado le enojo, mas no dijo nada a sabiendas de que su mal comportamiento lo pagaría Sasuke, así que sin mas que hacer se dispuso a ayudar a su Ototou, fueron tres días los transcurrieron y al tercero Sasuke logró recuerar su cuerpo.

Mi León. (SasuSaku).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora