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  Actualidad...

     Desde hacía muchísimos años, cientos, miles quizás, todos encontraban a su preciado hilo rojo, ese hilo que te unía con la otra mitad de tu alma, ese hilo que se estiraba, se enredaba pero jamás se rompía. Ese hilo que al nacer 2 personas se separaba pero en un momento de sus vidas se volvía a encontrar.

    Cuando los ojos de dos personas se conectaban por primera vez y sentían una chispa por todo su cuerpo y un latido rápido en su corazón significaba que podía ser su hilo rojo, pero este solo aparecía visible cuando realmente esas dos personas se daban cuenta de su amor, todo fluía y nada podía parar ese sentimiento, solo bastaba un poco de tiempo para terminar esa conexión y que el hilo sea visible.

   Algunos hilos se conocían desde niños pero hasta que no supieran realmente la importancia del amor ese hilo no aparecía, algunos lo encontraban de grandes, pasando quizás por experiencias pero jamás sintiendo esa sensación que te daba tu hilo. Todos teníamos uno, a veces por desgracias de la vida misma dos hilos no se terminan encontrando, si uno muere, el otro podía pasar años solo pero terminaría muriendo de tristeza por no haber sentido eso en su vida y por haber perdido algo que nunca tuvo.

El hilo rojo no conoce sobre el tiempo, solo conecta vidas, vidas que pasan, que terminan, pero que siempre se vuelven a encontrar.

  Pocas veces pasaba que no encontrabas a tu hilo, eran casi inexistentes los casos pero si habían pasado y eso lo tenia a Minho en una encrucijada en su cabeza que no lo dejaba de torturar.

  Minho era un chico de 25 años, viendo a todo su alrededor encontrar a su alma gemela, viviendo su amor, su vida llena de esa inexplicable sensación que dicen que sientes cuando encuentras a tu alma gemela. Sus amigos, su hermano, sus padres, toda su familia, hasta su insoportable profesor de baile habían encontrado su hilo, y a corta edad.

  Pero él estaba entre ir perdiendo sus esperanzas y también a la vez algo muy dentro suyo le decía que si existía, que su hilo estaba vivo, que tenía que encontrarlo.

  A veces su cabeza no le daba respiro, a pesar de que vivió toda su niñez y adolescencia bien, siempre sintió que algo le faltaba y al pasar los años eso lo sentía más fuerte y atormentaba más, sentía que tenia que hacer algo.

  Alejarse era la opción que más le cruzaba por su cabeza, estar solo, respirar otros aires y solo dejar que las cosas pasen sin apresurar nada aunque sintiera su pecho oprimir por ese vacío que sentía.

  Hace unas semanas sus abuelos habían fallecido, sus almas estaban tan unidas y se amaban tanto que al enfermar e irse uno enseguida se fue el otro, dos almas juntas dejando una vida y quizás llegando a otra, pero juntos, de eso se trataba todo.

  Ellos vivían en el campo, alejados de la ciudad, eligieron esa vida porque a ambos le gustaba y había encontrado una casa muy linda y no dudaron ni un segundo en hacer su vida ahí, Minho fue muy pocas veces de niño, quizás unas contadas pero los recuerdos que tenía de ese lugar eran tan hermosos, sentía un calor y amor atrapante en ese lugar, como si perteneciera a esa casa, sentía una esencia agradable y que le hacía bien a sus emociones y nunca supo porqué. De adolescente dejó de ir porque solo quería estar concentrado en sus estudios y en bailar que era lo que le hacía sentir apasionado y sentirse simplemente vivo.

  Los abuelos habían dejado esa casa a disposición de sus dos nietos, Minho y su hermano mayor Chan. Pero Chan ya tenía su vida hecha con su alma gemela Jeongin, ambos vivían juntos en la ciudad y uno trabajaba en una empresa de música como compositor y productor, Chan amaba la música, siempre lo hizo, mientras que Jeongin estaba terminando sus estudios para poder ser veterinario. Ambos se habían conocido hace ya varios años, siendo vecinos, Chan era unos años más grande y cuando ese hermoso bebé de 2 años con unos ojitos realmente hermosos se mudó al lado de su casa prometió que siempre a pesar de todo lo iba a cuidar con su vida, y así lo hizo.

  Asi que la casa solo quedó ahí y Minho realmente estaba considerando habitarla por un tiempo porque se sentía abatido y extraño, ni él sabía porqué estaba asi.

  Al saber que iba a volver a ese lugar que de niño lo reconfortó tanto se sentía ansioso, como si sintiera que algo lo esperaba en ese lugar. Sabía que iba a estar solo, que sus abuelos no lo esperarían con la gran merienda que le preparaban ni sus abrazos y besos llenos de cariño, estaría completamente solo pero pensaba que eso era lo que necesitaba.

  -Estas seguro de esto Minho?- le preguntaba su hermano terminando de bajar las maletas de su auto-.

  -Si Channie no te preocupes voy a estar bien, es lo que necesito-.

  -Sabes que te amo no? Para cualquier cosa voy a estar para vos- le decía mientras le daba un abrazo-.

  -Si y yo también, dale anda que tu amorcito te debe estar echando de menos- le dijo gracioso-.

  -Si si si, ya.- se subió al auto- Minho.. sabes que no tienes que perder las esperanzas...

  -Si, lo sé, vete.-

  -Tambien te quiero, adioooss-.

   Una vez que Chan se fue Minho se paró frente a lo que iba a ser su futuro hogar...

through the mirror 'MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora