Octava parte.

5.3K 361 243
                                    

—Háblame de Roseanne y Jisoo —dijo por fin Lisa, cediendo a su curiosidad y quitándose la pena.

— ¿Qué quieres saber?

—Primero cómo conoces a Jisoo, segundo, cómo se conocieron ellas dos... esas cosas.

—Bueno, a Jisoo la conocí por medio de Fred, ¿si te acuerdas de ese, verdad? —Lisa asintió, tomando un sorbo de su champagne—. Bueno, pues conocí a Fred porque su hermano le regaló a su esposa una decoración de su apartamento, para eso contrataron a Volterra, pero yo lo supervisaba; en aquel entonces era la asistente de Volterra... y en eso conocí a Fred y el resto ya te imaginarás cómo fue. Conocí, de conocer por primera vez, a Jisoo en la fiesta de cumpleaños de Alfred, que Jisoo trabajaba, en aquel entonces, en una cosa de organizar fiestas, entonces andaba supervisando, y las dos aburridas en la barra de Bungalow 8... bueno, es que yo pedí un mint lemonade y Jisoo escuchó y se emocionó porque era primera vez que escuchaba que alguien pedía su mismo cóctel y desde entonces nos pusimos a platicar... y la siguiente cosa que supe es que Jisoo me buscó para que yo le diseñara su apartamento y desde entonces somos amigas.

—Me puedo imaginar a Jisoo hablándote sin parar —rio, dándole el último bocado a su cordero.

—Sí, fue demasiado de la nada, pero qué bueno que la conocí, somos como hermanas perdidas... nos contamos todo —Lisa sonrió, pensando en si Jisoo ya sabía lo que había pasado entre ellas dos—. Y Rosé, bueno... eso es gracioso. Cuando Jisoo entró a trabajar a Project, hubo una reorganización, tanto de personal como de la organización, que fue cuando se convirtió en una matriz, y, en una reunión de reestructuración de presupuesto, Roseanne era de los tres que estaban ahí, y una vez la vio; dice que se enamoró de ella, y eso que Jisoo sólo entró a dejarle un papel a Heidi.

— ¿Roseanne es una acosadora entonces?

—Más o menos. Jisoo y yo, en aquel entonces, hacíamos demasiadas cosas juntas, porque yo no trabajaba tantas horas al día y porque ella no tenía una casi esposa; íbamos todas las semanas al Fencing Center y Rosé supo que íbamos ahí, y se metió a clases de esgrima, era demasiado mala. Un día, me retrasé en Brooklyn, ya no era la asistente de Volterra, y no pude llegar a la clase, Jisoo no quiso esperar tanto tiempo porque si no iba a ver a Roseanne y en lo que salía, Rosé la interceptó y al fin cruzaron palabras. Desde entonces, como una vida entera después, Jisoo aceptó comer pizza con ella porque estaba lloviendo y no quería mojarse y tenía hambre. Se hicieron novias a los cuatro meses, se acostaron al año y ahora sólo esperan a casarse.

—Se ven bien juntas, pero creo que nosotras nos vemos mejor —sonrió, viendo cómo el mesero vertía el último poco de Dom Perignon en ambas copas.

—A simple vista podría decirte que Rosé no es del tipo de Jisoo, pero cuando la conoces te das cuenta que está hecha para ella y viceversa —murmuró, dándole las gracias al mesero.

Quizás así estamos hechas nosotras, tú para mí y yo para ti... pero es muy pronto para decirlo, pensó Jennie.

—Sí, aunque, bueno, no sé quién es más bonita entre ellas dos; si Jisoo o Roseanne... porque Jisoo... no puedes negar que es hermosa, y Roseanne, tampoco puedes negar que es preciosa, más que tiene un abdomen bastante marcado que ha de ser envidiado y adorado por muchos...

—Ah, ¿te gusta su tipo de abdomen? Yo no tengo uno igual —rio, bebiendo de su copa hasta el fondo.

—Se ve bien, más así como es Roseanne, que no tiene tanto músculo, sino que apenas y lo notas... y es bastante atractiva; físicamente hablando, es delicada, pero algo tosca —rio Lisa, sabiendo Jennie que Lisa se refería indirectamente a que Roseanne era un tanto seria, no del todo femenina, pero que aun así delicada y bastante a la moda.

Arquitectura  → jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora