01 x 10: Espinas

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Flashback

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Flashback. Año 2000.

Int. Casa Beatriz. Baño. Tarde.

  Beatriz, diez años más joven, se observa en el espejo sin poder quitar cierto temor que la complica. Encima del lavamanos descansa el sexto test de embarazo, que se encargaba de comunicarle, nuevamente, que estaba esperando un hijo. 

Cierra los ojos con fuerza, recibiendo algunos flash que le hacen recordar a unos pequeños seres de ojos negros y almendrados, una fría camilla metálica, una luz azul en su cuarto, sus gritos de impotencia, su miedo. Se vuelve a mirar al espejo, comprendiendo lo que ha pasado y afirmando que no estaba loca.

  Después de unos días, un ginecólogo le entrega la misma información a través de un papel certificado.

_ Felicitaciones – dice el hombre, con una sonrisa.

_ Gracias – sonríe Beatriz, asustada, asumiendo que tenía algo en su vientre.

  Aquella tarde, en la tranquilidad de su hogar, se dispone a ingresar a internet y buscar información sobre lo que le había ocurrido. Sorprendida al encontrar que no era la única que contaba tal experiencia, leyó sobre alienígenas durante toda la noche. Asumía que la raza que la había abducido eran "Grises" o más conocidos, entre los abducidos, como Visitantes de Dormitorio. Venían de un planeta llamado Espiga 4, motivados por la falta de fertilidad y por la necesidad de evolucionar, creando híbridos. Toda la información estaba en internet, pero ¿Sería real o fantasía?

De esta forma, con cierta angustia y temor, piensa en comunicárselo a su marido. Las manos le sudaban y su corazón parecía hervir en su pecho. Intuía en que algo iría mal, conocía perfectamente a Germán. Un hombre tres años mayor que ella, con un buen trabajo, confiado en sus instintos, orgulloso y altanero. Eran muchas las ocasiones en que Beatriz pensaba en por qué se había casado, pero siempre llegaba a los primeros momentos donde prácticamente él había sido muy dulce con ella.


Int. Casa de Beatriz. Comedor. Noche.

La puerta de entrada se cerró de repente, siendo una señal para Beatriz, quien lo esperaba en el comedor con la cena servida. A los pocos segundos, Germán apareció esbozando una sonrisa. Estiró los brazos y su mujer, rápidamente, fue a abrazarlo.

_ ¿Cómo estás, mi amor? – preguntó Germán, besando el cabello de Beatriz para luego encontrar sus labios.

_ Bien – dice Beatriz, casi con un susurro.

_ ¿Pasa algo? – pregunta Germán, intuitivo - ¿Qué estamos celebrando? – sonríe al ver la mesa con unas velas - ¿Beatriz? – la llama, extrañado, viendo que ella parece temblar.

_ Germán... - dice, separándose de él, con la vista en el suelo.

_ Me estás asustando – dice Germán, tomándole los brazos y haciéndola reaccionar – Dime qué pasa.

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