No todas las sonrisas son verdaderas

La llamada

Capítulo dedicado a @Sandra2199

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Subí a mi cuarto y marqué el número de Lucy. Rezaba mentalmente que no estuviese dormida, sino tendría que soportar su mal humor de por las mañanas. No era algo a lo que fuese muy fan.

-¿Si?,- contestó una voz adormilada al otro lado de la línea. Podía imaginarme a la pelirrubia frotándose los ojos mientras pensaba en veinte formas de matarme por interrumpir su sueño.

-¡Hola, Lu! ¿Qué tal estás?

-Dormía tranquilamente... Hasta que a alguien se le ocurrió llamarme,- pude notar la molestia en su voz, como cada vez que la despertábamos.

-Lo siento, pero tenía que pedirte un favor,- la oí suspirar. Seguro que estaba buscando la forma de hacérmelas pagar por haberla despertado de nuevo. No era lo mejor que le podíamos hacer, como os habréis dado cuenta.

-¿Qué favor?

-¿Te acuerdas de Gema?

-Sí,- podría juraros que tenía el ceño fruncido-. ¿Qué pasa con ella? ¿Te ha hecho algo?,- ahora su voz sonaba alarmada. ¿En serio creía que Gema me haría algo?

-Bueno... No tiene que ver exactamente con ella...

-¿Entonces?,- me interrumpió mi amiga.

-Ayer hablé con su hermano, David, y bueno, es un chico muy simpático y me preguntaba si...

-No te voy a ayudar a conseguir una cita con él,- me interrumpió otra vez.

-¿Me vas a dejar terminar?,- dije con impaciencia. Conocía perfectamente la fama que tenía, pero yo no me lanzaba a por todos. Mucho menos a por David.

-Sí, sí, termina.

-Es un buen chico y le gusta mucho el fútbol. Entonces te preguntaba que si nos podrías reservar a los dos un sitio en las gradas cerca de los demás para el partido de esta tarde.

-Bueno... Con una condición.

-¿Cuál?

-No va a ser una cita.

-Sólo es un amigo.

-Me apuesto lo que quieras a que en menos de una semana ya te has liado con él.

-¡Lucy!,- le grité.

-Vale, vale, no te vas a liar con él, pero no me grites. Me vas a dejar sorda.

-Lo siento.

-Tranquila, no pasa nada,- se río. Yo no sabía que era lo gracioso-. ¿Hasta esta tarde?

-Hasta esta tarde,- y colgó. Lucy amaba dormir. Por eso había sido fácil convencerla. Sinceramente me esperaba alguna especie de interrogatorio por su parte. Probablemente ahora solo quiera dormir y el interrogatorio me lo haga por la tarde.

Suspiré. No tenía nada que hacer hasta esta tarde. Decidí ir adelantando los deberes de Historia. Una fabulosa redacción sobre el hundimiento de la fragata Mercedes. No era el tema más interesante del mundo, pero podría con ello.

Me costaba concentrarme, aunque no era muy interesante la redacción.

Inconscientemente, había estado pensando en formas en las que poder ayudar a David. La imagen de él pálido y frío en su cuarto no paraba de pasearse por mi mente. Quería ayudarle, pero no sabía como.

Entonces algo hizo click en mi cabeza.

Amigos.

Esa era la clave. Sus amigos del instituto al parecer le habían abandonado cuando Saray le dejó. Sin embargo, no creo que presentarle a los míos sea un gran problema. A fin de cuentas, ni Saray, ni su hermanastro Javier me conocen. O al menos no en persona.