Chelsea no sería nada sin aquel no-tan-remoto lugar de la décima, entre la 26 y la 27. Marquee es el nombre del único lugar en donde el drama para entrar, con o sin pagar, vale totalmente la pena, más después de que Bungalow 8 fue cerrado como todo club fugaz. Usualmente se requiere de paciencia y buena apariencia para entrar con o sin pagar, para luego esperar otra eterna fila, pero este no es el caso, no ahora que es once de febrero, uno de los días más importantes en el año para la futura señora Park. Ese día celebra el trigésimo primer año de vida de su futura esposa, para la que ha reservado todo Marquee y se ha asegurado de que nadie entre, ningún vil "crasher" que pueda gozar de las fuentes imparables de Crystal y/o cualquier bebida que fluya gratis por entre la gente.
El lugar estaba repleto de los amigos y no-tan-amigos de Roseanne, pues ella siempre prefería celebrar su cumpleaños con una cena tranquila en Harry Cipriani, pero su madre, Katherine, quería que todos los años saliera en PageSix entre las diez mejores fiestas del año y, por lo mismo, siempre insistía en que Jisoo se lo celebrara a lo grande, y era parte de la táctica de Jisoo y Roseanne por consagrar a Jisoo como la que debía ser para Roseanne y no aquella morena que intentó e intentó y nunca pudo. Entre sus llamémosles— "conocidos=amigos", estaban no sólo sus compañeros de trabajo, sino también las del equipo de Polo, sus pocos amigos del Lehman Manhattan, la escuela a la que Roseanne había ido toda su vida, como también uno que otro sobreviviente de Princeton Economics, en donde Rosé había estudiado su Máster en Finanzas también, y uno que otro amigo que jugaba a ser soltero-codiciado, amigos en común con Fred, pero que, por respeto a Jennie, Fred no se atrevía a dar la cara cuando sabía que estaría ella presente, pues se había jurado ser mejor ex-novio.
Por otro lado, formando la minoría de aquellas trescientas personas, estaban los amigos de Jisoo, en los que se delimitaban a Thomas y a su nueva conquista, Rachel, que era como su sueño por llamarse igual que Rachel Dawes, el amor platónico de Bruce Wayne, James y Julie, que habían logrado superar la infidelidad de Julie al Julie quedarse callada y olvidar el asunto como si nada hubiese sucedido y las joyas: Jennie y Lisa, quienes ante los ojos de los otros tres, y del resto, no eran más que amigas; aparentemente muy buenas amigas.
Era la primera fiesta que no parecía ser planeada por la mano de Baco, pues no había mujeres afroamericanas, con afros debo decir, en jumpsuits de lentejuelas doradas y en patines repartiendo bebidas, o mujeres en toga y coronas de laurel, o mujeres y hombres animando como si fuera un circo; quizás era la edad atacando, el cansancio de disfrutar algo así de "infantil", pero era nada más que se empezaba a notar que esa fiesta era por hacerla, que ni la cumpleañera misma la disfrutaba por ver que Jisoo se la pasaba con sus amigos, lejos de ella, cuando lo único que quería era estar con ella, besándola y haciéndola gemir en su cama, o, si no era tan paradisíaco como eso, al menos en una cena tranquila en el Cipriani con Jennie y Lisa, que, de un tiempo acá, era cuando mejor se la pasaba, quizás porque veía a Jisoo sonreír con más frecuencia y se había logrado acercar a Jennie más que antes, tanto que bromeaban pesadamente y se hacían favores, con Lisa ni se diga, a veces se juntaban a almorzar sólo para hablar de cualquier cosa; cosa que ni a Jisoo ni a Jennie les importaba, pues Rosé realmente actuaba, alrededor de ella, como una hermana mayor o algo así, así como Lisa actuaba como hermana menor o algo así.
¿Qué se iba a hacer sino ingerir cualquier cantidad de alcohol que desfilara enfrente de uno? Pues eso hicieron todos, incluyendo Jennie y Lisa, y la cumpleañera misma, cuya paciencia se agotaba cada minuto y sus ganas por estar a solas con Jisoo eran proporcionales a su impaciencia, a su deseo por salir huyendo de aquel lugar, más que Jisoo, en sus curvas peligrosas, había decidido meterse en un David Meister strapless, que no sólo acentuaba su escote de una manera impresionante, sino que era a medio muslo, dejando ver sus tonificadas y humectadas piernas en aquellos perfecta y negramente manicurados pies atrapados en unos Boulimia Louboutin de escasos doce centímetros. Para ese entonces, a la hora que aquello que descompuso a Jennie pasó, James, Julie y Thomas ya se habían ido, que eran los que importaban. ¿Qué fue lo que pasó? Bueno, se los cuento a continuación:
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Arquitectura → jenlisa
RomanceEra hermosa, diferente a Jennie, pero hermosa. © EllaJ.