01 x 06: Desafío (Parte 1)

432 7 0
                                    

Pasada las cuatro de la madrugada, el sonido de un disparo, en medio del bosque de Los Molinos, sólo fue escuchado por algunos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasada las cuatro de la madrugada, el sonido de un disparo, en medio del bosque de Los Molinos, sólo fue escuchado por algunos. Causó escalofríos y preocupación ¿Qué había ocurrido? ¿Alguien había resultado herido? ¿Dónde estaba quedando el tranquilo pueblo?

  Todo parecía ser una tranquila noche de campamento, un escape para recorrer ciertos paisajes escondidos, un sorbo de paz y libertad. Una noche para compartir con las estrellas se vería interrumpida.
El gran motivo: Desafíos. 
Palabras y posturas que te llevan a actuar por impulsos. Impulsos que pueden llevarte a sentir un disparo.


18 horas antes.


Ext. Hostal Viento Sur. Mañana. 10:15 am

  El día está completamente soleado en Los Molinos y la temperatura promete seguir subiendo. Camila, Tomás, William y Celeste, salen de la hostal cargando diversos bolsos, junto a unos sacos de dormir y carpas. Avanzan hacia la camioneta del padre de Camila, la cual ha sido prestada después de un día completo de insistencia.

_ ¿Todos llevan sus sacos? – pregunta Camila, revisando las cosas.

_ Todos – responde William.

_ Entonces estamos listos – dice la rubia, sonriente, dispuesta a subirse a la camioneta.

_ Falta Vedran – dice Celeste, mirando hacia la entrada.


Int. Hostal Viento Sur. Segundo Piso. Pasillo. Mañana.

Vedran se dispone a salir de su habitación, cargando una mochila, sin notar que Alana lo espera con una amplia sonrisa.

_ ¿Averiguaste quién está con los grises? – pregunta Alana, insistente.

_ No lo sé, Alana – responde, aburrido – No he estado preocupado de eso.

_ Deberías – aconseja la joven, mirándolo de arriba abajo – Recuerda que uno de tus amiguitos puede ser uno de ellos.

_ Alana – menciona, mirándola fijo - ¿Por qué no te vas de aquí? ¿No te aburres?

_ Yo no soy como tú, Vedran... Entiéndelo – asegura Alana, algo molesta – Y no me iré de este pueblo hasta que haya cumplido.

_ No te acercarás a nadie – advierte Vedran.

_ Si te dejaron estar aquí era por tu madre, tú mismo aseguraste que venías a cuidarla y a encontrar tus raíces – recuerda la muchacha, algo burlesca – Es a la única que puedes proteger.

_ ¿Cuándo vas a entender que tú también tienes una parte humana?

_ Esa parte no existe – dice Alana, con frialdad – Me criaron como a una gris y me entrenaron para defender a mi especie. No soy humana. No entiendo por qué no haces lo mismo.

_ No quiero enfrentarme a ti – dice Vedran, mirándola fijo.

_ No te tengo miedo. Sé que soy mejor que tú – sonríe Alana, desafiante.

_ Lo dices porque sabes que puedes pedir refuerzos – asegura Vedran, levantando una ceja.

_ Puedo decirles que no hagan nada y me dejen todo a mi. Sé lo que soy capaz de hacer, Vedran – dice Alana, sin quitarle la mirada – Y si tengo que entregarles a tu humana y a su amiga, créeme que disfrutaré viéndote mientras se las llevan.

Vedran abre los ojos, sorprendido, temiendo por Celeste y Camila.

_ ¿Te asusté? – sonríe Alana – Entiéndelo, Vedran... No soy como tú.

GrisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora