Dulce dominante |Omegaverse| {Gay} #1

06: Prima

Me encontraba desayunando junto a la señora Voulce mientras veíamos el canal de empresas, para ver los números de aquella mañana. Estaban bajando.

—He estado pensando—comenzó a hablar, a lo que la miré—. Ya que en unos días te vuelves a tu casa, para estar con tu familia—explicaba—, podrías salir con Leston, para que la gente tome en serio todo esto.

Me quedé mirando mi tazón con té verde, ¿tomar en serio?

—¿Por qué tanto interés en que la gente sepa lo mío con Leston?—curioseé.

Ella suspiró bebiendo su café con crema.

—La mayoría de los que están invirtiendo en nuestras empresas, son codiciosos que quieren apoderarse de todo—observa nuevamente la pantalla—, si ven que Leston puede dar un heredero y ese es Alfa, dejarán de pelear por el título de la empresa.

No entendía nada.

—Es como la farándula—aclaró—, mientras más vean de ustedes, menos querrán acercarse para quedarse con la empresa.

Bufé al escuchar eso.

La señora Voulcr miró detrás de mí, y yo sentí como el potente olor a caramelo entraba en mis fosas nasales. Al girarme sobre mi asiento, vi a Leston despeinado, con su pijama y somnoliento, bajaba las escaleras con muchs pereza y al verlo, no pude evitar sonrojarme ya que su vista estaba fija en mí.

—¡Leston!—exclamó su madre—¿en qué momento estás en celo?

—Desde ayer—llegó a la mesa y vi como una chica llegó con un tazón de cereales, seguido de un chico con un café.

Leston se sentó a mi lado y dejó caer su cabeza sobre mi hombro.

La señora Voulce parecía no entender nada.

—¿Ustedes...

—No, mamá—interrumpió—, no me uní a él.

Ella suspiró y rodeó los ojos, para luego quedarse viendo la televisión.

—¿Qué mierda están esperando ver?—preguntó Leston mientras tomaba café.

—Leston—reprimí.

Él se encogió de hombros.

—Tu padre dijo que él daría la nueva cifra de la empresa a tu nombre—respondió.

Después de unos minutos, yo guardaba silencio mientras miraba el como Leston comía ruidosamente el cereal. Era como ver a un niño de seis años comer.

Un niño que dice malas palabras.

Finalmente apareció el señor Voulce en pantalla anunciando la empresa, a Leston y en pantalla se mostró como las cifras estaban casi igual, pero habían subido un diez por ciento.

—Genial—ironizó—, recibirás un aumento—me miró.

Fruncí el ceño para luego ver como una sonrisa ladeada aparecía en su rostro.

—¿Qué harán hoy?—preguntó la señora Voulce.

—¿Por qué preguntas?—respondió con otra pregunta el chico, extrañado.

—Pues, estás levantado en tu celo, y desayunando temprano—contestó.

Vi el sonrojo en su rostro mientras le lanzaba una mirada amenanzante.

Ella sonrió mientras se levantaba de la mesa, sacudiendo su falda y tomando entre sus manos su celular.

—Me voy al trabajo—anunció—, nos vemos en la cena.