Dulce dominante |Omegaverse| {Gay} #1

20: Vida de estrella

El club era exclusivo, pero enseñé mi cédula y me dejaron pasar sin decir nada, al parecer el apellido aquí es bien atendido. Bueno, al menos tener el apellido Voulce me daba buena pinta para acceder a sitios así. 

Cydrill estaba junto a mí en todo momento, según él, olía a muchos alfas. La verdad es poco me importa.

Y estuve mucho tiempo en la barra hasta que una chica de cabello corto y morado se acercó a mí.

—Mis amigos dicen que si quieres ir con nosotros—fue lo único que pude escuchar de ella.

Vi a donde ella me apuntó y vi a lo lejos en una mesa alejada, como si fuera algo V.I.P., un grupo de seis personas, habían cuatro chicos y una chica  sentados rodeados de botellas y ceniceros.

La verdad es que poca confianza me daban, pero tampoco es como que dieran mucho miedo.

—No creo que sea buena idea—dijo Cydrill detrás de mí.

—Mi amigo dice conocer a tu prima, Esme—al decir eso, me volví a ella con el ceño fruncido.

Poca gente sabe que Esmeralda es mi prima.

Decidí irme con ella a la mesa, Cydrill siguiéndome detrás. La verdad es que él me recuerda ahora a como es Sam conmigo.

Al llegar, vi un rostro demasiado familiar, porque claro, que rostro más familiar que el de mi prima.

¿Por qué llevaba el cabello tan largo?

—¡Sabía que eras tú!—alzó la voz contenta mientras se levantaba y me abrazaba.

No le correspondí nada.

—¿Qué haces aquí? ¿y ese pelo?—miré sobre su cabeza.

—¡Es peluca, para que no me miren mucho!—gritó un poco ya que la música sigue siendo alta.

—¡Cosa que fracasa con menudo culo!—gritó uno de los chicos de ahí para que luego ella se girara y le  golpeara el brazo riendo.

¿Estará drogada?

—¡Cydrill!—volvió a gritar.

Ella le besó la mejilla, él le sonrió.

—¡Vamos!, sientenseeeeeeee—alargó la "e" mientras se volvía a sentar en un sofá que rodeaba la mesita.

Yo me senté al lado de ella y de un chico de cabellos blancos y delgado, mientras que al otro lado de ella, se sentó Cydrill.

Claro, traicionándome por una vagina.

—¡Les!—la miré—, ellos son mi banda, banda, él es mi querido primo, Leston.

Todos ellos me miraron para luego sonreír amables.

Ella me fue sirviendo copas de cosas que no podía distinguir por la oscuridad y luces que cambiaban de color a cada segundo.

Faltó un poco de tiempo para entrar en calor, lo que necesitaba. Sentir calor recorrer mi cuerpo.

Ya estaba aburrido y veía como un poco lejos de ahí, había gente bailando muy apelotonados. Los quedaba mirando por mucho rato, queriendo estar allí.

—¿Quieres bailar?—me ofreció el chico a mi lado, con una sonrisa dulce.

La verdad es que no quería nada con nadie. Estaba dudando demasiado, con miedo, y por mi mente pasando el rostro de Haize.

—No te preocupes—escuché a Esmeralda en mi oído—, Demian es el omega más dulce que existe, no te hará nada.

¿Omega?, me cuesta mucho ver el físico de la gente entre todo el humo que hay y la falta de claridad.