01 x 03: Avistamiento

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Lago Santa Clara

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Lago Santa Clara. Noche.

Las diversas luces de la ambulancia y las camionetas de la policía, iluminan gran parte del lago, logrando que varios habitantes y turistas, se acerquen a ver lo que ha ocurrido en el pueblo de Los Molinos.

El cuerpo de Ángela Robles descansa dentro de un saco negro, siendo cerrado por uno de los policías. El segundo cadáver es cubierto de la misma forma. Ambos son ingresados a una ambulancia.

La madre de Ángela, llora desesperada en el pecho de su marido, sin creer en que ha perdido a su hija para siempre.

A un costado, Camila, Celeste y Vedran, observan la situación, incómodos, esperando que uno de los oficiales llegue a hacerles unas preguntas.

_ Beatriz tiene que estar preocupada – dice Celeste, con la vista en la nada.

_ Ya debe haberse enterado – asegura Camila, abrazando a su amiga, para luego mirar a Vedran - ¿Vas a entregar la nota?

_ No lo sé... Primero tengo que encontrarlo – asegura Vedran, pensando en Augusto.

_ Es importante, Vedran – asegura Camila – Es una prueba.

_ Pero ustedes pueden correr peligro y no quiero que eso ocurra – explica Vedran, preocupado.

_ Ese viejo no se va a acercar a nosotras – dice la rubia, molesta.

_ Yo no lo voy a permitir, déjenme encontrarlo y arreglar las cosas. Prometo mantenerlas al tanto de todo – dice Vedran, comprometido – Pero lo único que tengo que pedirles... es que confíen en mi. 

_ ¿Por qué tendríamos que hacerlo? – pregunta Celeste, mirándolo con desconfianza – Te conocimos ayer.

Vedran la mira, algo afligido. Sus palabras habían sido duras, pero estaba en lo correcto. Él seguía siendo un extraño para ellas.

Al momento, Beatriz se baja del auto de Bautista, preocupada, en compañía de William y Tomás. Los tres avanzan corriendo hasta llegar donde sus amigos, quienes los reciben con un abrazo.

_ ¿Estás bien? – pregunta Beatriz, tomando el rostro de Celeste y mirándola a los ojos, con angustia.

_ Sí, Beatriz – responde la muchacha, volviendo a abrazarla.

Tomás abraza a su novia, preocupado, para luego besarla y volverla a abrazar, mientras que William prefiere mirar hacia otro lado. Vedran observa a Beatriz, lamentando lo que había provocado con su llegada.

Con los pasos más calmados, Bautista se une al grupo, llegando hasta el lado de Celeste. Estaba asustado, ya que sólo habían escuchado que un accidente había ocurrido en el lago, donde las perjudicadas habían sido dos chicas.

_ Estaba preocupado por ti – dice el rubio, sincero, mirando a Celeste.

_ A nosotras no nos pasó nada – cuenta Celeste, cruzándose de brazos a causa del frío.

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