Antes, Yukio no podía decir algo concreto sobre su padre, o bueno, solamente podía hacerlo de Izuku, aunque ante cualquiera pareciera resultar evidente que era más como una madre para él, incluso a veces cuando él se decidia por llamarlo de dicho modo, sin tener remedio, lograba hacer reír nervioso a Izuku y si estaba en publico remarcaba que era hombre y era absurdo llamarlo de dicho modo. Pero aceptándolo al fin y al cabo, sabiendo que la discusión seria inutil, y que refutar contra un pequeño de cinco años comenzando a comprender el concepto del mundo era innecesario.Recordaba, que el año pasado el día de padre todos sus compañeros habían traído consigo a sus padres al festival que la escuela ofrecía, nada muy grande, por supuesto, puestos de comida dulce y salada, tales como donas, emparedados, y para los adultos prácticos y usuales, el
Fiel vaso con café humeante.En frente, la tarima donde los niños dedicarían un baile, un canto, o un poema con júbilo, y donde usualmente Yukio más se cuestionaba el porque de la ausencia de su padre.
—Hola, Yukio.
Nanami, una de sus compañeras del salón, un año antes, se había acercado a él, unos minutos antes de ser su turno para recitar el poema dedicado al Día del padre, balanceaba los pies sentado en la silla de un tono naranja claro, con la hoja pulcra a un lado donde se citaba su poema, remarcado hasta el hartazgo. Al oir su nombre, levanta su cabeza para mirar a la niña curiosa frente suyo, cuestionándole con su mirada.
—¿Quién del publico es tu papá? —preguntó, mientras se asomaba con cautela a traves del telón, apartando ligeramente el terciopelo hasta dejar un resquicio abúlico donde de pueda mirar.
Yukio se encogió de hombros.
—Papá Izuku esta ahí.
—Pero él ya estuvo aquí él dia de las madres —comento, sin sutileza, a lo que Yukio tan sólo la miro, calladamente. Nanami alzo una ceja ante el silencio, se aproximo carente de decoro y añadió preguntando—: ¿Que no tienes papá?
Él silencio pareció hablar por Yukio, y el jadeo de sorpresa por parte de Nanami se vio opacado por los aplausos que provocaron nefasto estruendo tras la tarima, dos niños habían cumplido su acto y eran festejados por su esmero, Yukio se mantuvo sereno en su sitio, esperando el diezmar del vítor exagerado que se promulgaba fuera por él publico impaciente a ya observar los actos de sus hijos, celebrarles y retirarse.
Era su turno, aquella vez había soltado un suspiro en un intento de calmar su nerviosismo, uno que sentía que crecia a cada segundo con mayor fiereza, retorció entre sus deditos el borde de su camisa y vio su maestra dirigir a los niños con revuelo, pronto, ella le regalo una sonrisa alentadora, mientras le indicaba que pasará con una tácita orden en su mirar. Fruncio el ceño, y camino, repasando las palabras del poema que Kaede le había dado como regalo a dicho dia del padre como un robot autómata, imaginando que en en el recinto no había alma alguna más que la suya y la de su madre, recogiendo la confianza de la cual dependía cada afonía por él gentío infiltrado por la expectación.
Se paró derechito, junto los pies, separando un poco las puntas y miro al bullicio mientras las aves cantaban e Izuku le miraba con una gigante sonrisa, portando cámara en mano, y optimismo a cada poro.
Realmente cuando le preguntaban sobre su padre, hablaba de Izuku, pero de él se refería como su madre, la gente al conocerlo sabía que era un doncel, y muchos curiosos, lo recuerda, indagaban al respecto, como Nanami. ¿Que si tenía padre? Podria decirse, ahí estaba Izuku, ¿se referían a aquellos hombres altos que parecen heroes con sus hijos, que los miman, que están ahí y les consienten? Izuku era su heroe, pero también lo era Ground Zero, su madre lo mimaba y quería, su abuelita lo consentia sin cesar, Ground Zero era justamente aquello que perseguía y admiraba. Un padre... Comprendía que no estaba, sabía que muy seguramente era la razón por la melancolía y tristeza de su madre, sabia que su ausencia creaba un peculiar vacio que él a su madre no podia recompensar, se había ido ¿por qué? ¿por él?
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Far away - KatsuDeku
FanfictionTodos tenemos secretos, el tamaño y severidad en cada uno depende del tiempo en el que se cohibe en los labios, depende del tartamudo temor que oscila sus sílabas, del peso que olisca el porvenir y las mentiras susurrantes. Izuku comprende esto porq...